|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez

Capítulo 56

Las patrullas, algunas iban delante de nosotros y otras detrás, si para Orhan son seis horas desde la ciudad, pues nosotros nos hicimos tres y media, la velocidad ni siquiera la media, prometí que estaría pendiente de ella, necesito saber que está bien.
Cuando al fin llegamos a ese lugar del que Mario consiguió la dirección de inmediato bajamos con chalecos antibalas que nos dieron, insistí en que me dejaran entrar con ellos y el papá de Mario no tuvo más remedio que aceptar.
Jamás imaginé que fuera tan feo, parecía irreal, no podía creer que fuera verdad que existiera un lugar así donde un depravado asqueroso que se hace llamar pastor tuviera dominado a todo un pueblo.
A medida que avanzamos no había nada, de alguna manera trataba de sentir alivio porque eso quería decir que tal vez ella no estaba aquí.
Sin embargo llegamos a una habitación donde su aspecto fue el peor, los policías abrieron la puerta de una patada y mis ojos se encontraron con una imagen que me rompió el alma, me destrozó y derrumbó por completo, juro que podía escucharla diciendo que ahora también podía comprobar que tengo corazón, porque cada parte de él se había roto en mil pedazos.
Tres personas, dos hombres y una mujer alrededor del cuerpo inmóvil y bañado en sangre de ___ hacían no sé que cosas en su dirección, había velas y rosarios a su alrededor, ¿Qué mierda?
En cuanto nos vieron nos miraron incrédulos.

- Arriba las manos, contra el piso los tres, rápido rápido -.

Los policías de inmediato los sometieron y yo corrí a ___.
La tomé entre mis brazos y la mire, está llena de golpes, llena de sangre, apenas y puedo sentirle pulso.

- Llamen a una ambulancia, por favor, está dejando de respirar - Pedí con apuro.
- Ya viene en camino hermano - Dijo Mario a mis espaldas.
- ¿Qué están haciendo aquí? La casa de Dios es sagrada - Dijo el imbécil que estoy seguro, es el estúpido pastor.
- Malditos lunáticos, malditos locos de mierda, ojalá se pudran para siempre por lo que han hecho - Grite sin soltar a ___.

De pronto un policía encendió la luz y pudimos ver lo que había alrededor, las malditas fotos esas.

- No te vayas, quédate conmigo - Le pedí.

La dejé con cuidado y mire a mi alrededor, este maldito le hizo algo.
Corrí hacia él y comencé a golpearlo hasta que logré que su cara sangrara, pero entonces los policías me quitaron de encima.

- Cálmate hermano - Mencionó Mario.
- Si le pasa algo te juro que te vas a arrepentir - Amenacé - Es increíble como es que se hacen llamar padres cuando son una mierda, una mierda total - Dije en dirección de las otras dos repugnancias, porque es imposible creer que sean seres humanos, no me cabe duda que son quienes se hacen llamar padres - Estoy seguro de que les va a pesar lo que hicieron -.

Me solté del agarre de los oficiales y volví con ___.

- Ya estoy aquí, te prometo que todo estará bien, solo no te vayas, no vayas a dejarme por favor - Le hablé con tal de que algo en ella pudiera escucharme y sepa que va a estar bien, yo haré que esté bien - Tú puedes muñeca, vamos, sigue adelante -.

Tras algunos minutos al fin llegó la ambulancia, me quité y dejé que hicieran su trabajo, tienen que salvarla a como de lugar.

- Andando amigo, vamos con ella - Dijo Mario.

No pensé más y salí para subir a la ambulancia con ___.

- Te veo allá Chris -.
- Claro, gracias -.

Es hora de que la atiendan.

(...)

Pasan las horas y nadie me dice nada de ella.
Ahora mismo solo somos ___ y yo, y juro que voy a darle todas las fuerzas que tengo con tal de que esté bien y sepa que no voy a dejarla sola, se libró de una familia que solo la ata a algo que no es y la hacen sentir mal porque es valiente y más inteligente que esa bola de borregos imbéciles, quiero golpear a ese maldito pastor de mierda y a su papá hasta que la vida se me vaya en ello.
Me levanté de la silla y caminé para tratar de calmarme.

- Tranquilo amigo, pronto nos dirán que pasa - Aseguró Mario.
- ¿A dónde llevaron a esas escorias? - Pregunté impaciente.
- Mi papá consiguió que sean juzgados en la ciudad, ahí van a recibir todo el peso de la ley, parece que en ese pueblo de mierda también la policía seguía a ese maldito -.
- Voy a -.
- ___ Rivera, ¿En dónde está mi hermana? -.

No termine mi frase pues miré hacia los tres hombres que entraron alterados y preguntando por ___.

- ¿Tu hermana? ¿Cómo puedes pararte aquí y preguntar por "tu hermana"? - Mencioné haciendo comillas con los dedos.

Los tres me miraron.

- ¿Por qué no fue tu hermana cuando tenías que cuidarla de tus malditos padres enfermos y de ese depravado que le jodió la vida? ¿En donde mierda estaban metidos malditos cobardes? ¿Cómo se atreven a preguntar por ella? - Pregunté tan enojado que Mario tuvo que ponerse en medio.
- ¿Quién te crees que eres para hablarnos así? - Hablo otro de ellos.
- El hombre que sin importar nada vino a proteger a la mujer que ustedes siendo tres no pudieron cuidar, el hombre que los tiene bien puestos y no agacha la cabeza, ¿Qué más quieres escuchar? Son tres cobardes buenos para nada - Afirmé.
- ¿Tú qué sabes? ¿Cómo te atreves a hablarnos así? - Inquirió enojado otro más.
- Sé mucho más que ustedes, ¿Acaso viste como la dejo la bestia de tu padre? ¿Te puedes imaginar la sarta de estupideces que le dijo aquel imbecil al que llaman pastor? Están jodidos de verdad, no les parto la cara porque necesito saber que ___ está bien, y sé que haciéndolo me van a sacar de aquí -.
- Tranquilo hombre, basta - Dijo el que se veía más grande de los tres - Soy Matías, mi hermano es Gerardo y el otro César, somos hermanos de ___, no sabíamos nada de lo que estaba pasando hasta que los vecinos llegaron con la noticia a nuestra casa, sé que tienes razón en muchas cosas, pero necesito que me expliques que está pasando porque no entiendo nada -.