𝐼

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HELENA

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HELENA

El bosque, ojos verdes, una chaqueta de cuero negra. Todo es como un cortometraje, pequeños flashes haciéndose presentes en mi mente, dándome una extraña pero agradable sensación.

Esos ojos verdes que se sienten tan familiares.

Helena. —Una voz se escucha como eco, pero no logro encontrar su origen.

Helena, despierta.

Todo comienza a temblar a mi alrededor y abro los ojos.

Scott aparece en mi campo de visión con una cara preocupada, mi ceño se frunce por la luz del lugar y me levanto lentamente mientras tallo mis ojos.

—Más vale que sea importante —digo en un bostezo.

—Helena, creo que alguien intenta entrar a la casa. Escuché un ruido en el techo —respondió con preocupación.

—Seguro fue el gato de la vecina, aveces viene a verme. Ahora, no estés jodiendo y déjame dormir —rodé los ojos con molestia y volví a cubrirme con las sábanas.

—¿Y si es alguien que intenta robarnos? —cuestionó, volviendo a destaparme.

—Scott, lo más valioso que puede haber en esta casa son nuestros órganos.

Scott me miró con sus ojos de cachorro, los que siempre usa para pedirme dinero.

—Lena...

—¡Bien! —gruñí con frustración. —Ve por el bate.

No puedo negarle nada a ese tonto.

Scott salió corriendo de mi habitación para buscar el bate de béisbol, mientras yo me levantaba de mi cama para ponerme algo más encima.

—Aquí está. —Scott me extiende el bate cuando regresa y lo tomo con cansancio.

—¿No se supone que tú deberías llevarlo?

—Tú eres la que sabe pelear.

—Hace tiempo dije que te iba a enseñar y tú te negaste.

—¿Y dejar que me usaras como saco de box? No, gracias.

Salimos de la casa con precaución, dando pasos sigilosos por el pórtico, mirando hacia todos lados. Sin notar alguna señal de vida volteé a ver a mi hermano con una cara molesta, haciendo que la gema de mi collar se tornara color roja.

—¿Ves? Te dije que de seguro era el gato de la vecina —lo apunté con el bate—, ahora vuelve adentro antes de que te golpee por despertarme.

—No creo que sea el gato —murmuró.

—¡Ya te dije que...! —De pronto alguien cayó del techo, quedando colgado de cabeza provocando que gritaramos del susto y mi collar pasó de rojo a morado.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 || 𝐷𝐸𝑅𝐸𝐾 𝐻𝐴𝐿𝐸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora