|Sacrificio Sexual| Christopher Vélez

Capítulo 42

Los días pasan y afortunadamente no he recibido nada más de esa persona, al menos no ahora, sin embargo esos nervios por saber que pronto podría pasar no me dejan, no sé que esperar ahora y me asusta, ya no quiero esos regalos ostentosos, no cuando la persona que los manda puede ser un psicópata o algo.
Estaba en mi habitación, recostada en la cama, cuando de pronto mi celular comenzó a sonar, mire de quién se trataba y mi corazón latió con rapidez, es una llamada de la casa de mis padres.
No tarde mucho cuando tomé el celular y atendí.

- ¿Hola? - Dije.
- ___, necesito que vuelvas a la casa - Mencionó mi mamá con seriedad y frialdad en su voz.
- ¿Por qué? - Pregunté preocupada.
- Matías, tuvo un accidente y está muy grave, pidió verte -.

Todo a mi alrededor parecía dar vueltas, sentía que el corazón se me había detenido.

- Salgo ya mismo para allá, adiós -.

¿Por qué esperaba que me hablara por una buena razón?
Colgué, me levanté y de inmediato tomé una maleta para echar un poco de ropa, guardé dinero y todo lo necesario para salir rápido de mi habitación, entonces en el living me encontré a Lisa y Christopher peleando por no sé que, ambos me miraron y después a mi maleta.

- ___, ¿A dónde vas? - Preguntó Lisa sorprendida.
- Mi mamá me llamó - Respondí.

Christopher y Lisa de inmediato cambiaron su semblante a uno de seriedad.

- ¿Qué te dijo? - Inquirió.
- Matías, sufrió un accidente y quiere verme, Li, eso solo dice que fue grave - Mencioné mientras mis ojos comenzaban a cristalizarse.

Matías, mi hermano mayor es del que se trata todo.

- Amiga, cuánto lo siento -.

De inmediato me abrazó y comenzó a consolarme.
Detrás de Lisa Christopher tomó mi mano y dejo varios besos en el dorso de ésta, "todo va a estar bien", logré leer de sus labios, le arroje un beso y trate de sonreír.

- Tengo que irme, no sé cuánto tiempo me tome o que pase, pero te llamaré - Aseguré.
- Está bien amiga, cuídate mucho por favor, avísame cualquier cosa - Pidió.
- Claro Li, nos vemos -.

Besé su mejilla.

- Cuídate ___, estaremos pendientes de ti - Mencionó Christopher con seriedad.
- Gracias, hasta pronto -.

No espere más y salí del departamento.

(...)

Tras largas horas por fin había llegado a ese horrible pueblo de nuevo, nada ha cambiado y estoy segura de que nada lo hará, no con ese horrible pastor a cargo.
Me estacione afuera de la casa de mis padres, baje del auto y me pare delante de la puerta, solté un suspiro y toque el timbre, me duele el estómago de nervios, quiero saber cómo está mi hermano pero me aterra enfrentarme a mis papás de nuevo.

- Pasa - Dijo mi mamá con esa frialdad que siempre solía usar conmigo.

No me preguntó cómo estoy, no me abrazo, no me dió un beso como lo hace una mamá cuando no ha visto a sus hijos después de tanto tiempo.
Solo dejé salir un suspiro y entre, esa fea sensación me recorrió el cuerpo, ese escalofrío que me daba después de llegar a casa cuando iba al preescolar estaba de regreso, una vez más revivía lo feo que enfrente aquí.

- ¿En dónde está Matías? - Pregunté.
- En el hospital ___, ¿En dónde más? - Mencionó enojada - Te estaba esperando para irnos, así que muévete, solo estás aquí porque mi hijo me lo pidió, pero nada más -.

Asentí y me mordí el labio por dentro, si ella supiera y pudiera entender cuánto me lastima lo que dice, me encantaría que pudiera darme un poco del amor que tiene para Matías, aún a pesar de ello, amo a mi hermano y sé que no tiene la culpa de la forma en la que mis padres me tratan ni a él.

(...)

Llegamos al hospital, ahí estaban mi padre y mis otros dos hermanos, Gerardo, el que sigue de Matías, y César, el último hombre.

- Hola - Dije a forma de saludo.

Mis hermanos solo movieron la cabeza en mi dirección pero ni siquiera se acercaron a abrazarme o mencionar cuánto me extrañaron, igual que Christopher lo hizo con Lisa.

- Matías te está esperando, no le des más problemas a tu hermano, no sé porque quiso verte pero mas te vale que te comportes, si algo le pasa será tu culpa - Mencionó mi padre aguantando las ganas de gritarme ya que estamos en un lugar público.
- Está bien papá - Respondí nada más.
- Llévala Rocío -.

Mi mamá caminó delante de mí hasta que llegamos a la habitación en dónde está Matías.

- Estás advertida ___ - Repitió la advertencia de mi padre.

Me empujó para que entrara y sin más cerró una vez que ingresé a la habitación.

- Hola Mati - Dije cuando estuve a su lado.

Tiene puesto un collarín, su rostro está todo golpeado, su brazo está vendado y parece que no se puede mover.

- Pequeña traviesa, por fin llegaste - Mencionó con una sonrisa - Te he extrañado como no imaginas, no sabes cómo me alegra verte tan bien y bonita como siempre -.
- Ay hermano, yo también te he extrañado mucho, me moría de ganas por abrazarte -.

Pero lo único que hice fue tomar su mano, no quiero lastimarlo.

- ¿Cómo te sientes? - Pregunté.
- Bien, ahora por el medicamento no siento mucho dolor -.
- Que bueno, me preocupe demasiado cuando me avisaron - Confesé.
- Tranquila hermanita, estoy bien, pero tenía que aprovecharme de la situación para verte, para hacer que mis padres te dejaran estar conmigo, ayer salí de terapia intensiva y los doctores dijeron que fue un milagro que estuviera vivo, así que podrás entender que mis padres estén preocupados y acepten mis peticiones - Me dejó saber.
- ¿Me prometes que entonces no vas a irte a ninguna parte? - Pregunté.

Mi mayor temor es que mi hermano se despida de mí.

- Te lo prometo traviesa, soy tu hermano y estaré aquí hasta que tu piel se arrugue como pasa, sé que no he sido el hermano que esperas, tengo tantos errores y no he sabido cuidarte como mereces y necesitas, no sabes cómo me culpo por no apoyarte, pero te admiro tanto por el lugar en el que estás y lo que has logrado, perdóname ___, por favor perdona mi cobardía - Mencionó.