Subiré el siguiente capítulo a partir de que este llegue al menos a 255 votos. No en cuanto llegue, en cuanto tenga AL MENOS y yo tenga tiempo y ánimo de subirlo :). (Por favor, no insultéis a nadie que no quiera votar, también están en su derecho y no os hagáis cuentas falsas, se nota y no las tendré en cuenta, ya que Wattpad las borra de vez en cuando y los votos vuelven a bajar).
El capítulo anterior fue la prueba de que no pido nada tan loco, lo leyeron 300 personas SOLO el primer día (y más de la mitad el segundo). Hemos llegado a los votos requeridos en CUATRO días. Así que aquí tenéis el capítulo, sin tener que esperar más. Todos ganamos, ¿no? Gracias por el apoyo :D. Os quiero.
Disfrutad del capítulo, es uno de mis favoritos <3.
*
Harry
Los padres me adoran, por algún motivo que no alcanzo a comprender, porque mi propio padre me odiaba bastante. Así que no tardo ni media hora en conseguir que el padre de Summer me hable con entusiasmo de béisbol. Puede que nos piquemos un poco, porque nos gustan equipos contrarios, pero son bromas amistosas. Y, cuando se van, me aprieta la mano, me sonríe y dice algo como: «ya nos veremos, hijo». Así que no hay problema.
Me quedo a ayudar a Roy a recoger, mientras las chicas van abajo a despedirse de sus padres. Roy comenta lo valiente que soy por no cagarme delante de Jack. Pero me he enfrentado a hombres que dan verdadero miedo y ese señor solo es protector con sus hijas. Y yo no quiero hacer daño a Summer, solo quiero cuidarla, así que estamos en el mismo bando. Quizá eso es lo que ha visto en mí. A su madre también debo de haberle gustado, porque me ha pedido que vaya un día a su casa a comer.
Cuando recogemos el salón y la cocina, busco a Summer para despedirme. Casi es la hora de cenar y mañana tengo una reunión muy importante con la junta muy temprano, así que es hora de volver a casa, porque llevo fuera desde antes del amanecer.
Encuentro a Summer en su nuevo dormitorio, de pie mirando hacia el armario. La cama, que es individual, parece ridículamente pequeña para todo el espacio que tiene ahora. Aunque ella no está prestando atención a eso, ni a las cajas, sino al vestido colgado de la puerta abierta del armario. La bolsa de basura está en el suelo, supongo que lo ha sacado ahora. El bajo está un poco sucio del uso, pero sigue siendo precioso.
Y yo venía a despedirme, porque tengo que ser responsable, pero veo esa mirada y la reconozco de cierta forma. No quiero que le quede un mal recuerdo del vestido y la idea me hace sonreír.
―Póntelo ―le pido.
Salta en el sitio y me mira con los ojos muy abiertos. No se ha dado cuenta de que he llegado, sí que estaba pendiente del vestido.
―¿Qué dices? Se va manchar, estoy hecha un asco.
―¿Y qué, Summer? Prefiero que se haga pedazos creando buenos recuerdos a que desaparezca en un armario o una bolsa de basura para siempre, olvidado.
Me mira un momento, como si no entendiera qué digo, pero acaba asintiendo y sé que me ha comprendido. Porque no puede pasarte nada peor que caer en el olvido, seas una persona, un vestido o cualquier otra cosa.
Me empuja fuera de la habitación con una risa. Roy y Kate pasan a sus respectivos dormitorios y nos damos las buenas noches. Deben estar agotados también, pero yo de pronto siento mucha energía.
Summer sale unos cinco minutos largos después. Yo estoy apoyado frente a su puerta, en el pasillo, esperando. Lleva el vestido desabrochado y se gira para que pueda subirle la cremallera. Aún tiene la coleta que se ha hecho para la mudanza, así que subo la cremallera despacio, rozando su piel en el proceso y después le suelto el pelo, que cae como una cascada hasta media espalda.
ESTÁS LEYENDO
Si en diez citas...
RomanceHarry tiene un enorme vacío dentro que solía llenar con alcohol, pero con su chapa de quinientos días sobrio no le queda más remedio que buscar otra forma de sentirse completo. Y, cuando menos lo espera, se topa con la alguien que hace que ese aguje...