En ésta historia eres Yume Nishimura, una joven cazadora de 18 años que fue secuestrada por 4 demonios que dicen conocerte de tu vida pasada.
Harán todo lo posible para que recuperes tus memorias.
Podrás recordarlos?
Descúbrelo, en esta historia ro...
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Yume
Lo que estaba por hacer en ese momento no fue una decisión fácil, de verdad mis manos estaban temblando mientras preparaba todo para hacerlo, pero no había opción, me rehusaba a tener una muerte larga y agonizante.
Con las sabanas del futón que había en la habitación empecé a rasgarlas y atar los pedazos como si fuera una cuerda, preparé ese nudo "especial" y el resto de la cuerda la estaba enganchando a una viga que había en el techo, me aseguré de que aguantase el peso. Para mi suerte había una silla, es como si el destino me sirviera todo en bandeja de plata.
Había llorado por horas, mis ojos estaban totalmente hinchados y mi nariz y mis mejillas rojas, ya no tenía esperanza alguna, realmente me maldecía a mi misma, no sabía por qué, pero me echaba la culpa de estar ahí.
No me arrepiento de ser cazadora, estoy feliz que en mi corta vida llegue a salvar a las personas indefensas. Me hubiera gustado seguir viva para salvar a más, pero esa es sólo una ilusión.
"¿Me buscaran?... Estoy segura de que si. Lástima que no van a encontrarme o al menos no con vida... ¿será que dejaran algunos restos para enterrarme? No lo sé... "
Mientras tanto los demonios estaban hablando en la sala principal.
-¡¿Qué vamos a hacer?!, Ella no nos recuerda e incluso creo que nos odia - dijo el demonio alado con una expresión desanimada
-Las cosas serían diferentes si éste idiota no la hubiera secuestrado de esa forma - recriminó Sekido mirando con una cara de enojo a Karaku.
-¡Lo siento! Pero entré en pánico cuando la vi matando a ese demonio inútil - el oji verde trataba de excusarse - no es cómo si al acercarme amablemente me hubiera hecho caso.
-¡¡Hubiéramos buscado otra forma tarado!! - golpeó con fuerza el piso con su cetro provocando un agujero.
-¿Entonces la dejaremos ir?
-¡NO! - dijeron al unísono Sekido y Karaku - pasamos décadas sin ella y ahora que la tenemos aquí, no vamos a dejarla. - declaró Sekido con una expresión de molestia.
-Hay que buscar la forma de que nos recuerde - dijo Karaku - y si no lo hace: ¡nos volverá a querer!
De la nada escucharon un ruido sospechoso y fueron corriendo a ver que rayos estaba pasando. Lo que estaban viendo no lo imaginaban ni en sus pesadillas, observaron mi cuerpo c0lg4d0 y convulsionando por la falta de aire. Sekido actuó rápido y corto la cuerda con sus uñas y me atrapó antes de caer al suelo.
Seguido de eso me puse a toser con mucha fuerza mientras recuperaba el aire como podía - ¡¿Pero qué mierda te pasa mujer?! ¡Eres una estúpida! ¡¿Cómo te atreves a hacer algo así?! - a pesar de que me estaba insultando y gritando éste no dejaba de abrazarme, "¿realmente le importaba si moría?".
