¡Holi!
Antes de dejaros leer el capítulo, quería decir dos cosas.
-¡Mil gracias a las que me comentasteis en el capítulo anterior para decirme que ya funcionaban los comentarios, sois geniales! Siempre intento responder a todos los comentarios, pero no me da la vida, o subo capítulo o respondo a todo, así que si me dejo gente sin responder o tardo mucho, lo siento, lo leo todo y lo valoro muchísimo, de hecho, eso me lleva al siguiente punto.
-Iba a subir este capítulo ayer, pero después de que llegasen VARIAS personas exigiéndome que publicase, y una de ellas acabase insultándome :), cancelé la publicación y me dieron ganas de borrar hasta el libro. Es muy cansino que, encima que me esfuerzo en traer capítulos nuevos casi semanalmente, tenga que tragarme insultos y acabar sintiéndome como la mierda solo "porque me gusta escribir". Así que, si queréis que suba capítulos, dejad de pedírmelo, por favor, yo sé que queréis más e intento subir siempre que puedo. Pedirlo NO consigue que vaya más rápido, sino lo contrario.
Ya sí, os dejo leer (pese al tropezón de ayer, subo este capítulo por las que sí votáis, comentáis y me dais amor capítulo tras capítulo, si no fuera por vosotras, ayer hubiera borrado todas mis historias y me hubiera ido sin más).
*
Harry
―¿Tú nunca has querido tener hijos, Summer? ―curioseo, cuando estamos con el postre: fruta troceada.
La niña ha encontrado de nuevo las galletas que había escondido y se come una sentada sobre mis piernas, para que yo evite que los perros se las quiten, o algo parecido ha dicho con sus titubeos y su verborrea que hace sonreír a Summer todo el rato. Puede engañar a otro, pero voy conociéndola y veo ese anhelo en su cara. Es el mismo gesto que ponía Juls cuando se casó con Riley y estaba deseando tener un bebé.
―Supongo que a mí tampoco me soporta nadie más de una noche ―bromea, antes de pinchar otro trocito de fresa.
Sujeto su muñeca cuando va a llevárselo a los labios y tiro de ella para quitárselo. Se pone muy roja mientras atrapo la fruta con los dientes. Mastico sin dejar de mirarla. Tengo la sensación de que Summer sabrá exactamente así, a fresa.
―Deliciosa ―le digo, sin quitar la vista de ella, que se pone aún más roja―. Y no cuesta nada soportarte, te lo dice alguien que no soporta a casi nadie.
―Entonces será que se me ha pasado el arroz ―dice, apartando la vista. Parece incómoda y tengo la sensación de que es algo que le dicen a menudo.
A mí mi madre me recuerda con frecuencia que, por mi culpa, morirá el apellido de mi padre. Es algo que no podría importarme menos, aunque sí que siento cierto anhelo, cuando veo a Riley con Juls... Sí que deseo más, solo que nunca lo he deseado con nadie concreto.
―Tonterías, eres joven. ¿Cuántos años tienes? ―Me mira ligeramente boquiabierta y me cuesta contener la risa, se me curvan las comisuras―. Puedo preguntar, porque no es una cita de verdad.
―Sí que lo es, pienso tacharla de las pendientes. Cuarta cita completada. ―Hace un gesto como poniendo una marca de completado―. Tengo treinta y cuatro.
Asiento un poco, no me parece que se le haya pasado el arroz para nada, pero eso ya lo sabe ella. Ellie se acaba las galletas y se levanta para acercarse a Summer. Le pide una fresa. Es una glotona y le encanta el dulce y la fruta. Summer me mira dudosa.
―Córtale un trozo más pequeño ―sugiero.
Ella lo hace con el tenedor y luego se lo da. Ellie lo coge con la mano y se pasea sobre el mantel mientras le da mordisquitos, poniéndose perdida de fresa. Summer no le quita la mirada de encima, con una sonrisita, y me doy cuenta de lo genial que ha sido mi plan.
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Si en diez citas...
RomanceHarry tiene un enorme vacío dentro que solía llenar con alcohol, pero con su chapa de quinientos días sobrio no le queda más remedio que buscar otra forma de sentirse completo. Y, cuando menos lo espera, se topa con la alguien que hace que ese aguje...