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HyeongJun observaba aquel vacío y oscuro lugar con cierto recelo. Pequeños rayos de sol lo golpeaban sutilmente a través de las cortinas cerradas de los ventanales, acompañado del tintineo de un llamador de ángeles que se encontraba sobre la puerta por la cual habían ingresado. La sensación de ausencia estaba presente, notando que, tal vez, pocas veces eran las que entraban ahí.
El lugar estaba ordenado. Una sutil mueca se formó en él al observar varias macetas desocupadas y agrupadas en una de las esquinas. Una que otra clase de flor habitaban aún ahí, acompañadas de varias decoraciones para los jardines y bolsas en las cuales alcanzaba a leer "abono fértil".
―¿Realmente desea estar aquí?
HyeongJun volteó en dirección a una puerta trasera cuando aquella voz lo tomó por sorpresa. JooYeon traía consigo lo que parecía ser una bandeja, pero no le prestó atención a eso, sino a él.
―¿Por qué lo dices?
―Porque llegamos aproximadamente hace media hora y usted sigue parado en la puerta ―sonrío sin molestia―. La verdad, no creo que se sienta cómodo.
―Todo lo contrario ―apresuró a decir para tomar una de las sillas que estaba junto al mostrador, tomando asiento en ella sin pensarlo demasiado―. Es solo que estaba apreciando el lugar.
El pelilargo solo pudo sonreír ante la aclaración del contrario. Para él, era notorio que no estaba cómodo y lo entendía. El lugar se había llenado de polvo, tenía poca luz y el característico aroma de la tierra mojada, además de algún que otro insecto que ingresaba solo por las flores que aún quedaban. Tal vez, si el Joven Amo hubiera visitado la florería cuando aún estaba abierta, también se habría enamorado de lo hermoso que era ese lugar.
―Le he traído algo ―murmuró acercándose al mostrador para dejar frente a él lo que llevaba consigo, sonriendo. JunHan observó con detenimiento lo que había en la bandeja frente a él, a lo cual JooYeon aclaró un poco su garganta―. Perdón si no es lo que usted está acostumbrado a comer, pero no tengo tanta experiencia en la cocina.
―Me gustan los fideos instantáneos ―sonrió algo forzado, tomando un poco de aquello y llevándolo a su boca. De repente, miró con sorpresa a JooYeon.
HyeongJun nunca había probado los fideos instantáneos.
―¿Le gustó?
―¿Qué tiene esto? ―preguntó al probar un poco más, con una leve sonrisa―. Es delicioso.
―Solo tiene agua caliente...
―¿Nada más?
―Y una especie de caldo que viene incluido ―frunció el ceño―. ¿No come esto en la mansión?
―Nana dice que son muy poco saludables ―comentó con comida en la boca―, ella prefiere hacerlos, dice que la mejor forma de que sean deliciosos es con harina traída de Francia.