ADDICTED TO YOU (LUMITY)(THE OWL HOUSE)

Cap 23.5: Reconciliación de Sangre Pt. 2

(ADVERTENCIA: la próxima lectura tiene contenido de escenas explícitamente más subidas de tono con respecto a los demás capítulos, algunas partes son clave del pasado y presente del personaje, por lo tanto, es tu decisión y responsabilidad si continuas la lectura)

Los cementerios eran lugares donde se encontraba una extraña vibra de melancolía y paz, tal vez porque hoy en día la gente no visitaba a sus familiares o seres queridos en un día cualquiera, la mayoría iban en días de celebración o, como en México, cada 2 de noviembre, sin embargo, Luz se encontraba en el cementerio de Huesos Burgoh en las mismas fechas que era el aniversario luctuoso de su hermana, Vee. – Hola, nerd... – El día estaba nublado y casi no había gente en donde se encontraba, eran finales de febrero. – Te traje esto. – Un ramo de girasoles, los favoritos de aquella jovencita.

Los puso enfrente de su lapida que tenía otros ramos, parecía limpia al contrario de otras y Luz no dejo de leer lo que estaba escrito en ella: "Vee Noceda (2000-20XX)", una y otra vez. – Vamos, Luz, se nos hará tarde por tu culpa. – Apurada se ponía sus tenis en medio de la sala, mientras que la menor ya estaba en el marco de la puerta con su bolso. – Por este tipo de cosas el presidente del consejo estudiantil, Frank, no te hace caso. – Y dale con eso.

Una vez que cerraron bien la casa con llave se dispusieron a casi trotar para poder llegar a tiempo a la parada del autobús. - ¡Ya te dije que ese tipo no me interesa! – Mentira, babeaba por él. – Vee, mamá otra vez cambio nuestros almuerzos. – Se dio cuenta apenas viendo la ensalada con aderezo muy nutritiva, ambas se intercambiaron sus refractarios y se dispusieron a almorzar en cuanto la campanilla sonó después de un par de clases. - ¿Nos saltamos educación física? – Ambas estudiaron en la misma escuela, en el mismo grupo y grado, así que eran inseparables, en aquel entonces los demás pensaban que habían construido un muro alrededor de ellas.

Vestían sus uniformes deportivos y estaban en el gimnasio de la escuela, hoy era día de "quemados". – La entrenadora ya nos vio, nos suspenderá. – Luz admitía que ambas eran unas patatas en el deporte, pero al menos ella sabía esquivar o por lo menos lo intentaba, Vee parecía tener 2 pies izquierdos incluso para correr. - ¡Agh! – La habían golpeado en la cara y Luz se molestó.

- ¡Oye, tarado! ¡Fíjate donde apuntas! – Ese día, terminaron en suspensión, Luz y aquel chico terminaron peleándose, traía un ojo morado, pero al menos ella le había hecho 2 a ese chico. - ¡Ya te dije que fue culpa de ese idiota, mamá! – Y desde tiempos innombrables, Camila tenía que ir a la escuela a respaldar a su hija, mientras revisaba el golpe y la curación que le habían hecho a Vee y a Luz en la enfermería. – Te juro que cuando lo vea mañana, le voy a cortar los...

- ¡Luz Noceda, esa boca! – Vee rio a pesar del dolor en la cabeza, mientras Luz iba refunfuñando con los brazos cruzados durante todo el camino a casa con una suspensión y varios días en detención después de clases. – La verdad es que me alegra que siempre la estés defendiendo, Luz... - Era casi anocheciendo y la familia estaba recogiendo un poco la casa después de cenar, por un lado, Vee se encontraba recogiendo la basura de los demás cuartos, así que Camila y su hija se encontraban lavando los trastes en la cocina. – Fue incorrecto, la verdad, pero sé que la querías proteger.

- En la escuela siempre nos molestan, mamá, más a Vee, así que obvio la tengo que defender, soy la mayor. – Comento ella acomodando los vasos en los estantes de arriba. – Siempre nos dicen huérfanas, Vee siempre quiere llorar por ello, pero siempre le repito también que no está sola, que tú y yo somos su familia. – Camila sonrió y su hija le devolvió el gesto. – No te preocupes por nosotras, te prometo que siempre nos cuidaremos la una a la otra, no dejare que nada le pase. – Quien diría que hoy en día... Ni siquiera estaba respirando una. – No pude cumplirle esa promesa a mamá, Vee, lo siento. – Luz quiso sollozar, pero se contuvo al oír unos pasos cerca.