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La banda hizo un comunicado oficial en Instagram de que estarían inactivos mínimo un mes por problemas personales que debían ser tratados con suma emergencia. Es decir, que yo era el problema.

Me costaba respirar una vez estuve en mi habitación. Llamaron a Ethan, que vino junto a Dylan y con una pastilla para el dolor de cabeza, el inhalador para no ahogarme y su apoyo me quedé dormida, entre Trixy y Frankie.

Los siguientes dos días fueron más de lo mismo, no lograba dormir sola porque tenía pesadillas de las que me levantaba sudando.

Estaba apagada, no dibujaba, no tocaba la guitarra, no cantaba, no salía de la cama. Sentía como me lo habían arrebatado todo. Y yo que pensé que no podía haber caído más bajo.

Trixy y Frankie salieron a comprar algo para que pudiera comer y en estas entró Dylan.

―He tenido una idea... ―Decía cogiendo la guitarra―. Espero que esto te suba el ánimo o al menos te saque una sonrisa. Frankie me dijo que de pequeña veías mucho Disney Channel, sobre todo Hannah Montana y Camp Rock, así que me aprendí varias canciones.

La primera canción que tocó Dream de Miley Cyrus, de la película de Hannah Montana. Era extraño ver a Dylan tocar una canción así, pero no me desagradaba. Era reconfortante, era como un alivio o una pequeña luz. Su voz le daba un toque distinto a cada canción que se salía del género punk o rock.

Él pasaba poco por mi cuarto y no sabía porque, el hecho que estuviera aquí tocándome la guitarra y cantando solo para mí me agradaba. Se me mezclaban los sentimientos de una manera que dolían, ¿por qué Dylan actuaba así ahora? No quería que fuera por lo sucedido aquella noche, pero antes de eso me besó, ¿por qué me besó? Joder.

Ese día, comí un poco más que los días anteriores, aunque no salí del cuarto. Al tercer día, ya empezaba a salir del cuarto después del concierto privado de Dylan, aunque fuera para ir al salón a ver alguna película o charlar en la cocina con alguien.

Al cuarto día volví a llorar, pero no me limitó sentir la música de Dylan, ese día no salí del cuarto por falta de fuerzas, pero sí volví a dibujar. Eran días decentes y días con recaídas, mi psicólogo venía día sí y día no a verme media hora y decía que estaba avanzando, que poco a poco, volvería a mi rutina diaria. El fin de semana ya empezaba a hablar con casi toda la casa, con Frankie, sobre todo.

―¿Puedes decirme lo que pasó? ―Le pregunté a Frankie sentadas en la isla de la cocina.

―No creo ahora sea el momento de... ―Le corté.

―No puedo ahogarme en mis penas, por favor ―le supliqué.

―No, no estaba detrás de aquello... ―Dijo jugando con la cuchara del café―. Me dijo iba a hacerte una broma para reírnos un rato entre todos, aunque yo no estaba muy de acuerdo, pero mamá dijo que debía hacerlo. Nunca me contó de qué iba y en cuanto vi la foto por todo el instituto fui a quejarme. Encima de que me había puesto los cuernos. La foto, lo que hizo, todo lo sucedido era denunciable y lo amenacé con hacerlo. Tenía conversaciones con él en el móvil.

Cogió aire y siguió.

―Pero me rompió el móvil y por eso me compraron otro nuestros padres... dije que se me había caído, pero Alan lo rompió perdiendo todo lo que tenía. Lo dejamos un tiempo, pero luego volvió... amenazándome con que si no seguía con él iba a hacerme lo mismo que a ti y yo le creí. Los primeros años de "universidad" no sucedió nada, pero hace un año y medio empezó todo, no supe frenarlo. Siempre tenía algo con lo que amenazarme.

―¿Por ejemplo?

―Con hacértelo a ti si no me alejaba de ti, por eso empecé a tratarte peor que en el instituto. Estuvo muy mal, mamá no ayudó y yo tenía malas influencias en la industria. Me dejé llevar atemorizada y te dejé sola ―suspiró―. Quise pedirte perdón tantas veces que no puedo ni contarlas, si hacía creer al resto de gente que te odiaba él iba a dejarte estar.

ARTE EN EL ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora