FIN DE LA GIRA
Europa. Sonaba tan lejano, hacía un tiempo que no logro concebir la idea de estar aterrizando en Lisboa. Di las gracias de poder hacer algo de turismo por aquí, ya no llevábamos abrigos ni chaquetas y de hecho hacía hasta calor por este lado del mundo. Me daba pena no poder ir a todos los sitios que quisiera visitar porque andar por la calle era que muchísima gente te rodeara para pedir fotos, así que los únicos sitios que visitamos fueron Bairro Alto y el Oceanográfico, que nos pareció algo muy bonito. En el concierto, Dylan abrió saludando en portugués y despidiéndose en ese idioma, como tuviera que hacerlo en cada idioma me lo veía con el Google Traductor en cada concierto.
España. Un sitio precioso si se me permite decirlo y uno de los lugares de los que más ganas tenía de visitar. Si por mi fuera hubiera hecho concierto en varias ciudades, pero solo se nos dejó por el momento Madrid (que era la capital) y Barcelona, ubicado en la costa. En el avión tuve tiempo a mirar sitios a los que en un futuro quisiera venir, como Galicia, Bilbao, Sevilla... dicen que el sur de Andalucía es precioso y no soy quién para decir que no, ¿habéis visto Sevilla? Un lugar lleno de luz y color.
Trixy estaba emocionada con el hecho de dormir en el hotel después de haber hecho el concierto en Madrid, en el cual nos recibieron con un entusiasmo que no nos esperábamos y como era de esperar también, Dylan saludó y despidió en español. Teníamos práctica de las canciones de la discoteca, para qué nos vamos a engañar. Pudimos ver el Retiro, el Museo del Prado, la Puerta del Sol, Gran Vía... esta vez fui yo la que sumó a recogerme el pelo en una coleta y usar gorra con gafas de Sol. Quién me lo diría, que me uniría al grupo de incógnito.
Barcelona olía a mar, la gente era simpática, aunque hablaban otro dialecto, lo que me pareció bastante curioso a mi parecer. Tocábamos en el Palau Sant Jordi y era un lugar muy grande, cuando entramos a ensayar creo que casi me da algo. Dylan claramente que al hablar lo hizo en español y en catalán que era el idioma de la zona. Tenía que aguantarme la risa porque me tocaba cantar en español, ¿por qué se me ocurrió eso? Bueno es un tema del que prefiero no hablar. Esto tuve que decirlo en español y memorizarlo con ganas.
―Perdonen mi español ―dije intentando mantener la calma―. Un cover en español os gustaría, ¿no?
El público aplaudía y chillaba con emoción ante aquella noticia porque seguramente esperaban algo en inglés. Me había costado aprenderme esta canción, pero si cantaba Quevedo con alguna copa de más, podría hacerlo y sobre todo cuando ha sido la canción que más ganas le puse para que el idioma me saliera bien. Según Google era un grupo muy conocido en España, aunque ya no estaban juntos.
El público aplaudió, cantó conmigo esta canción que a mi parecer salió regular, pero que ellos aseguraban que estuvo bien, a pesar de que mi español era algo que habría que revisar minuciosamente. Así que Zapatillas del Canto del Loco, era lo que tocó en España.
En Barcelona también vimos muchas cosas y lo que más me gustó fue el Zoo, sí, nos fuimos todos a hacer turismo al zoo de Barcelona y ninguno se arrepintió de aquella decisión. Vimos la Casa Batlló, la Sagrada Familia, por fuera Dylan pudo observar el campo del Fútbol Club Barcelona, Plaza Cataluña... teníamos unos días para cambiar de país y por eso pudimos ver tanto de Barcelona. Quería volver, de eso no tenía dudas y comer más pan con tomate y jamón salado. La gastronomía española me parecía algo increíble y ojo, que yo adoro todo lo que sea de Reino Unido, pero, ¿vosotros habéis probado las patatas bravas? Eso de ir de tapas no sabíamos que era, pero nos gustó el rollo de ir de cervezas y comer.
En París nos aclamaron ansiosos por escucharnos, no pude cantar en francés ahí ya se me trababa la lengua con el idioma, pero cayó otro cover como en cada concierto. No nos olvidemos de que la Torre Eiffel de noche es digno de admirar, el Museo del Louvre, el Mouline Rouge, Notre Dame, el Arco del Triunfo y la Plaza de la Concordia.
En Alemania no nos quedamos cortos porque era digno de ser visto lo que había en Munich, ¿por qué me gustaba tanto todo de todos los lugares? Nunca lo sabremos. Lo de ver el museo de BMW fue algo que tampoco esperé ver nunca y que no me desagradó en lo absoluto. El Olympiapark Münech o el Jardín Inglés de Múnich.
En Italia nos tocó visitar Roma, la gente europea era muy simpática y me costaba acostumbrarme a esos ambientes. Cada sitio era único y especial, cosa que me gustaba muchísimo y de todos lados me llevaba una postal para coleccionarlas. Ver la Fontana Di Trevi para lanzar una moneda y pedir un deseo, tampoco lo esperaba, solo deseé con todas mis fuerzas que se cumpliera. No lo puedo decir, que entonces no se cumple, dicen. El Coliseo Romano, el Vaticano o la Capilla Sixtina eran lugares con mucho arte, lo que me hacía sonreír. Para una persona que ha estudiado Bellas Artes, visitar lugares como París o Roma eran sueños hechos realidad, porque cada calle era puro arte y me daban ganas de llorar de la emoción porque mis ojos no podían parar de moverse de un lado a otro en busca de arte. El arte que yo asimilé que llevaba en el ADN.
Cruzamos mar y nos vamos a Tokio. Mery tenía muchas ganas de estar por aquí porque le encanta el anime, por lo que su cámara de fotos no solo sería del concierto, sino que también de todo lo que veía a su paso. El cover de Tokio fue Hello Kitty de Avril Lavigne ya que en japonés ya sí que no me veía cantando y esto les encantó a los japoneses.
Vimos sitios que parecían sacados de aquellas películas de anime que todos, alguna vez, hemos visto en nuestra vida. No pudimos ver mucho más allá que la Torre de Tokio, el Parque de Ueno y el Museo Ghibli. Sin embargo, todo me parecía mágico a la par que aterrador.
Quedaba muy poco de la gira y todo estaba pasando demasiado rápido. No quería despedirme de todo esto, pero me sentía abrumada. Dylan y yo no éramos pareja, pero actuábamos muchas veces como si lo fuéramos.
Tan solo nos quedaban Sídney, Nueva York, Los Ángeles, Argentina y México.
Todos los lugares que he visitado han sido con Dylan, tenemos muchísimas fotos juntos en cada uno de los lugares a los que hemos ido y me llena de nostalgia.
De nuevo cruzamos mar y nos encontramos en Sídney, una ciudad mágica con su Puente del Puerto de Sídney e incluso fuimos a ver la Ópera, aquel sitio que vemos en fotos pero que jamás pensamos que veríamos en persona (aunque podría poner de ejemplo muchos sitios) y la Sydney Tower Eye. No nos dio tiempo para más, porque el próximo vuelo duraba unas cuantas horas.
Como diría Taylor Swift "Welcome To New York", en una de sus canciones que Trixy cantaba al pisar ese lugar. Tenía este sitio muy idealizado y me encantó, no voy a negar que ha sido uno de los públicos que más se ha entregado. Times Square es igual de bonito que las fotos, el Empire State Building es igual de grande que en las películas, Central Park hace que te sientas en la película de Madagascar y la Estatua de la Libertad es más pequeña de lo que uno se espera cuando ve fotografías.
Nos vamos destino Los Ángeles y también iba idealizada lo que sucede es que hay mucha droga por el camino y no miento cuando digo que nos han ofrecido cinco personas cocaína o marihuana. Menos mal que Ethan apenas fuma porros ya, porque esta ciudad sería su perdición. Lo fue la de Trixy, cuando anduvimos por el Paseo de la Fama, el cartel de Hollywood o incluso el Muelle de Santa Mónica. Ahí conocimos gente interesante, se llamaba Zoe e iba de la mano de un chico que nos indicó como llegar a las atracciones, aunque duramos poco porque el semáforo de la vida se puso en ámbar y tuvimos que irnos de ahí en cuanto los rodearon grupos de veinte personas para hacerse fotos con nosotros.
Así que cambiamos de nuevo y nos encontramos en Argentina, tierra latina. La gastronomía era otro nivel, estaba claro, había probado ya todo tipo de comida y no podría decidirme entre tanta variedad. Estábamos en Buenos Aires, lo que indicaba que ahí pudimos comer choripán y ver sitios como Puerto Madero o Recoleta, sitios que tenían un encanto particular.
No podíamos estar mucho por Latinoamérica y llegábamos al último concierto de la gira. México. Creo que no fui consciente de la situación hasta que finalizó Dylan, nos despedimos de ellos asegurando que volveríamos, pero aquí me di cuenta que tendrían que hacerlo solos, que Lilith no podía con este ritmo de vida, que necesitaba un descanso.
En México pude ver, aparte de Ciudad de México, la ciudad de Mérida que tenía mucho color y encanto. Era precioso, el idioma, los tacos. Todo.
Me duele, pero al igual que todo empieza, todo acaba y en un chasquido estaba subida en un avión con destino a Londres. De momento.
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ARTE EN EL ADN
Teen FictionVincent Van Gogh dijo un día que el sufrimiento es lo que lleva a los artistas a expresarse con mayor energía, un lema que permanecía en la mente de Lilith; para ella el arte era su mundo. El arte debería llevar por definición el nombre de ella. Cor...