Capítulo 118

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Narrador

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Narrador

Amei y sus amigos seguían en aquel callejón, enfrentándose a aquellos maleantes que intentaban secuestrar a la oji-violeta contra todo pronostico. Sin embargo, aquel grupo de niños no se sentía en aprietos en lo absoluto. Siendo muy capaces de lidiar con aquellos sujetos, manteniendo la situación bajo control.

O al menos eso pensaban, hasta que Sota recordó el verdadero problema con el que debían lidiar. —¡Chicos! ¡El tren podría dejarnos, debemos darnos prisa! —gritó hacia los demás, alertándolos de la situación.

Kenta rodó los ojos con irritación —¡No nos arruines la diversión, Sota! —respondió colocándose de espaldas al mencionado, pues a este punto ellos dos se encargarían de los dos sujetos.

Mientras que Osuke, se acercaría hacia donde estaba Amei para ayudarla a lidiar con los dos sujetos restantes —¡Debemos darnos prisa, según mis cálculos solo tenemos diez minutos! —advirtió.

No obstante, uno de los hombres que peleaban contra Sota y Kenta decidió ponerse en frente de Osuke, para impedirle el paso —¡Alto ahí, mocoso! —exclamó molesto —¡¿Qué se han creído?! ¡No nos iremos sin la niña y tampoco vamos a dejar que interfieran!

Dicho eso, el sujeto miró por su hombro y les gritó no los otros dos —¡Dense prisa! ¡Solo es una niña!

Osuke frunció el seño y apretó su puño con fuerza  —Oye tú… deja de estorbar, dos sujetos contra uno es muy injusto. ¡Cobarde!

Esto enfureció al hombre frente a él, quien impulsado por la ira fue contra Osuke —¡Silencio, mocoso insolente! —exclamó queriendo golpearlo, pero el menor era más ágil y lograba esquivarlo.

Por otro lado, Amei seguía en aquella pelea contra esos dos sujetos, quienes se sentían muy golpeados por los ataques de Amei, pero eso no bastaba para que se rindieran.

Uno de ellos habló entre dientes —Maldita… ya verás cuando logre ponerte una mano encima —sentenció mientras sobaba su brazo por la patada que había recibido.

También el otro sujeto, se frotaba su quijada por el mismo motivo —Golpeas fuerte, pero no durarán mucho.

Amei se mostraba escéptica a sus amenazas, podía notar que ellos se veían adoloridos pero su determinación con cumplir su objetivo era un verdadero problema. Cualquiera en su lugar se habría rendido, pero ellos estaban dispuestos a continuar la pelea a cualquier precio.

Ella no estaba preocupada por su propia seguridad, ella podía continuar si quisiera hacerlo, pero el tiempo se acababa y además estaba consiente que sus amigos no eran como ella, si bien sabían defenderse, tarde o temprano se agotarían. También sabía que nadie más vendría a ayudarlos, ya que estuvieron haciendo mucho escándalo dentro de ese callejón estrecho y de paredes altas.

Amei pensaba una forma de poder librarse de aquellos sujetos, se sentía culpable ya que estaban en problemas por su culpa.

“Debo hacer algo… Sota y los demás se ven cansados… es cuestión de tiempo antes de que los malos tomen la ventaja” —pensó Amei, mientras veía como uno de los tipos la sostenía del brazo —“Además el tren nos dejará, si llegamos tarde… papás…”

Renacida (Hantengu clones x tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora