ADDICTED TO YOU (LUMITY)(THE OWL HOUSE)

Cap 25.7: Las Desventuras de La Dama Búho

La Dama Búho era una mujer de casi 50 años que era famosa en los barrios, odiada por algunos y amada por otros, pero reconocida entre las calles por haber sido una gran gánster en su juventud, a pesar de que hoy en día solo era dueña de The Owl Club, el lugar de BJ's más famoso de Huesos Burgoh.

Pero antes de ser La Dama Búho y ser reconocida entre las calles, ella fue Edalyn Clawthorne. - ¡¿Por qué de nuevo reprobaste, Edalyn?! – Eda, para abreviar y para los amigos, nunca fue la hija de la que sus padres podrían sentirse orgullosos algún día al contrario de su hermana mayor, Lilith, que era perfecta hasta en respirar. - ¡Responde! – Nunca se le dio la escuela como a los de la mayoría de su edad, desde el preescolar podría decirse que era problemática en el instante en que le metió crayones en la nariz a otra niña e insultar a su maestra con decirle que su trasero era más grande que su cerebro.

Más que problemática, ella era una completa marginada. - ¿Otra vez te escapaste? – A lo largo de su vida jamás había tenido un amigo por lo mismo, ya que los de su edad la veían como un bicho raro y ella misma por decisión se la pasaba en su mundo divagando. - ¿No se te antoja ir por unos algodones de azúcar? – A excepción de Raine, Raine Whispers, quien no podía solo dejarlo como un simple amigo de casi toda la vida. - ¡Se te está derritiendo, Eda! – Era y fue más que un amigo para ella.

Pero eso dejémoslo para más adelante. - ¿Qué quieres, Philip? – Eran los años 80's, su familia vivía en una zona alejada de la ciudad, en el suburbio Sur que apenas estaba siendo construido, así que el vecindario era pequeño y todos conocían a todos, a menudo recibía malas miradas de los demás al andar afuera de su casa debido a sus antecedentes de agresividad y las constantes comparaciones que le hacían con su hermana. – Tengo que ir a clases, déjame tranquila. – Ya iba tarde, pero quería sacarse de encima al castaño.

Philip Wettabene era un veinteañero que todo el mundo sabía que andaba en malos pasos al hablar con pandilleros de otros suburbios y ser visto vendiendo droga en los callejones del centro de la ciudad. - ¡No digas mierdas, Eda! ¡Vamos! – La peli naranja se detuvo. – Tanto tu como yo sabemos que no quieres ir, así que súbete. – A unas cuantas cuadras de su casa estaba, ya iba tarde a clases e iba con su uniforme, pero nadie la estaba viendo.

Realmente por si ella fuera jamás iría a ese lugar donde al ver tanto maldito número se le revolvían las entrañas, exponer de un tema delante de sus dichosos compañeros que no hacían solo más que molestarla robándole dinero y rayando su casillero poniéndole insultos y apodos, sentirse inferior ante las comparaciones de los maestros al recordarle a su hermana y demás. – Yo... - ¿Dónde más debía de ir? No tenía muchas opciones.

Su amiga, en ese entonces, Raine iba en otra escuela, St. Epiderm, así que no la veía tan seguido como quisiera.

Su hermana, Lilith, iba en Glandus, en otra ciudad.

Su padre ya se había ido a trabajar al taller, pero su madre aún estaba en casa haciendo las labores del hogar.

Claro, podía ir a vagar en algún parque, intentar hablar con algún compañero para ver si tenían algo en común, regresar a casa y fingir que estaba enferma... Pero era solo una jovencita de 14 años que se sentía sola en el mundo, tan sola que cualquier compañía ella aceptaría, cualquiera, incluso la de él. – Tengo golosinas y el nuevo disco de Bon Jove... – No dudo y se subió a la moto que Philip estaba montando en la carretera. – Sujétate bien, muñeca. – Acepto cualquier compañía en su solitaria vida a tal punto que todavía ni era medio día y Philip ya había abusado de ella.

Fue solo el principio de su larga lista de malas decisiones.

No hizo nada demasiado fuerte, puso unas pastillas en su bebida mientras ella no veía y ella... Solo "cedió". – Creo que se sintió bien. – Admitió para sí misma una vez que iba de camino a casa con el uniforme arrugado y con su mochila, por un lado. – Pero, se supone que yo... - En el camino se aguantó el dolor de cadera que llevaba con su andar. - ¿Qué ya no amo a Raine? – A pesar de que apoyaba a su hermana con su orientación sexual y que las cosas aún eran algo anticuadas en esa época, debido a las tradiciones y la desinformación, ella llego a enamorarse de su amiga Raine en su juventud.