Capítulo 21

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Caminé decidida hacia él, y una vez frente a frente cerré mi puño y lo dejé ir con todas mis fuerzas hacia su nariz, carajo, jamás había hecho algo como ésto.

- La próxima vez que llames puta a alguien asegúrate de haber corrido muy lejos para evitar que te partan la cara por imbécil - Dije enojada.
- Maldita loca - Dijo mientras se tocaba la nariz goteando de sangre.

La gente de inmediato se acercó a nosotros debido a su reclamo.

- Vuelve a llamarme puta y no será tu nariz la que esté rota, te voy a patear las bolas hasta que jamás se te olvide que conmigo no te tienes que meter, ¿Te ha quedado claro? - Amenace.
- Parece que le ha quedado bien claro, ¿No es cierto? Vuelve a insultarla y te juro que te vas a arrepentir - Sin verlo venir Christopher lo golpeó en el estómago y se acercó a mí - ¿Lista para la ronda de tragos? -.
- Adelante guapo -.

Sin que ninguna otra cosa nos importara nos alejamos de ese tipo que acabó con mi paciencia y me hizo conocer un lado que definitivamente no sabía que tenía.

- Mira sorpresas que sigues dándome, pero la verdad yo quería romperle la cara - Dijo, ya estábamos lo suficientemente alejados del tipo.
- Nadie me llama puta, mucho menos de turno, ese cabrón se lo ganó - Aseguré.
- Y no lo discuto muñeca, bien hecho -.
- Gracias por defenderme - Agradecí más tranquila.
- Siempre voy a hacerlo, mientras estés conmigo nadie va a lastimarte de ninguna manera -.

Sonreí en su dirección y besé su mejilla.

- Definitivamente vas a gozar de dos premios esta noche, felicidades cariño -.
- Ya quiero que llegue el segundo de ellos -.

(...)

Chris y yo bebimos un rato mientras de vez en cuando bailabamos, más bien yo le bailaba a él mientras lo dejaba tocar, claro que prudentemente, tenemos esa mirada intensa de la pelirroja que se muere por estar en mi lugar, ya llegará el día en que esté solamente ella ante su campo de visión.

- ¿Quieres ir y cogerte a la pelirroja? - Pregunté de repente.
- ¿Qué? - Me miró sorprendido.
- Eso, ¿Quieres estar un rato con la pelirroja? - Volví a preguntar.
- ¿Qué esperas que responda? - Mencionó confundido.
- Pues la verdad, si me dices que sí no voy a oponerme, adelante -.
- ¿Lo dices en serio? - Preguntó incrédulo, a lo que reí.
- ¿Por qué lo dudas? Yo no voy a ponerme celosa ni te haré una escenita, puede ser la pelirroja o la que quieras, es tu decisión - Dije con total seguridad de mis palabras.
- ¿Por qué crees que querría irme con otra? - Preguntó curioso.
- No es tanto como que lo crea, solo que no quiero que te sientas reprimido en ningún momento ni obligado a quedarte conmigo todo el tiempo - Le dejé claro.
- ___, muñequita, estos días son para conocernos, para disfrutarnos libremente en la cama y nada más, después de que Lisa regrese tendré la misma oportunidad de estar con otra tanto como ahora, así que, no me siento reprimido ni obligado, quiero y estaré contigo, claro, a menos que tus deseos sean ir con alguien más -.

Lo miré y dejé salir un pequeña sonrisa.

- Ahora yo pregunto lo mismo, ¿Por qué querría estar con otro si los días libres están contados contigo? Pero ya teniendo las cosas claras sé que debo ignorar esas miradas que si fueran balazos, ya me habrían perforado por muchas partes -.

Christopher rió y me pegó a su cuerpo.

- Tranquila muñeca, se les pasará - Afirmó.
- ¿Qué dices si vamos al auto y nos divertimos un rato? - Pregunté susurrando en su oído.
- Muñeca, no tengo porqué decir que no, andando -.

Ambos caminamos con paso tranquilo hasta que llegamos a su auto, inmediatamente nos subimos a la parte trasera, los vidrios son polarizados, aunque la verdad me daría igual sino lo fueran, total, está bastante oscuro como para que alguien pueda ver algo, y si lo hiciera, pues que disfrute y se le antoje.
Christopher se sentó y yo sobre él, comencé a mover mis caderas aún con ropa mientras mis labios le comían la boca y mis manos se enredaban en su cabello.

- Quítame la ropa - Pedí cerca de su oído.

Sus manos de inmediato se movieron y se deshicieron de mi blusa y mi sostén, entonces su rostro se hundió entre mis pechos, su boca comenzó a dejar besos húmedos en ellos mientras yo seguía con el movimiento de caderas.
Mis manos sacaron su chaqueta y su playera, finalmente podía tener ese delicioso torso para mí sola, para tocarlo y besarlo a mi antojo, así que detuve sus caricias y esta vez fui yo quién procedió a besarlo, pase mi lengua desde su ombligo hasta su cuello, que piel tan exquisita.
Sus manos comenzaron a estrujar mis glúteos, con un poco de dificultad por el espacio que tenemos para movernos ambos terminamos de quitar el resto de la ropa, Christopher tiene condones por todas partes así que tomó uno y se lo colocó, entonces finalmente me senté de nuevo encima de él y dejé que su miembro se introdujera en mí.

- Al fin - Solté en un gemido.

Sus dedos clavados en la piel de mi cintura, mis manos alrededor de su cuello, sus labios besándome, así es como poco a poco las penetraciones se iban haciendo más y más intensas de manera que yo sentía la necesidad de más, como si quisiera que nuestros cuerpos pudieran fusionarse aún más, es que el sexo es divino en verdad.

- Puta madre, estás tan buena - Dijo con dificultad y procedió a llevarse uno de mis pechos a su boca.

Ninguno de los dos dejo de moverse, la calentura se hacía cada vez más alta, los vidrios del auto ya estaban completamente empañados, mi sonrisa no podía mostrar mas que satisfacción, mucho más porque tras algunas embestidas más logré llegar al clímax, y poco después Christopher hizo lo mismo.
Para poder reponernos Christopher hizo presión de manera que sentía todo su miembro dentro de mí, juro que logré percibir que mi intestino se había movido de lugar, ¿En qué cabeza cabe que ese gran amigo de Christopher va a entrar completo? Bueno, logro cumplido para mí.

|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora