Capítulo 37

384 29 15
                                    

Llevé a Chris hasta la frazada y ambos nos sentamos uno junto al otro.

- ¿Me ayudas? - Pregunté señalando la botella de vino.
- Encantado muñeca -.

Sonreí y le di la botella, espere a que sirviera el vino en las copas y entonces ambos tomamos una.

- Es hermosa la vista desde aquí, ¿Cómo encontraste este lugar? - Preguntó atento.
- Soy muy curiosa, de repente me di cuenta de que nadie viene para este lado y me encontré con este bonito lugar que ahora podemos tener solo para nosotros -.
- Me pregunto, ¿Qué querrá hacer esa cabecita loca en este lugar? -.
- ¿En serio lo dudas? - Lo mire divertida y burlona.
- Si es lo que estoy pensando, entonces somos dos los que queremos que pase -.
- Disfruta tu copa entonces, porque créeme, querrás dormir toda la noche después - Le advertí.
- Ya quiero que me quites el sueño de esa forma -.

(...)

Chris y yo nos terminamos la botella de vino, entonces los besos comenzaron a ser parte de la situación, claro que el manoseo empezó a ser más caliente y cada vez más elevado, debo confesar que estaba nerviosa pues jamás había estado con tanta adrenalina por dentro, literalmente me cogeré a Christopher a la intemperie, donde cualquiera podría vernos, donde espero que solo la luna y las estrellas sean testigos de lo bueno que está el hombre debajo de mí.
Sus manos fueron a mi blusa y comenzó a quitarla, entonces, con una gran necesidad sus dedos fueron a la unión de mi bra y cortaron todo contacto, de tal manera que pudo quitarlo y dejar que mis pechos quedaran completamente a su vista.
No tardó mucho cuando los tomó entre sus manos, mientras estrujaba uno el otro era atendido por sus labios, succionaba mis pezones y les daba toda la atención que para él, merecían.
Mientras Chris estaba entretenido lleve mis manos a su bragueta para poder bajarla y desabotonar su pantalón, sin quitarlo metí la mano y me encontré con ese gran miembro erecto, como me encanta saber que puedo pararlo así se haya cogido a veinte antes de mí, lo que provoco en Christopher es imposible de ocultar y así será hasta que sea posible.

- Que tengas ganas de más podría significar una cosa - Dijo con la respiración entre cortada.
- ¿Qué cosa? -.
- Que te quedaste con ganas después de estar con Evan -.

Reí sin dejar de mover mi mano dentro de sus pantalones y disfrutando de su juego con mis pechos.

- ¿Por qué piensas que es así? - Pregunté tratando de prestar atención a sus palabras.
- No estás cansada, no me das menos de lo que se podría pensar, algo me dice que las cosas no salieron tan bien con Evan -.

Parecía tan seguro que en verdad me sorprendía.

- Me la pasé increíble con Evan, y sé que tú con la rubia porque tampoco pareces cansado y no creo que te haya dejado con ganas, así que saca esa idea de tu cabecita querido Chris - Dije con seguridad, tal parece que aquí hay una disputa de egos - Me gusta coger contigo y tampoco pretendo darte una mala experiencia, cariño, puedo ser igual que un conejo si así lo prefieres -.
- Eso se escucha muy bien -.

De repente me tomó por las caderas y me dejó debajo de su cuerpo obligándome a sacar la mano de su pantalón.

- Voy a demostrarte que caminar conmigo no es una opción, no después de como voy a cogerte - Dijo cerca de mi rostro, mirándome con esos ojos profundos que dejaban ver deseo y algo más en ellos, algo que no me quedaría a indagar.
- Enséñame entonces - Pedí en un susurro audible para él.

Sus manos y las mías se deshicieron de la ropa faltante sobre nosotros, hasta que finalmente ambos quedamos completamente desnudos bajo la luz de la luna, bajo una intemperie que sería testigo de gemidos y exitantes movimientos por parte de dos personas llenas de deseo.
Christopher tomó un condón y se lo colocó, se posicionó en medio de mis piernas y antes de entrar acerco su boca a mi oído.

- Grita si así lo prefieres, solo no te calles ni me pidas que pare porque no lo haré - Mencionó.

Sin dejarme responder empezó con su juego.
Entró completamente a mí sacándome un gemido de dolor pero al mismo tiempo repleto de deseo por más.

- Aquí vamos muñeca -.

Sus manos estaban a los costados de mi cabeza, así que eso le permitía seguir entrando a mí hasta el fondo, se siente bien, pero definitivamente duele.
Las embestidas comenzaron, con ellas mis gemidos y olas de placer, puedo soportar este dolor si sé que al final voy a llegar a un orgasmo grandioso.

- No tienes ni la más mínima idea de como se siente mi miembro dentro dentro de ti, me vas a volver loco - Mencionó acelerado por los movimientos que estaba haciendo.

Y claro que no me quede atrás, moví la cadera de todas las formas posibles, quiero que cada espacio dentro de mí sea empapado por ese miembro que tantas buenas pasadas me ha dado.

- Disfrútalo, hazlo y déjame saberlo - Pidió.

No suelo ser muy ruidosa, a veces ni siquiera lo soy, pero vamos, dejó entrar a todo su miembro, no es que voy a gritar como loca, pero tampoco voy a callarme, él quiere oírme, él quiere saber lo que puede provocar tal vez para que le quede claro que puede provocar los mejores orgasmos, y puedo hacerlo, puedo darle ese beneficio, no me importaría llenar su ego con tal de que él me llene a mí.

- Sientelo y llenate, embriagate de mí -.

Sus movimientos cada vez eran más rápidos, besaba mi cuello mientras mis uñas arañaban su espectacular espalda, mientras tomaba sus grandes brazos entre mis dedos para poder hacerle saber cuan lejos estábamos llegando, Dios, nunca voy a olvidar ésto, no hay manera.

- Vas a destrozarme Christopher - Dije con dificultad - Y yo quiero que lo hagas - Complete con firmeza.
- Entonces vente, vente para mí, endulzame cariño, hazlo muñeca -.

Sencillamente no iba a hacer falta de mucho para que un orgasmo me alcanzara, eso estaba claro.

|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora