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Pasaron los días hasta que llegó el fin de semana. Era mi primer bolo por llamarlo de alguna forma, y actuábamos en el 100 club. Trixy vino a casa porque decía que tenía que ponerme bonita y muy al estilo grunge para ir acorde con el grupo y al estilo de música. Yo le decía que no era necesario a la par que Ethan se reía por mis quejas. Aunque estos días he sido vestida por ella, así que entendía que para este momento quería que luzca preciosa.

―Venga, ya que alguien desconocido te compró esas botas, lúcelas con esta falda ―dijo señalándola.

―¿No es demasiado? ―Inquirí.

―No he estudiado diseño de moda en vano ―dijo sonriendo―. Te vas a poner lo que te he dejado en la cama y vas a hacerlo sin rechistar. Te he ondulado el pelo, hecho un eyeliner precioso, no me fastidies ahora la ropa.

Asentí y me puse lo que dijo. ¿En qué consistía? Bueno, pues en unos leotardos negros, con una falda plisada de cuadros roja (que no sé de dónde la sacó Trixy), un top de manga corta con imperdibles donde ponía en rojo "fuck u", las botas nuevas y obviamente, un abrigo negro porque una va divina, pero no muerta de frío.

―Estás muy guapa ―dijo Oliver cuando salí del cuarto.

Bufé. Los otros outfits eran un poco más discretos que estos a pesar de no salir de la línea del grunge o del punk

―Me ha vestido como si estuviera jugando con las Monster High ―dije cruzándome de brazos.

―Sin duda pegas con la estética del grupo ―dijo Ethan silbando―. Has dejado a Dylan sin palabras.

Él no apartaba la mirada de mí, pero era normal, hasta yo me miraba constantemente para asegurarme de que era yo misma.

―Bueno, nos vemos ahí ―reía Oliver―. Buena suerte.

Asentí y yo me fui al coche con los chicos, conducía Dylan, como la mayoría de las veces y yo iba sentada atrás con Ethan.

Cuando llegamos al club, estaba abarrotado de gente, creo que no cabía ni un alfiler y era por el simple hecho de vernos actuar, sobre todo de verme actuar a mí, la nueva integrante. No solo cantaría las canciones propias del grupo, sino que decidimos que estaría bien tocar algún cover en honor a sus inicios.

Fue Dylan quien cogió el micrófono.

―¡Buenas noches, Londres! ―Chillaba por el micrófono.

Todos empezaron a silbar y a vitorearnos.

―Hoy vamos a dar un espectáculo de la hostia y que menos que presentaros a la nueva integrante de esta banda, la que dará voz a nuestras canciones... ―Dijo señalándome―. Lilith.

La gente seguía silbando y aplaudiendo.

―Espero que le deis una calurosa bienvenida y os lo paséis de puta madre ―decía chillando de nuevo por el micrófono.

Podía distinguir a Trixy y Oliver cerca del escenario, los primeros en apoyarme y los primeros que debían estar ahí.

Empezaron a tocar y yo empecé a cantar, primero cantamos las canciones que compusieron, estuvimos unos veinte minutos. Se sentía muy liberador ver cómo la gente aplaudía ahí abajo, ver cómo te aceptaban, ver cómo te tenían como una primera opción.

Dylan se acercó para hacerse escuchar en el micrófono.

―Ahora tocaremos un cover en honor a nuestros inicios, esperamos que os guste tanto como a nosotros.

Este hombre se movía por el escenario como Pedro por su casa, realmente era un Dylan diferente. Creo que he conocido varios Dylan en uno mismo y todos muy diferentes entre sí, que simplemente se va mimetizando dependiendo de las circunstancias, como los camaleones.

ARTE EN EL ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora