En ésta historia eres Yume Nishimura, una joven cazadora de 18 años que fue secuestrada por 4 demonios que dicen conocerte de tu vida pasada.
Harán todo lo posible para que recuperes tus memorias.
Podrás recordarlos?
Descúbrelo, en esta historia ro...
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Narrador
No era necesario para ellos pensarlo dos veces, nunca habían estado más seguros en sus vidas de que otra vez los dioses los habían bendecido.
Ni te dieron tiempo a nada cuando Sekido te cargó en brazos y te llevó corriendo hacia el hospital siendo seguido por los demás.
Tu aumento de apetito repentino, las horas extras de sueño y demás cambios tuyos no pasaron desapercibidos como la primera vez, solo necesitaban una señal, una que fuera suficientemente clara para confirmar sus sospechas.
Amei no entendía por qué de pronto todos estaban camino al hospital, por más que preguntaba sus padres no le respondían. No lo hacían por groseros, querían tenerlo confirmado.
—Aizetsu, permíteme hacer el análisis por ti —habló Aoi a su compañero —Estás alterado y podrías cometer algún error.
—¡Estoy bien, nunca eh estado mejor! —respondió un poco agitado y entusiasmado.
—Sé que esto es muy importante, por eso deja que yo lo haga —insistió colocando una mano en su hombro.—Sabes que yo lo haré muy bien como tu, es mejor que intentes calmarte, no podrás lidiar con los demás pacientes así —Aconsejó Aoi, viendo el estado ansioso de Aizetsu.
—Yo… lo sé, lo siento —respondió suspirando, se alejó de la mesa de laboratorio y tomó asiento cerca de una camilla —Es que… mi esperanza de tener otro bebé es demasiada…
—Es comprensible, no te preocupes, apenas tenga los resultados te avisaré.
Aizetsu asintió por lo que a pasos pesados salió del laboratorio, encontrándose contigo y los demás.
—Aoi va a examinar tu sangre por mi, dice que estoy muy ansioso —habló el ojiazul con un puchero.
—Menos mal, prefiero que lo haga alguien que tenga la cabeza fría —habló Zohakuten cruzándose de brazos, provocando que el pobre de Aizetsu se cohibiera.
—No seas grosero —reprochaste, siendo que abrazaste a Aizetsu para darle calma —Ya, ya Azul, puedes ir tranquilo a trabajar, no nos moveremos de aquí. —dijiste regalándole una sonrisa cálida.
Aizetsu disfrutó por unos segundos más de ese abrazo y se separó de ti, dejándolos luego en aquella sala de espera.
—¿Qué estamos esperando papi? —preguntó Amei hacia Karaku, quien estaba sentado en una de esas bancas.
—Estamos esperando los resultados del análisis de sangre de mami —respondió levantándola y sentándola en una de sus piernas.
—¿Análisis de sangre? ¿Cómo se hace? —preguntó curiosa.
—No lo sabemos, pregúntale a Aizetsu —respondió Urogi que también estaba sentado a su lado —Son cosas de doctores. —se alzó de hombros.
—¿Para qué analizan la sangre de mami? —preguntó nuevamente.
