Capítulo 31

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- Dime qué no hemos terminado - Pedí recuperando el aliento.
- Apenas empezamos cariño - Aseguró.

La miré con una sonrisa y ella volvió a girar sobre mí para poder mirarme de nuevo a la cara, sus besos comenzaron a subir por mi abdomen hasta mi cuello, su lengua recorría cada espacio de mi piel haciendo que cerrar los ojos me ayudara a disfrutar aún más de esta sensación tan placentera.

- ¿Listo para lo que viene? - Preguntó.
- Me muero por descubrirlo - Afirmé.

Sus labios encontraron los míos y ella se adueñó del beso, su lengua jugaba con la mía mientras sus caderas se movían en círculos aún sin mí adentro.
De pronto, en un rápido movimiento hizo que mi miembro se introdujera en ella, su cuerpo de la cadera para arriba se puso erguido y comenzó a dar pequeños saltitos sobre mí, de tal modo que sus pechos se movían de una manera tan sexy que los quería en mi boca, sin embargo debido a la lejanía aquello que pude hacer fue tomarlos con mis manos y estrujarlos.
___ seguía con lo suyo mientras realmente hacia que mi miembro y gran parte de mi organismo pudiera vibrar por la exitación, esa piel chocando con la mía se escucha increíble porque nos dejaba saber que estamos rodeados de placer y más.

- Después de ésto nos quedaremos toda la noche contigo abrazándome porque tengo frío - Dijo con dificultad pues su cuerpo seguía moviéndose de arriba abajo.
- Todo lo que tú desees - Acepte sin objeción alguna.

Seguí tocando sus pechos hasta que tras algunas embestidas más alcanzamos el éxtasis esperado.

- Me encanta que tu miembro se sienta tan bien - Dijo recuperando el aliento mientras sus manos se recargaban en mi pecho.

Yo reí y acaricie sus piernas.

- Como hecho a tu medida - Dije.

Sus ojos fueron a los míos y su risa estalló.

- Podrás decirlo de broma, pero es la verdad -.
- Pero aquí hay más verdades -.

Tomé una de sus manos y la lleve a mis labios para dejar un beso en el dorso de ésta.

- Lo que sabes hacer con estas bellas y delicadas manos definitivamente me volaron la cabeza, te lo digo en serio -.

Una sonrisa coqueta se poso en su boca y se inclinó para poder acercarse más a mí y besarme.

- Solo quiero que entiendas que realmente me he abierto a las posibilidades de disfrutar contigo de algo que en absoluto es malo, pero tienes que guardar el secreto, ¿Lo prometes? - Inquirió.

Me miró fijamente a los ojos dejando ver un toque de inocencia en ellos al hablar de promesas.

- Aunque claro, también si tú lo deseas - Aclaró.
- Lo deseo, en verdad que sí, y te prometo que tú y yo sabremos lo bien que es conocer a ese complemento que disfruta tanto como tú de algo que tienes razón, es mejor de lo que alguien puede pensar -.

|Al día siguiente|

___ y yo habíamos decidido salir a desayunar antes de cualquier cosa, debo decir que yo tenía ganas de su cuerpo otra vez pero la señorita se moría de hambre, y la verdad es que yo también así que no tuve alternativa mas que aceptar que teníamos que comer algo urgente.

- ¿Te puedo preguntar algo? - Llamó mi atención después de beber un poco de su jugo.
- Claro que sí, te escucho -.
- ¿Pero me dirás la verdad? - Cuestionó.
- ¿Por qué no lo haría? - Inquirí curioso.
- Pues, no lo sé, podrías no querer hablar de eso y lo entendería, aunque necesito conocerte mejor -.
- Adelante muñeca, pregúntame, te diré solo la verdad - La animé a preguntar.
- De acuerdo -.

Se acomodo mejor en su silla y me miró.

- Normalmente los chicos como tú a los que les gusta estar con varias chicas y no tener nada formal suelen tener una historia detrás donde les rompen de una horrible manera el corazón que parece ser la razón de su forma de ser, no digo que sea malo, pero, ¿Es ese tu caso? ¿Alguien te ha lastimado antes? -.

Vaya, que buena pregunta, algo profundo y directo, bastante bueno para ponerme a pensar.

- Para empezar creo que lo malo o lo que te duele en lugar de hacerte una persona cruel, grosera o algo que se le asemeje no es razón para ser igual o peor, más bien considero que eso debería convertirte en alguien mejor - Dije sincero - Respondiendo a tu pregunta, nadie ha roto mi corazón todavía, la verdad es que no sé si es algo que ya llevas por dentro o que terminas de entender con el paso de los años, solo sé que me gusta quien soy y lo que hago porque es divertido y realmente algo que disfruto, no quiero tener que lamentarme después por no haber gozado de todo mientras pude, claro que quiero estar con una sola mujer y vivir el amor de verdad, pero no ahora, al menos no hasta que llegue una mujer que me haga sentir esa seguridad tal que no tenga ganas de estar con nadie más, creo que hasta entonces podré llamarlo amor -.

___ se había quedado callada, solo me miraba sin mencionar nada, ¿Por algo malo que dije tal vez?

- ¿Respondí tu pregunta? -.
- Mejor de lo que esperaba -.
- ¿Qué estabas esperando? - Pregunté divertido.
- No lo sé, tal vez que tuviste una novia que te engaño o algo así - Se encogió de hombros - Me alegra que no te hayan lastimado, en verdad te lo digo, y creo que concuerdo con todo lo que me has dicho, pensamos más parecido de lo que creí - Me dijo con una sonrisa en los labios - Me alegra mucho haberte conocido Chris, eres un hombre tan interesante que definitivamente me caes mejor que antes -.

Reí ante su comentario.

- ¿Te caía muy mal? -.
- Como no imaginas, muy mal de hecho -.

Ambos reímos.

- Es broma, no me caías mal pero llevabas mucha ventaja con las cosas que decías y hacías, tenía que liberar mi sentir de alguna forma - Se justificó.
- Y míranos, ahora estamos haciendo un gran sacrificio sexual -.
- Y lo seguiría haciendo, no lo dudes - Afirmó.

|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora