En ésta historia eres Yume Nishimura, una joven cazadora de 18 años que fue secuestrada por 4 demonios que dicen conocerte de tu vida pasada.
Harán todo lo posible para que recuperes tus memorias.
Podrás recordarlos?
Descúbrelo, en esta historia ro...
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Yume
Ya pasó una semana.
Mi ciclo de sueño estaba cambiando, me la pasaba durmiendo más por el día, así pasaba más tiempo con ellos durante la noche.
Aizetsu me ah dejado tratar mis heridas por mi cuenta, ya que cada día estuve sanando con éxito y volví a tener un poco más de movilidad, incluso mi pierna mejoró, ahora puedo caminar aun que a duras penas, si o si debe ayudarme alguien o estar agarrada de algo, pero al menos puedo estar de pie.
Al parecer se sintieron mal por las cosas que dije aquella vez, ya que arreglaron el patio que tenía la finca. No era muy grande pero si bastante linda, para su suerte había un gran árbol situado cerca de la puerta trasera que da al patio, el cual brindaba una gran sombra, así que podían quedarse conmigo desde ahí.
El día que me mostraron el jardín me puse realmente feliz, tanto fue mi emoción ese día que me puse a comer allí el almuerzo, realmente disfrutaba de los rayos del sol, volvía a sentirme con muchas energías.
También consiguieron juegos de mesa, con los que nos pasábamos horas jugando, era muy divertido ver como Karaku y Urogi discutían casi todo el tiempo por demostrar quien era el mejor de los dos. Hasta que hubo una vez que se enojaron tanto que casi destruyen la finca. Desde ese día decidimos dejar los juegos por un tiempo.
Urogi se comportaba más cariñoso conmigo, me abrazaba más seguido, los otros se ponían celosos y me pedían la misma atención. Yo aún no me acostumbro a sus ataques de cariño repentinos, pero no significa que no me guste.
La convivencia con los clones ah ido mejorando día con día. Me llevo muy bien con todos, bueno todos menos uno.
Sekido siempre mantuvo su distancia conmigo, no solía meterse mucho en las conversaciones y mirarlo a los ojos me seguía poniendo los nervios de punta. Aun que siempre quise incluirlo su mala cara hacía que me acobardara. Pero me da algo de pena, nadie puede ser feliz siendo tan solitario, o si?.
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Narrador
Ya era medianoche, todos se encontraban en el comedor acompañándote en tu cena, algo que ya se estaba haciendo muy habitual.
–Está muy delicioso Karaku, gracias –dijiste mientras comías gustosa aquel gran plato de comida.
–No crees que merezco una recompensa por alimentarte bien? –dijo acercándose a ti.
–Emmm… cómo así? –te pusiste algo nerviosa, ya que podías esperar cualquier cosa de este clon.
–Por qué no salimos? Solos tu y yo… que te parece? –dijo rodeándote con sus brazos por tu espalda. Tu te sonrojaste ante su tacto y sus palabras.
