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Los siguientes días transcurrieron con normalidad, acabé diciéndole a Meredith que odiaba el té (aunque no con esas palabras) y cada tarde me preparaba una taza de café exclusivamente para mí y se lo agradecí, aparte de que me echó la bronca por no habérselo dicho antes.

Frankie pasaba mucho tiempo con Tracy, a pesar de la diferencia de edad, tenían demasiado en común y se pasaban el día mirando tiendas de ropa, pintándose las uñas, peinándose y todo lo que implicara el mundo de la moda.

Y fue ahí cuando llegó el día del partido, estaban todos demasiado ansiosos. Finn vendría hoy para verlo y se quedaría a dormir en casa de Ethan para irse al día siguiente de nuevo con su familia.

Los padres de Dylan no vendrán, pero sí su hermana. Éramos bastantes personas, además me comentó Dylan de que vendrían amigos del instituto, los cuales tenía en común con Ethan.

El simple hecho de saber que estaré rodeada de gente que no conozco, ni me apetece conocer, me carcomía por dentro. Juntarme con chicos que no conocía me provocaba mucha inseguridad, pánico y ansiedad.

No iba a decirle eso a nadie, tenía que superarlo yo sola. No podía vivir con el miedo constante a que la gente me hiciera daño, tenía que ser yo la que estuviera al mando de la situación.

Nos encontramos todos en la entrada de la casa de Dylan y Ethan iban con una camiseta del Liverpool, Dylan, Finn y su hermana con una del Manchester City. Había estudiado antes de ir a este partido.

Frankie y Tracy me obligaron a ponerme una falda como ellas, me habían hecho dos trenzas de raíz en medio de la cabeza dejando mi pelo liso, llevaba unos leotardos negros bastante calentitos, con una falda de cuadros blanca y gris, las Dr.Marten con el dibujo de rosas. No iba a faltar mi sudadera granate de Teen Wolf y me hicieron un fino eyeliner. Sigo diciendo que solo íbamos a un partido de fútbol, pero sus excusan fueron que nunca sabes qué puede pasar y que nunca es mal momento para ir bonita.

Paul llevaba a Ethan y Finn en su coche, mientras que Dylan nos llevaba a nosotras tres al estadio de Anfield.

―Dylan tiene unos amigos muy extraños ―resoplaba Tracy desde el asiento de copiloto.

―Para ti son raros ―replicó Dylan.

―Todos unos machitos, encima me apuesto el brazo a que está Erika ahí ―vi cómo se cruzaba de brazos.

―Oh Erika es un verdadero coñazo ―le daba la razón Frankie―. Se cree la mejor en la industria y sinceramente nadie de allí la soportamos.

―Con toda la razón eh, a ver, Dylan no fue un santo, pero Erika es una arpía de cuidado ―decía Tracy―. Lilith es mejor partido.

Dylan le lanzó una mirada helada que nos aterró a todas y aparcó bruscamente el coche.

―Tracy compórtate, no eres la única que le tiene manía a Erika ―ponía los ojos en blanco.

―Pensaba que salías con Lilith ―se cruzó de brazos y lo miró a los ojos.

―¿Por qué piensas eso? ―Inquirí.

Ella sacó su móvil y nos enseñó a Dylan, Frankie y a mí, la foto del día que nos besamos bajo la lluvia. Era de esperar que alguien hubiera captado ese momento, pero no me centré mucho en las redes sociales porque sabía que eso iba a pasar.

―Fue un beso tonto ―hablé yo.

―Tonto, lo que es tonto... ―Decía Dylan reprimiendo una sonrisa.

―Va a empezar el partido ―alejé andando hacía Finn.

Nos juntamos todos a esperar a sus amigos para entrar juntos, no sé en qué momento Dylan se tomó la libertad de comprarnos una entrada, pero me dijo que íbamos a estar en zona VIP para verlo de primeras.

ARTE EN EL ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora