15.- Quinta cita - parte uno

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¡Feliz Navidad (con retraso)!

Quería haber subido este capítulo en Navidad, me iba de viaje y lo llevaba preparado para hacerlo desde allí, pero todo ha salido mal (enfermedades, visitas a urgencias, viajes de madrugada a través de la niebla... estoy aquí de milagro, suena dramático, pero han sido 4 días horribles) así que ahora que todo vuelve a ir mejor, os lo traigo, como dicen: mejor tarde que nunca.

 Y, en otro orden de cosas (no quería hacer esto después de felicitar la navidad, pero este año me he puesto de propósito ser más directa y sincera con mis propias necesidades y voy a empezar ya, así que prefiero decirlo aquí que callarme y que luego la situación escale y empeore para mí y se convierta en algo doloroso como me ha pasado demasiadas veces antes), cada vez que me quejo de que tengo pocos votos suben un capítulo o dos, y luego vuelven a caer en picado. Por lo que he tomado una decisión: 

No habrá capítulos hasta que no llegue a un número de votos que yo considere acorde con las visitas y lecturas que tengo. ¿Está mal que tenga que pedir? Sí, pero peor está trabajar gratis para que algunas personas exijan, me insulten o me hagan sentir mal. Así están las cosas. Cada capítulo pondré un número de votos y, hasta que no lleguemos (pase una semana, un mes o un año, no subiré el siguiente capítulo). Esto no significa que lo vaya a subir según lleguemos, que nos conocemos, lo revisaré cada vez que pueda y tenga tiempo para subir capítulo, obviamente si no tengo, no puedo subirlo por mucho que quiera.

En resumen: subiré el capítulo 16 cuando este capítulo tenga al menos 200 votos.

*

Summer

Bajo los escalones de dos en dos, porque estoy furiosa. ¿No puede dejarme en paz ni un día? Hoy no estoy para soportar sus tonterías. Trago saliva con dificultad antes de cruzar la última puerta y encontrármelo allí, con dos policías uniformados.

―Señor Stone, voy a empezar a pensar que no puede vivir sin mí ―le digo, cruzando los brazos delante del pecho.

―Dijiste que no podría contar a los perros sin la policía. Aquí está la policía. Así que vamos a pasar, Summer.

―¿Y la orden de registro, Stone? ―La voz de Harry me hace girar en seco. ¡¿No le he dicho que se quede arriba?!

Espera... ¿Se conocen? Harry le ha llamado por su apellido. Quizá los abogados ricos se conocen todos entre sí. Durante un segundo, solo puedo mirar a uno y a otro, que están tan pendiente de matarse con la mirada que parecen haberse olvidado hasta de mi existencia.

―Ayers. ¿Adoptando un perro? ―Stone me mira de arriba abajo entonces, como si pudiera ver lo que hace Harry aquí mirándome a mí. Parece bastante sorprendido.

―¿A ti qué te importa, perdedor? ―Harry da dos pasos hacia él. Le sujeto del brazo para que se quede cerca de mí, porque parece que está dispuesto a pegarle―. ¿Dónde está la orden de registro?

Mira a los policías, que parecen incómodos. Uno de ellos habla entonces.

―Nos han informado de que hay un delito en curso en el interior.

―Ah, sí. Seguro. ―Harry parece duro, inflexible―. Aquí no pasa nada, así que, si queréis entrar, podéis conseguir una orden de registro. Si queréis, llamo yo al juez. ¿Tu papá no te coge el teléfono, Lambert? A mí sí, le llamaré.

―Está claro que aquí no hace falta nuestra presencia ―dice el policía, antes de hacerle un gesto al otro para salir. Cierran la puerta con mucha fuerza y me dan ganas de gritarles que mi puerta no tiene la culpa, pero lo dejo pasar.

Si en diez citas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora