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Estuvimos comiendo dulces y cantando villancicos hasta que me llamó Will al teléfono. Era raro en las fechas en la que nos encontrábamos así que claramente me temí lo peor.

―Hola Will, ¿ha pasado algo? ―Inquirí―. Quiero decir, es Navidad.

―Pon la televisión, canal cinco. Ya ―dijo Will.

Les dije que pusieran la televisión y el canal que me había comentado Will, todos miraban la televisión pasmados, incluso yo que me debatía sobre si volver a llorar o no.

Buenas noches, gente de Londres, feliz Navidad a todos, esperamos que estén pasando una bonita noche ―dijo haciendo una pausa―. Nos ha llegado una reciente noticia que era de suma importancia decir en estos momentos y es que la nueva famosa integrante del grupo favorito de muchos hoy en día, llamado Storm of Fire, estuvo involucrada en que Alan saliera del país. Por motivos de acoso e incluso de abuso.

―Lo ha dicho... ―Suspiraba Dylan―. Tremendo cabrón, voy a matarlo ―hizo el amago de levantarse de la silla.

Su padre lo volvió a sentar.

―Dylan, no ―contestó su padre―. Esto hay que afrontarlo de la mejor manera, sobre todo legalmente.

―Estoy de acuerdo ―decía Will desde el teléfono.

―Will... sabemos quién fue, pero... ―Empecé a tartamudear.

―Que Dylan me mandé el contacto de la persona, me encargaré. Si te llaman tus padres no les cojas el teléfono Lilith, puede ser perjudicial para ti, sabes el poder que puede tener tu familia ―decía Will colgando el teléfono.

―Mi hijo no entra más en esta casa... ―Decía Meredith mirando a la nada mientras me abrazaba―. No quiero tener aquí a alguien capaz de hacer semejante dolor a alguien. Lo siento Nelson, lo siento de verdad, pero no puedo.

Nelson asintió.

―Vaciaremos su cuarto si es necesario ―decía Nelson.

―No tenéis que hacer nada por mí... ―Dije al borde de llorar―. Puedo hacerlo sola.

―Daniel te dijo que se acabó eso de querer hacerlo sola, Lilith ―decía Dylan―. Y menos con procesos legales de por medio, lo arreglaremos ―dijo mirándome.

Yo no estaba segura de ello, ¿y si la gente se ponía en mi contra?, ¿y si la gente no me creía?, ¿me odiarían?, ¿perjudicaría a la banda? Millones de preguntas rondaban mi mente sin parar y eso me estaba agobiando.

―Nos quedaremos en casa esta noche ―aseguraba Tracy―. Si salimos igual te sientes mal, ahora eres la prioridad.

―No quiero salir, no quiero que me pare nadie para absolutamente nada ―dije mirando al suelo.

―Pues no creo que sean cosas negativas ―Frankie me tendió su móvil para que mirara algo.

Había un montón de publicaciones de mi cara con el mensaje "yo te creo", mensajes de chicas contando sus experiencias personales, vídeos con un texto bonito con la idea de intentar animarme. Cada vez había más y más. En poco rato, las redes sociales ardían con mi nombre. Con fuego.

―Habrá gente que no te crea cielo ―decía Meredith―. Pero la gente que verdaderamente te apoya o te conoce estará ahí para ti, que esto no condicione tu vida. Debes seguir haciendo lo que te gusta, no dejes de hacer las cosas que harías solo por esto, sigue siendo tu Lilith. Demuestra quién verdaderamente eres.

Todos me miraron esperando una respuesta, así que asentí.

―¿Estás segura? ―Preguntaba Dylan―. Es un pub donde estaremos en la zona VIP, pero, aun así, no sé...

ARTE EN EL ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora