En ésta historia eres Yume Nishimura, una joven cazadora de 18 años que fue secuestrada por 4 demonios que dicen conocerte de tu vida pasada.
Harán todo lo posible para que recuperes tus memorias.
Podrás recordarlos?
Descúbrelo, en esta historia ro...
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Narrador
—¡Sostuve con todas mis fuerzas aquellas cadenas para que ese bebé monstruo gigante no se nos escapara, yo y dos pilares más tironeábamos con todas nuestras fuerzas! —comentó Takeshi con entusiasmo, imitando la acción como si la estuviera viviendo.
—Mientras que yo y mis demás colegas atacábamos a ese monstruo con todo lo que teníamos, nuestras piernas y brazos dolían al punto de sentir que serían arrancadas de nuestros cuerpos! —exclamaste de forma dramática apretando tus puños.
Estaban contando como fue su batalla contra Muzan a los niños como si fuera un cuento, quienes estaban sentados escuchándolos atentamente con la boca abierta, impresionados por sus palabras haciendo que su imaginación volara al escuchar sus relatos de forma algo exagerada.
—Pero por desgracia las cadenas no lograron soportar todo el peso ¡Y se rompieron! —exclamó Takeshi, haciendo que todos tomaran aire de la impresión.
Pero los niños no eran los únicos que los estaban viendo, tus demás esposos observaban como tenían a los niños tan entretenidos, su entusiasmo al contar sus hazañas, no era la primera vez que contaban sus anécdotas como cazadores, esta era una de unas cuantas ocasiones.
—Cada día descubro que Yume hubiera sido una madre divertida —habló Karaku liberando un suspiro.
—¿Se lo imaginan? Contándole cuentos a nuestros hijos como a esos niños… cuidando de ellos… —habló Urogi mirándolos.
—No deberían fantasear de esa forma, no les hace bien —habló Zohakuten cruzándose de brazos.
—Sabemos que también piensas igual —respondió Karaku, observando como este desviaba la mirada, pues tenía razón.
—Zohakuten tiene un buen punto —habló Aizetsu —No debemos amargados por eso… mejor enfocarnos en hacer a Yume feliz… más de lo que es… —habló mirándote otra vez por la ventana.
Los demás se sorprendieron al escucharlo, que esas palabras vinieran del clon triste era raro.
—Se nota que esas vacaciones te hicieron menos depresivo —habló Sekido colocando una mano en el hombro de Aizetsu.
Por su lado terminaron de narrar el relato de su batalla y despacharon a todos los niños a sus casas, era la tercera semana en la que Takeshi era partícipe de tus clases y la pasaron de maravilla como maestros de esos niños.
La relación del ojinaranja también a progresado de buena forma, gracias a ti tu amigo logró acercarse más a su enamorada Hanae, siendo Takeshi que se va con ella junto con su hermanita para acompañarlas a su casa después de cada clase. Siguen en la etapa de conocerse pero cada día la química entre ellos crece.
—Otra clase exitosa —hablaste llegando al comedor.
—Se ve que los dos se divirtieron mucho —habló Urogi mientras ponía la mesa.
