En ésta historia eres Yume Nishimura, una joven cazadora de 18 años que fue secuestrada por 4 demonios que dicen conocerte de tu vida pasada.
Harán todo lo posible para que recuperes tus memorias.
Podrás recordarlos?
Descúbrelo, en esta historia ro...
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Narrador
Semanas antes…
Mientras estabas todavía en coma, tus amados te custodiaban, esperando que con un milagro despertases.
Siendo que un cazador que ellos no conocían llegó a la habitación, un joven de cabello azabache y ojos de color azul oscuro. El cual llamó la atención al tocar la puerta para entrar.
—¿Hola? Esta es la habitación de Yume-san, no es así? —habló el joven.
—Si… y tu quién eres? —habló Sekido, mirándolo con su característica mirada seria.
—Soy… Haruki, conocí a Yume en el entrenamiento pilar… cómo está ella? —habló mirándote, observando como seguías dormida.
—Aun no despierta —respondió Aizetsu, quien también estaba entrando en la sala.
—Oh es una lastima… quería entregarle esto… —le extendió un sobre de papel a Zohakuten quien estaba más cerca —Es una invitación para mi boda… quería que asistiera a la celebración, ojalá despierte hasta eso. Muchas gracias. —hizo una pequeña reverencia y se retiró.
Zohakuten al mirar el sobre decidió abrirlo, era una linda carta que describía el lugar donde se celebraría y el día. Mientras la veía no pudo evitar recordar… la primera vez que te vio ebria…
“Te di-go algo?... a mis padres les hubieras caído bien… Me decían que era imposible que consiguiera un esposo que supiera cocinar… Te casarías conmigo?... Ellos no tienen que en-terarse que eres un demonio.”
—Realmente quiero hacerlo…
Pensó en voz alta, llamando la atención de los demás.
—¿Hacer qué cosa? —ladeo la cabeza Karaku.
—Casarme con ella —te miró, observando como seguías dormida.
Sus palabras tomaron sorprendidos a los otros clones, si bien habían pensado en esa posibilidad, jamás habían considerado proponerlo. Son demonios, antes pensar en esa situación era imposible, pero ahora las cosas eran diferentes, sus vidas y su entorno.
—Pensé que era el único que lo había pensado… —habló Urogi un poco tímido.
Aizetsu miró su mano, imaginando como sería tener un anillo el cual compartiera contigo, ante eso se sonrojó.
—Entonces lo haremos —habló Sekido decidido —Será lo próximo que vamos a hacer cuando despierte.
Ellos asintieron, definitivamente todos pensaban igual, te amaban y querían que su unión se fortaleciera más al jurarse amor eterno frente a los dioses. Si bien la decisión ya estaba tomada, había algo importante que debían hacer antes… y eso era hablar con tus padres y pedirles tu mano de forma formal.
