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Pasó la semana, sin incidentes. Yo llegaba de trabajar y ellos estaban en el estudio hasta las diez y algo de la noche. Varias veces insistían en venirme a buscar para que no tuviera que comer fuera, lo cierto es que era tentador, pero estaba fuera de mi rutina y no quería desviarme de lo que llevaba haciendo tanto tiempo.

Por otro lado, Trixy le contó a Oliver que tenía vía libre para verlos ensayar, desde entonces están los dos dándome por culo para que los lleve. Ha pasado ya una semana y me mantengo firme.

Empezaba a acostumbrarme a la presencia de estas tres personas, cada uno tenía sus manías y sus formas de hacer las cosas y, aun así, se complementaban muy bien entre ellos.

Este fin de semana tenía que ir a un pub del cual me llamaron para tocar algunas canciones varias. Era el fin de semana en el que no solo tocaban punk o rock y decidieron contar conmigo por mi gran repertorio musical. No sabía cómo sentirme, pero era una oportunidad de conseguir dinero extra, no lograba saber cómo de ahogada iría este mes con el nuevo cambio que había en mi vida.

Me tuve que cambiar porque no iba a ir en sudadera y tenía que camuflarme con el ambiente, aunque era ropa que me gustaba. Eran las nueve largas de la noche y no estaban en casa, era viernes por lo que no me sorprendía. Trixy llamó al timbre para ayudarme con la ropa, ella hacía diseños en su casa e incluso creaba patrones y los cosía con todo su arte.

―Esto es flipante ―decía modo fan.

―A lo que vamos, ¿tiene Oli la guitarra? ―Dije nerviosa.

―Me sorprende que aún no lo sepan ―reía―. La tiene, la llevará ahí directamente. Vamos al lío.

Nos metimos en mi cuarto y ella empezó a sacar ropa mientras yo acababa de maquillarme. Un delineado negro bastante preciso, con un sombreado gris que hacía que mis ojos verdes resaltasen en mi cara a la par que mis pecas, me pinté los labios granates y me apliqué una buena capa de rímel. Me enfundé en la ropa hecha por Trixy, me había traído unas medias algo rotas por algunas zonas, la falda plisada de color granate con algún imperdible y una cadena, un top de manga corta negro algo desteñido y una chaqueta que había customizado ella con parches. Me puse mis Dr. Martens, las únicas que pude adquirir en mi vida.

―Te camuflas en el ambiente en un fin de semana que es el único al mes donde tocan variedad de todo y encima en Camdem ―se burlaba―. Ser tu amiga es bastante entretenido, es imposible que logre aburrirme.

―Te tengo una sorpresa a ti y otra a Oliver, para que veáis que no solo escucho punk ―le saqué la lengua.

Cogí un pequeño bolso y bajamos del piso, había mandado un mensaje al maravilloso grupo al que me añadió Ethan para avisar que me iba por ahí con mis amigos, respondieron que ellos también. Todo perfecto.

―A diez minutos de tu casa tía, ya podrían decirte de venir a este cada fin de semana.

―Toma tu guitarra ―decía Oliver en la entrada del pub.

―Mil gracias ―suspiré.

―He entrado a cotillear y por primera vez desde que venimos a verte no hay gente con crestas de colores ―reía Oliver.

―Eso es bueno, podemos disfrutar de una variedad increíble ―se emocionaba Trixy.

Entramos en el local y Oliver tenía razón, había de todo. Normalmente el público de aquí venía a escuchar punk, rock y este estilo de música, pero una vez al mes lo que hacían era que se tocara un poco de todo, fuera Justin Bieber como Metallica. Para mí era una de las mejores noches, ver a todos unidos por algo en común: la música.

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