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―Muy bien, entonces... ―HyeongJun dejó a su lado una pequeña jarra de cristal que contenía agua. Había tenido el cuidado suficiente de regar la bonita flor, pero sin ahogarla, como JooYeon le explicó. Se apartó analizando la maceta y ladeando la cabeza, entonces una vez más se permitió acomodar la cortina de ceda que colgaba sobre su escritorio―. Joo me dijo que no te puede dar el sol directamente, pero... ―hizo una mueca y miró al cielo a través de la ventana donde ahora posaba el Jacinto. Dejó escapar un suspiro viendo la luna en su máximo esplendor―. No estoy seguro de si mañana el sol te golpeará, y no podré saberlo porque estaré en clases... ―murmuró triste―. No puedo dejar que desaparezcas también.

La noche los encontró en el jardín de su casa a él, su bello jacinto y su jardinero, ninguno había sido capaz de saber cuanto tiempo estuvieron hablando sobre plantas, solo se percataron de que ya era tarde cuando las luces hicieron brillar el lugar mostrando una nueva parte de ese jardín. A pesar de que el ambiente, la iluminación y las flores que resaltaban por la noche era una imagen sumamente hermosa, sus ojos no pudieron pasar por alto a la bella sonrisa que se adueñó de su acompañante. Lo apreció admirar cada rincón que marcaba ese intenso color verde brillante de las palmeras gracias a los faroles, esos aromas que emanaban gracias al último riego de los aspersores.

La noche se iluminaba frente a él, pero sus ojos brillaban por alguien más.

HyeongJun había apreciado aquel jardín durante toda su vida, pero estaba seguro en que jamás se había visto tan hermoso que como esa noche, donde los ojos de JooYeon brillaban de emoción por cada detalle como si desde que llegó a esa mansión nunca había presenciado aquella magia.

HyeongJun pronto tuvo que volver a dentro en contra de su propia voluntad. Había disfrutado su tarde y se había sentido cómodo gracias a la confianza de su jardinero y a la capacidad que este tenía para hablar sin cansarse. JooYeon le comentó de cada planta que había ahí, de su origen, de su cuidado, de la atención que requería y, aunque el joven amo no entendiera nada, solo podía disfrutar como el mayor desprendía un aura de energía al demostrar lo mucho que amaba lo que hacía.

Ahora HyeongJun estaba en su habitación. Habia acomodado la cortina del ventanal unas cinco veces a modo de que cubriera el bonito jacinto durante las horas de sol, también cambió este de lugar para favorecer su ángulo y fue sumamente cuidadoso al regarlo, poniendo una alarma en su celular cada tres días para no olvidarse de darle agua.

Se permitió descansar al sentarse en su sila giratoria y plegable junto al escritorio, tirándose leventemente hacia atrás mientras tallaba sus ojos con cansancio. Tenía que pasar las anotaciones de una clase a su portatil, pero la tenue luz que emanaba fue suficiente para que sus ojos ardieran y lo llevaran a pestañear un par de veces. A pesar de eso, durante algunos minutos intentó concentrarse, prestar atención a lo que estaba redactando y leyendo, pero inevitablemente su cabeza seguía girando en otra dirección. Claramente no quería hacer aquello.

Todos las noches se volvía un martirio cuando tenía que repasar lo visto durante el día, aclarar y corregir sus anotaciones mientras agregaba imagenes gráficas. Sentía que estaba exagerando, que llevaba muy poco desde que comenzó la carrera y que no podía estar actuando de esa forma, pero realmente se había vuelto un dolor de cabeza para él tanto las clases como las horas de estudio. Si así se sentía ahora que solo estaban repasando lo básico y necesario para las materias, no quería ni imaginar como sería cuando la época de exámenes y parciales llegara.

Quería atribuirlo a que estuvo algunos años sin estudiar cosas complejas o relacionado a los números, a que solo estaba cansado porque aún no se acostumbraba a despertar tan temprano, o a que su cuerpo no aceptaba del todo la rutina. Pero en ningún momento pasó por su mente el decir que aquello era causa de que odiaba lo que estaba haciendo.

𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora