Capítulo 59

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Habían traído la comida que ___ tenía que consumir, parece que ya tiene que empezar con lo sólido puesto que pasó mucho tiempo sin comer de verdad.

- Yo voy a darte de comer, no tienes que moverte y no me importa lo que pienses, vas a dejar que te consienta - Afirmé sin dar lugar a quejas.
- Bien - Mencionó sin objeción, y es que no la tiene, no lo voy a permitir.

Así que tome la sopa y comencé a dársela.

- Quiero decirte algo - Me atreví a decir.

Ella me miró insitandome a seguir hablando.

- Conocen todo lo que pasó y porque se suscitó, aún así no van a juzgarte ni catalogarte, tienes que saber que tus hermanos han estado todo este tiempo esperando por ti conmigo, y por lo que he podido hablar con ellos, te quieren tanto que van a apoyarte y ser esos hermanos que no han sabido tratarte - Le deje saber.

Sus bonitos ojos me miraron incrédulos, ella no sabía cómo reaccionar exactamente, sin embargo me mostró una sonrisa pequeña.

- Podía esperarlo de Matías, pero me alegra mucho que Gera y César también estén en ese plan, no sabes lo feliz que me hace escucharte - Dijo.
- No mereces menos muñeca, quien te daño va a pagar, y lo hará caro, pero tus hermanos quieren saber si quieres verlos, si quieres que estén cerca de ti, si no vas a echarlos de tu vida después de que fueron unos cobardes que no supieron cuidarte -.

No voy a hablarle tapando el sol con un dedo, sé que ___ lo tiene muy claro y quiero que se de cuenta de que la familia no siempre es quien te proteje, a veces son quienes más daño te hacen, ella debe saber tomar la decisión correcta y alejarse si es necesario, ya bastante la afectaron.

- Claro que quiero verlos, son mis hermanos y los amo, nunca voy a poder dejar de hacerlo - Dijo mientras me miraba - Pero también sé que ya no puedo permitir que quieran manipularme o dominarme, quise ser lo que mis padres deseaban, lo que ellos consideraban un orgullo pero no pude y me costó muy caro - Mencionó mientras su mirada se apagaba, mientras una de sus manos señalaba su cuerpo - Quiero que estén cerca pero dejándome continuar con mi vida sin hacerme creer que hay un pastor que domina un territorio solo porque según sus palabras absurdas, es la mano derecha de Dios - Puso los ojos en blanco y negó - Quiero verlos, lo haré, pero más tarde, ¿Te molestaría quedarte conmigo un rato más? - Preguntó.

¿Cómo voy a decirle que no a esta bonita ojiazul?

- Muñeca, encantado de hacerte compañía, no quiero nada más - Dije sincero - O bueno sí -.
- ¿Que cosa? - Me miró curiosa.
- Más besos - Mencioné mientras me acercaba y dejaba pequeños besos en sus labios.
- Aprovechado - Dijo divertida.
- No voy a negarlo, pero gracias al cielo, puedes vivir con eso -.

___'s POV.
A pesar de que ambos queríamos quedarnos juntos, Christopher dijo que mis hermanos también querían verme y yo acepte que él saliera de la habitación, estoy nerviosa, mucho, pero también sé que esto me va a ayudar de alguna manera, quiero creer que mis hermanos son distintos, que ellos no van a golpearme o tacharme de lo peor.

- Hola pequeña, ¿Podemos pasar? - Preguntó Matías desde la puerta.
- Claro, pasen - Dije con una sonrisa.

Mis tres hermanos estaban aquí.

- ¿Cómo te sientes? - César se atrevió a preguntar una vez que los tres estuvieron junto a mi cama.
- Mucho mejor, ya casi no me duele nada - Respondí.
- Mira como te dejaron - Dijo con pesar, algo que jamás había visto en Gera.
- ___, una vez te lo dije y ahora quiero reafirmarlo, te prometo que vamos a protegerte y hacer que ésto no quede sin castigo - Mencionó Matías.
- ¿Aunque quien me golpeó sea papá? - Pregunté en voz baja.
- Aunque se trate de él - Afirmó César.
- ¿Lo dicen en serio? - Pregunté sorprendida.
- Hermana, mira cuánto daño te han hecho, jamás creímos que serían capaces de algo como eso, mi mamá por lo menos debió llevarte al hospital inmediatamente, pero no fue mas que una cómplice - Respondió Matías.
- No tenemos derecho a juzgarlos, pero lo que hicieron no estuvo bien, las autoridades serán quienes decidan que pasará con ellos y con el pastor, ahora lo que importa es que tú te mejores, que sanes esas heridas - Dijo Gerardo.
- Tu amigo, Christopher, nos dijo que él tiene conocidos que pueden ayudarte a sanar las heridas de tu corazón, y creemos que sería lo mejor, no debe ser fácil por lo que pasaste - Completo César.

Los mire sin creer que realmente son mis hermanos los que están aquí, sin embargo me llenaba el alma creer que tenía alguien cercano como ellos apoyándome.

- En realidad no lo es - Dije sincera - Y claro que aceptaré la ayuda, pero creo que ustedes pueden hacer lo mismo - Sugerí.
- Si con eso podemos conseguir acercarnos más a ti, lo haremos sin dudas, vamos a estar bien, te lo prometo - Aseguró Matías.
- Discúlpanos por no saber cuidarte ___, por haberte abandonado a tu suerte y ser unos tontos egoístas que no veían más allá - Dijo de repente César llamando mi atención.
- Fuimos unos cobardes, unos idiotas que te dejaron de lado cuando eres increíble y una hermana excepcional - Continuó Matías.
- ¿Podrás disculparnos pequeña? - Gerardo me miró a los ojos.

Dejé que las lágrimas de esa alegría inmensa salieran libres, no puedo procesar que mis tres hermanos estén aquí disculpándose, pero sé que tengo clara mi respuesta.

- Claro que los perdono, no voy a recriminarles nada, los amo y siempre será así - Afirmé con una sonrisa.

Los tres tomaron mi mano que está libre y me sonrieron.

- Eres maravillosa ___ - Aseguró César.
- Gracias por estar aquí - Agradecí - Pero, ¿De verdad saben lo que pasó? - Los miré con preocupación.
- Christopher nos contó, pero eso ya no importa, no importa nada de lo que sucedió porque es un milagro que estés aquí ___, estamos intentando cambiar y entenderte porque te queremos, déjanos ser parte sin que temas por el qué podríamos pensar - Mencionó César.
- Eres nuestra hermana y jamás cambiará el hecho de que te amamos - Intervino Gerardo.
- No te preocupes ya por nada, solo piensa en que pronto te vas a recuperar y saldrás de aquí - Dijo Matías.
- Quisiera llenarlos de besos y abrazos, pero les prometo que cuando pueda moverme lo haré - Aseguré.
- No te vas a escapar, será un nuevo comenzó, ya lo verás - Prometió Matías.

(...)

Matías, César, Gerardo y yo continuamos platicando un rato hasta que el médico llegó y dijo que tenían que dejarme descansar, la verdad es que sí siento un peso encima que me hace tener mucho sueño, es que vamos, tengo como mil golpes en cada rincón de mi cuerpo, ¿Cómo no voy a sentirme agotada? Pareciera que un auto me arrollo, pero fue mil veces peor.

|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora