Capítulo 30

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Christopher's POV.
Llegamos a su habitación, ella estaba tan misteriosa y me sonreía tan maliciosa que definitivamente me daban muchas ganas de saber lo que estaba pensando, me resulta intrigante, demasiado, no imagino lo que su cabeza puede estar maquinando, sencillamente pienso de todo.
Se acercó a mí y puso sus manos en mi pantalón.

- Esta noche el control lo llevo yo - Mencionó.

No dije nada, solo asentí con una sonrisa en el rostro.
Sus manos se posicionaron en el botón de mi pantalón, lo desabrochó y junto a él bajo mi boxer al mismo tiempo, cuando estos llegaron al suelo simplemente di un paso de lado para dejarlos salir por completo.
Sus ojos, brillantes y llenos de deseo, miraron mi miembro con detenimiento, nadie me había mirado tan profundamente esa parte de mi cuerpo, pero extrañamente con ella no sentía incomodidad por tenerla observando directamente.
Colocó una pequeña sonrisa en su rostro y sin más volvió para ayudarme a quitar la playera, sus manos recorrieron cada centímetro de mi pecho, dejó besos húmedos desde mi ombligo hasta el cuello, sin olvidarse de besar y admirar mis tatuajes.
Aventó mi playera por ahí y siguió besando mi cuello un tiempo hasta que finalmente me miró a los ojos.

- Acuéstate, porque ahora me toca a mí - Dijo.

Me guiño un ojo, entonces me recosté en su cama y dejé que toda mi atención se enfocara en ella.
Sus manos fueron hacia esa pequeña blusa de botones que dejaba al descubierto una parte de su abdomen, lentamente comenzó a desabrocharla haciéndome sentir la necesidad de pararme y hacerlo yo mismo, quiero verla desnuda ya.
Cuando al fin se la quito, la lanzó por ahí y sus dedos delicadamente comenzaron a recorrer sus pechos por encima de su sostén, por su abdomen, de repente llevó dos dedos dentro de su boca y los lamió como si de mi miembro se tratara, o al menos eso fue lo que mi mente imagino en ese momento porque de inmediato un amiguito comenzó a despertar, estoy seguro de que mis ojos ya lanzan llamas.
Sus ojos no se despegaban de mis reacciones, tampoco de mi miembro, ella quería seguir viendo, confirmando que puede causarme una erección cuando, dónde y como se le antoje.
De repente sus manos fueron hacia su short e hizo lo mismo que con su blusa, una delicadeza extrema que me hacía querer tomarla a mi antojo.
Ahora estaba en ropa interior, Dios, ¿Qué hará ahora? Eso definitivamente me prende más.
Sin verlo venir se puso en cuatro sobre el suelo, mis ojos se abrieron con sorpresa, necesito tocarla, sentirla.

- Ni se te ocurra Chris, porque se acaba ésto - Me dijo a modo de advertencia cuando me vió moverme.
- No me dejes así, me estás matando - Confesé.
- Aguanta un poco, te va a gustar - Aseguró.

Regrese a mi posición y continúe viendo el espectáculo.
No sé cómo, no me importa tampoco, solo sé que mis ojos estaban hipnotizados por ella, su cuerpo acariciaba el suelo ya que ___ se movía sensualmente, como si de un baile se tratara, entonces, cuando más perdido estaba, ella se puso de rodillas, sus manos quitaron su sostén y al fin dejaron esos bellos pechos a mi vista, lanzo su bra cerca mío pero ahora todo de mí estaba pendiente de ella.
Se acostó sobre el suelo y sus dedos se encargaron de quitar sus pantis, que del mismo modo lanzó lejos.
Mi cuerpo ya pedía a gritos por sentirla, por tenerla cerca, por tocarla y hacerla mía, quiero ser yo quien haga todo con ella, pero como siempre, voy tan atrasado con todo que no ví venir lo que estaba pasando.
Aún acostada en el suelo, una de sus manos fue a sus pechos, de ahí comenzó a recorrer cada centímetro de su cuerpo hasta que finalmente llegó a su pelvis, no sé si estoy listo para lo que viene, solo sé que no quiero estar en otro lado, que no importa que, me encanta lo que está pasando.
Dos de sus dedos entraron en su feminidad y comenzó a moverlos mientras sus caderas hacían lo mismo, pequeños gemidos salían de su boca, maldita sea, yo sé que lo goza porque esas manos, esa boca, todo en ella sabe hacer cosas maravillosas, soy testigo de eso, y lo que en mi miembro estaba provocando es cosa de otro mundo.
Solo podía sentir como la presión aumentaba en ese amigo que está a punto de reventar.
Me gusta verla, me gusta oírla, sé que puede hacer cosas fuera de lo humanamente imaginable, pero también quiero hacérselas yo, quiero que sepa que juntos podemos ir a dónde ella quiera cuando el placer nos domine.
Tras algunos minutos y movimientos más ella se corrió, ella liberó aquello que iluminó más mis ojos, bendita mujer.
Con una sonrisa burlona en el rostro una vez que se recompuso ella se puso de pie y lentamente comenzó a caminar hacia mí.

- ¿Te gustó lo que viste? - Preguntó coqueta.
- Muñeca, gustarme es muy poco, lo disfruté contigo, lo pude sentir también, yo sé lo que eres capaz de lograr -.

Dejó salir una risita y entonces se subió sobre mí.

- Solo por eso haré que lo vivas también -.

Aún sobre mí hizo un movimiento que la dejó darme la espalda, entonces su atención, ese bonito rostro y esas manos fueron de mi miembro totalmente.
Lo acarició, lo lubrico con esa bonita boca y comenzó a hacer maravillas, lo lamía a su antojo, lo acariciaba, daba embestidas que me hacían apretar su trasero con fuerza, nada mejor que verlo así de cerca con ella dándome la espalda, yo solo cerraba los ojos y disfrutaba mientras algunos gemidos salían de mi boca, no quiero que ésto acabe porque definitivamente me estoy volviendo loco, estoy demasiado excitado, tan prendido que todo lo que me imagino es con ___ a mi merced.
Tras algunos movimientos más de su parte al fin pude correrme en su boca, ella pareció disfrutarlo también, ¿Y cómo no? Si ésto que tenemos nos satisface enormemente a ambos.

|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora