Capítulo 109

450 54 54
                                    

Narrador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrador

Urogi y Karaku no podían estar más nerviosos, sobretodo cuando los rayos del sol empezaron a aparecer a través de las ventanas. Estaban tan inquietos en aquella sala de espera, caminaban de un lado a otro tratando de manejar su ansiedad, tarea difícil.

—¿Tanto puede tardar? —murmuró Urogi de forma impaciente.

—¿Y si le pasó algo? —preguntó Karaku con nervios.

—¡Por favor que alguien nos diga algo! —exclamó Urogi arrodillándose y mirando al techo.

Fue entonces que justo en ese momento la puerta se abrió, siendo la enfermera quien veía confundida como el ojiamarillo estaba en el suelo. Este rápido empezó a gatear hacia ella, como también Karaku que se aproximó en un parpadeo a su lado.

—¡¿Cómo se encuentra nuestra esposa?! —preguntó Karaku casi con un grito.

—¡Díganos que el parto salió bien! —suplicó Urogi tironeando de las ropas de la enfermera.

Ella con cierta incomodidad respondió —S-sí, todo salió bien, no se preocupen.

Sus palabras les devolvió el aire a ambos, siendo que luego de darle su espacio personal y disculparse por esa escena, pudieron pasar.

—¿Dónde se encuentra Yume exactamente? —preguntó Urogi caminando detrás de la mujer.

—Está doblando el pasillo, dos puertas desp-… ¡E-esperen! ¡No corran!

Apenas la enfermera les dijo donde quedaba tu habitación, los dos corrieron dejándola atrás y con las palabras en la boca. Tan escandalosos, se empujaban y se caían por querer llegar antes que el otro.

—¡YU-Hmmmm!

—¡No te atrevas a gritar, maldito loco! —Susurró Sekido con mucha molestia, sosteniendo a Karaku mientras le tapaba la boca para evitar más escándalo.

—Los escucharnos llegar desde el pasillo —habló Aizetsu negando con la cabeza.

—Yume y el bebé necesitan silencio para descansar —Zoha fue quien tuvo la última palabra.

Gracias a ese regaño se calmaron y observaron con atención como estabas durmiendo merecidamente luego de tanto esfuerzo, estabas acurrucada junto a Hideyoshi, ambos dormían tan cómodos y tranquilos.

—¿Dijiste… EL bebé? —preguntó Urogi con una gran sonrisa.

—¿Es un niño? —continuó Karaku acercándose muy emocionado hacia ti y tu retoño.

—Así es, es un niño —habló Zohakuten muy orgulloso, su sonrisa en su rostro al ver a su hijo no lo disimulaba en lo absoluto.

—Lo llamamos Hideyoshi —habló Aizetsu esbozando una sonrisa, estaba muy feliz, tanto que hasta él mantenía su sonrisa en ese deprimente rostro.

Renacida (Hantengu clones x tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora