𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]

14

―¿Cómo que HyeongJun no está? ―JiSeok frunció su ceño mientras miraba la anciana que se encogía de hombros―. Quedamos de vernos luego de clases, me dijo que estaría aquí. ¿Dónde está?

―No lo sé, joven JiSeok. El joven HyeongJun no ha regresado aún.

―Pero Nana... ―el artista soltó un suspiro y afirmó con la cabeza resignado, volteando hacia Gunil, quien lo acompañaba.

―Pueden esperarlo aquí si desea, no creo que tarde en regresar. ―La mujer les invitó a ingresar en la casa, ambos aceptando mientras suspiraban.

Gunil y JiSeok habían terminado su horario del día miércoles al mismo tiempo, pero HyeongJun lo había hecho antes y por eso los esperaría en casa de él. Sin embargo, cuando llegaron, Nana les comenta que no estaba, y eso les resultó extraño.

Aunque a HyeongJun no le agradaran las visitas o no quisiera verlos porque no se sentía bien, nunca usaba la excusa de no estar en casa. Lo que más llamaba la atención de sus amigos era que realmente no estuviera. HyeongJun no es una persona que acostumbre a salir solo por qué sí, en raras ocasiones iba a caminar al parque del country campestre que pertenecía a su madre, y cuando lo hacía normalmente los invitaba o avisaba que estaría ahí.

JiSeok decidió relajarse al tirarse en el sofá de cuero blanco ubicado en la sala principal de la mansión. Gunil, por el contrario, se veía un poco contrariado mientras buscaba con la mirada al más pequeño de su grupo.

El día en que visitaron la casa de JunHan en la noche luego de que JiSeok le comentó lo que habían hecho, el menor les habló a ambos y les dio un regaño, pero también les pidió un favor. JunHan estaba agradecido y emocionado por lo que sus mejores amigos habían hecho hacia él, por el acto que habían tenido, pero quería que, de ahora en más, no hicieran tales cosas peligrosas que los medios podrían descubrir o difundir con facilidad. Si esto sucedía, la reputación de Gunil y la de su padre como candidato político se verían afectadas, y las pinturas de Gaon serían sacadas del museo nacional de artes de Seúl porque ya no sería un miembro honorable del consejo luego de tal acto.

JunHan no quería que sus amigos hicieran cosas impulsivas por él. Toda la vida había sido así, siempre se había doblado a los pedidos y deseo de su madre. ¿Por qué ahora a ellos parecía molestarles?

Gunil se hacía la misma pregunta. Para él estaba bien lo que JunHan hacía porque él también lo hizo por su padre en algún momento. Pero JiSeok le hizo entender que cuando él quiso renunciar a tomar el cargo de las empresas para estudiar política, lo hizo, y nadie lo detuvo. Le hizo entender que en el caso de JunHan no era así, que este no podía renunciar a lo que su madre quería para hacer lo que realmente deseaba.

Sin embargo, lo que lo tenía tan impaciente en ese momento era que JunHan había salido solo. No es que lo considerara un niño pequeño al cual tenían que acompañar a todos lados, para nada. Pero luego de esa charla en la que les pidió que ya no hicieran nada por él así, no podía evitar pensar en cuáles serían las decisiones que su mejor amigo tomaría.

No quería que el futuro de JunHan se viera afectado por sus acciones.

―¿Dónde se habrá metido? ―Goo iba y venía por la sala principal bajo la atenta mirada de JiSeok que comía un pastelito.

―Capaz fue a verse con alguna novia ―mordió el postre―, o novio...

―Hannie no tiene novia, nos habría dicho, y en todo caso... ―guardó silencio volteando hacia él―. ¿Novio? ¿A JunHan le gustan los chicos?

―I don't know ―se encogió de hombros―, maybe. ¿What's the problem?

―¿De repente hablas inglés? ―JiSeok rio mientras veía a Gunil ponerse serio, sabía que su pronunciación molestaba al mayor que había vivido tantos años en Estados Unidos―. No tengo ningún problema, pero ahora sí curiosidad.