|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez

Capítulo 25

- Oye, no tienes que sentirte obligada a nada, así pueda ser la persona más cercana a ti, tienes todo el derecho de decir no sino quieres, nadie tiene el poder sobre ti, disfruta los regalos, si algún día conoces a la persona y no es lo que buscas o lo que esperas puedes decir no y se acabó -.
- Si necesito apoyo moral, ¿Podrías estar ahí para apoyarme? - Inquirió apenada.

Reí ligeramente.

- Pero claro que sí, siempre que lo necesites - Aseguré.
- Te mereces un buen oral por eso, andando, tenemos algo pendiente -.

___'s POV.
Ya que Lisa no está en casa y no hay nadie que pueda darse cuenta de lo que pasa, Christopher y yo nos quedamos dormidos en su habitación luego de habernos divertido.
Cuando abrí los ojos lo ví completamente perdido en sus sueños, así que lo mejor que pude hacer fue levantarme con cuidado de la cama y salir de su habitación para ir a la mía y poder bañarme y cambiarme de ropa, más tarde puedo ir por mis cosas.
Cuando estuve lista me puse la playera más grande y cómoda que tenía y unos shorts, hoy, al menos por la mañana y tarde no tengo considerado salir, así que tampoco me puse sostén, que cómoda me siento ahora sin él.
Fui a la cocina y saqué las cosas necesarias para hacer el desayuno, desde que Lisa llegó quedamos en que ella se encargaría de otras cosas en la casa si yo me encargaba de la comida, a mi bella amiga se le quema el agua y es mejor que se mantenga alejada, así que ya estoy acostumbrada a ésto.
Paso algún tiempo cuando a mis espaldas ese hombre completamente desnudo me miraba, reí y negué con la cabeza mientras giraba a verlo.

- ¿Esperas que diga algo al respecto? - Pregunté divertida mientras mordía mi labio inferior.
- En realidad no, esa acción ya me lo dejó saber todo - Mencionó refiriéndose al hecho de que me mordí el labio.
- No me provoques, Christopher, estoy haciendo el desayuno, es mejor que vayas a ponerte algo y bajes - Advertí.
- ¿Te molesta verme desnudo? -.
- No dejas que me concentre, tu miembro es demasiado tentador -.
- ¿Qué te imaginas haciendo? - Preguntó coqueto.
- No voy a caer, basta de juegos, se va a quemar la comida -.

Me di la vuelta y continué con lo mío, sin embargo segundos después su miembro ya estaba tocando la piel de mi pierna, ay Dios mío, que fuerte.

- Aléjate Christopher - Pedí pasando saliva con dificultad.
- ¿Lo sientes? Desde temprano también haces que se despierte - Dijo cerca de mi oído.

Reí ligeramente.

- Pues cantale y háblale bonito para que vuelva a dormirse -.
- ¿Y por qué mejor no le hablas tú más cerquita? - Susurro en mi oído.
- Porque la comida se quema - Respondí.

Su mano giro las perillas de la estufa para poder apagarla.

- Listo, asunto resuelto -.

Puse los ojos en blanco divertida sin que pudiera verme.

- ¿Tanto necesitas de mí? - Inquirí.
- Eso no se pregunta -.

Me tomó de los brazos y me hizo girar de manera que pudo tomarme por la nuca y comenzó a besarme, claro que no me negué a él, su miembro estaba cada vez más cerca de mi feminidad, tocaba parte de mi piel y eso me ponía más caliente de lo que espere.

- Christopher pareces una máquina sexual - Dije con dificultad.
- Y quiero que tú seas quien lo maneje, así que, ¿Alguna otra objeción? - Inquirió.
- No mi amor, ninguna -.

Me reí y me puse de rodillas frente a él.

- ¿Y después desayunamos cómo la gente decente? - Levanté la mirada antes de hacer lo mío.
- Hacemos lo que quieras muñeca -.

Tomé su miembro entre mis manos y comencé a recorrerlo desde la base hasta la punta, Christopher me miraba fijamente y eso lo hacía más intenso, entonces, sin pensarlo más tiempo lo deje entrar en mi boca y me deje llevar por lo bien que se siente, porque miento si digo que ésto no me gusta, Christopher hace ver todo tan erótico que me imagino haciendo mil cosas más.
Sus manos se enredaron en mi cabello, entonces las embestidas se hicieron presentes, no iba a dejar que se fuera insatisfecho, ya me hizo dejar la comida de lado, pues ésto tiene que valer la pena entonces.
Mis ojos no se despegaron de sus expresiones, mis dedos se clavaron en sus fuertes muslos, que claro que estaban tensos por la ola de sensaciones que estaba experimentando.

- Puta madre - Dijo con dificultad mientras continuábamos con lo nuestro.

Cada vez sentía más presión en el cabello, y es que sus manos saben tomarte con delicadeza pero al mismo tiempo con rudeza, eso es lo que me gusta con Christopher, que cuando quiere puede llegar a ser tan rudo como se le antoja.
De repente sentí aquel líquido correr por mi boca, al fin este guapo hombre había alcanzado lo que tanto deseaba.

- ¿Ves cómo las mañanas pueden ser más divertidas conmigo de buenas? - Mencionó.

Comencé a reír mientras me ponía de pie y limpiaba mi boca.

- Tienes razón, si vamos a hacer ésto todos los días espero casi una fiesta por tu buen humor -.
- Pero por supuesto muñeca, dalo por hecho, ¿En qué te ayudo? - Preguntó.

Negué con la cabeza y volví a prender la estufa.

- Primero vístete, ya te dije que eres una mala tentación por ahora -.
- Si tú quieres estar desnuda cocinando para mí es mejor, serás una perdición para mis ojos pero estoy dispuesto a correr el riesgo - Afirmó.
- Sí, bueno, ahorita tengo hambre, así que ni lo pienses, no me dejarás hacer nada de verme desnuda por toda la casa -.
- Punto a tu favor, pero no esperes que después del desayuno te deje ir así como así, te debo un favor y lo voy a recompensar - Dijo seguro.
- Mm, eso definitivamente me vuela la cabeza, acepto gustosa entonces, tengo un par de cosas que quiero hacer encima de ti - Dije.
- Entonces a comer se ha dicho -.