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El día anterior habíamos ido a hacernos una sesión de fotos de la banda, no solo para el Instagram y la publicidad, sino para poder diseñar la portada del álbum, el cual aún no tenía un nombre definido. La portada de cada canción era igual cambiando ciertos detalles para que fueran acorde a cada canción, realmente había hecho un dibujo encima de una foto nuestra, no era una ilustración como tal. Eran garabatos, repasos alrededor de nuestros cuerpos, dibujos que para nosotros tenían sentido.

Habían llamado al timbre, yo estaba con la tableta gráfica que pude permitirme comprar acabando de ultimar los detalles. Nadie del grupo la había visto aún y me faltaba colocar el nombre del álbum, pero la portada... que no es porque la haya hecho yo, pero había quedado estupenda. Las cosas como son.

―Me alegra ver el departamento recogido ―reía Will.

En cuanto escuché su voz, salí disparatada y para nada disimulada del cuarto para ir a enseñarle la portada del álbum. Revelarla más bien.

―¿Y esas prisas? ―Reía Ethan.

―He acabado la portada.

―¿Ya? ―Se sorprendió Will―. Si fuisteis ayer a haceros las fotos.

―No ha dormido en toda la noche ―decía Dylan pausando el videojuego.

―Lilith... ―Suspiraba Will.

Me giré hacía Dylan fulminándolo con la mirada, pero ¿quién se creía que era?

―¿Y eso lo sabes a raíz de...? ―Me aferré a la tableta gráfica.

―¿Las tres latas de RedBull que hay en la basura de la cocina? ―Sugirió―. O quizá cuando te levantaste corriendo por el pasillo diciendo que te estabas meando y que ya estabas acabando la portada a las... ¿Cinco de la mañana?

―¿Y qué hacías tú despierto? ―Repliqué.

―Yo dormía, pero si te pones música para dibujar y despiertas al resto... ―Se encogía de hombros.

Iba a matarlo.

―Bueno, revélanos la portada ―habló Will para cortar este ambiente tan tenso.

Todos se acercaron a la isla de la cocina donde coloqué la tableta gráfica, ahí se visualizaba la portada. Tenía tonos naranjas, negros, rojos y blancos. Creo que nos representaba un poco a todos y esa era la magia de la portada.

―Haces puro arte, joder ―comentó Ethan mirando con detenimiento cada detalle.

―Es muy buena, ¿tienes la de las canciones? ―Preguntó Will.

―¿Cómo no va a tenerlas? ―Decía Dylan.

Me giré hacía él al borde de estamparle la mano en la cara, pero Will me cogió del brazo guiándome de nuevo al tema. Abrí la carpeta y ellos fueron deslizando visualizando cada portada.

―Me encantan, tienes la aprobación de sobras ―dijo Will―. Cuando tengáis el nombre del álbum lo añades como veas pertinente, venía a ver cómo iban las cosas, pero por lo visto bien.

―Sí, perfectas ―decía Ethan reprimiendo una risa.

―¿Ha pasado algo de lo que no me haya enterado y deba? ―Alzó este las cejas.

―Will, no acabaríamos nunca, pero lo tenemos controlado. Puedes irte a hacer el gran trabajo de tu vida ―decía Finn con una sonrisa.

―Lilith ―se giró Will a hablarme esperando que yo si dijera que pasa.

¿Cómo le explicaba que yo estaba metida en el ajo?

―En serio, todo va bien ―dije yo.

―Te han corrompido, es que lo sabía ―decía con los dedos en el puente de la nariz―. Ahora miente por vosotros.

ARTE EN EL ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora