17.- Cotilla

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¡Holi! Gracias a todas por el apoyo <3. Estoy alucinando con esto, porque yo pretendía reducir mi carga de trabajo, pensando que nadie iba a votar y, en su lugar, estoy teniendo que publicar más de lo que esperaba (hasta el punto de que anoche me quedé hasta tarde para poder tener más capítulos) y habéis superado por tanto los votos que pedí, que me da hasta vergüenza aumentar la cantidad, pero si pido menos, ¿qué gracia tendría? XD.

Subiré el capítulo 18 cuando este tenga al menos 230 votos.

*

Harry

Hemos pedido comida china y nos hemos subido al piso de arriba. Las ganas de matar a Stone solo aumentan a cada palabra que les oigo pronunciar. Porque el muy cabrón se ha aprovechado de su miedo y su desconocimiento de las leyes, de su falta de recursos y sus buenas intenciones. Esta gente solo quiere hacer algo bueno por los animales, y les han aplastado con la bota hasta que casi han perdido la ilusión.

Pero la han recobrado de golpe, al parecer. Summer les dice que abrirán su clínica lunes, viernes y sábados. Supongo que no se fía de dejar el otro trabajo. También les dice que empezarán a tomarse dos domingos libres cada tres. Uno se quedará solo para cuidar de los perros los domingos, así los otros dos podrán descansar.

―Vamos a mudarnos aquí, ¿no? ―pregunta Roy, extrañado al oír su decisión.

―Sí, claro, pero, aun así, uno se encargará y los otros dos descansarán y tendrán libertad para salir, o dormir hasta tarde o solo... no sé, quedarse leyendo. Obviamente si hay alguna emergencia nos comunicaremos ―explica Summer.

Y no podría estar más orgulloso de su decisión. Me mira de reojo y le sonrío, porque sé que me está escuchando y prestando atención. Sus mejillas se tornan rojizas y se dedica a tratar de pescar los últimos trozos de arroz con los palillos.

―¿Y si vuelve? ―pregunta Kate y me parece la más insegura con los planes de lejos.

―No puede echaros ―le repito―. No va a hacerlo.

Asiente, pero parece poco convencida. Unos minutos después le hace un gesto a Summer y se van juntas a tirar los restos de la comida. Alguien llama a la puerta de abajo entonces y Roy se ofrece a ir. Yo me levanto a ayudar, porque no sé qué otra cosa hacer. Descubro sin querer qué le pasa a Kate.

―Su asesoría es genial, pero no podemos permitírnoslo y no va a salir contigo más que un par de meses, ¿no? ―murmura, tan rápido que acaba de hablar antes de percatarse de mi presencia.

―Os irá mejor y podréis pagar un abogado, independientemente de lo que yo y tu hermana decidamos ―le digo―. Pero, hasta que eso pase, voy a ayudaros.

―No quería decir... ―Se queda algo pálida y le dedico una sonrisa.

―Entiendo las dudas, Kate, no te apures.

―¡Tío Hady! ―El gritito más adorable del mundo me hace girarme.

No sé por qué, no me sorprende ver a Juls. Lleva a la niña en brazos, aunque se revuelve para lanzarse hacia mí, así que la deja en el suelo.

―Vengo a recuperar a mi perro ―asegura, alzando las manos con inocencia.

―Ya, seguro que sí.

Alzo a Ellie entre mis brazos y la lanzo al techo. Me encanta oír su risa. Luego ve a los perros y da grititos hasta que la suelto para ir a abrazarse a Friend y Reina. Qué adorable es la dichosa cría.

―Ya que estás aquí, Juls, ¿qué te parece si te presento?

―Una idea estupenda ―asegura, sin quitar del todo la vista de la niña.

Si en diez citas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora