Capítulo 10

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Yume

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Yume

En un par de días volví a caminar otra vez.

Se sentía tan bien ya no depender de nadie para movilizarme, ahora podía pasear por la finca sin nadie atrás de mí.

Estoy muy agradecida por los cuidados de Aizetsu, gracias a él estoy casi recuperada.

El ambiente en la finca ah mejorado bastante desde aquella vez que yo y el señor greñas nos quedamos solos. A veces le hago bromas o lo pongo incómodo, ya aprendí a sobrellevar su mal temperamento y descubrí que sólo es alguien incomprendido que necesita cariño de vez en cuando.

Karaku y Urogi insistían mucho con sacarme a pasear, pero Aizetsu y Sekido siempre los reprendían. Según ellos querían que salgamos todos juntos cuando ya pudiese caminar por mi propia cuenta.

Bueno…ese día llegó.

Narrador

Estabas durmiendo plácidamente sobre aquel futón, tan calmada y serena.
A aquellos demonios les daba pena levantarte, pero estaban tan emocionados que sus ansias les ganó.

–Yume… despierta dormilona –susurró el ojiverde, mientras te daba algunas caricias en tu mejilla.

Habían días que dormías más que otros, los demonios te habían convertido en un koala, algunas veces hasta te levantabas pasadas las 6 de la tarde, sólo las ocasiones que te quedabas con ellos toda la noche.

–Karaku… –susurraste, con el ceño levemente fruncido sin abrir los ojos –todavía tengo sueño… –bostezaste mientras te cubrías la cara con la sabana.

–No puedes dormir en un día tan especial… –dijo Urogi quien tiraba de tu sábana para que te despertarás.

–Yume…por favor despierta… –esta vez era Aizetsu el que te hablaba con su voz suave.

Al percatarte de que habían más clones de lo normal intentando levantarte fue cuando decidiste sentarte, nunca había pasado algo así.

–¿Qué sucede? –preguntaste frotando tus ojitos con tus manos –Por qué tanto apuro por levantarme?

–Ven te tenemos una sorpresa –Karaku te tomo de las manos y te ayudó a ponerte de pie.

Todos te llevaban hasta el comedor riéndose entre ellos, tu por otro lado recién te estabas despertando mentalmente así que sólo los seguías por el largo pasillo medio adormilada sin entender nada.

–Cierra los ojos Yume… –dijo Urogi con una voz ansiosa. Tu le seguiste el juego, con tus manos tapaste tus ojos. Y ellos con cuidado te fueron guiando a través del comedor hasta estar frente a la gran mesa.

–Ya puedes mirar… –habló el demonio de ojos azules dándote unos tiernos golpecitos en tu cabeza.

Tu cansada vista por la fatiga del sueño fue aclarándose poco a poco, fue entonces que lograste ver una enorme caja blanca con un enorme moño de color rojo en el centro. Tu cara de a poco fue tomando un color rojizo, tus ojos se abrían ampliamente y una sonrisa de ojera a oreja se apoderaba de tu rostro.

Renacida (Hantengu clones x tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora