12

6 1 0
                                    

―Vaya con la vida, te da cada sorpresa ―decía Finn con media sonrisa―. No esperaba eso.

―Mery es una etapa de mi vida extraña, llegó a mi vida de una forma horrible pero luego me defendió cuando sucedió el acontecimiento de Alan ―suspiré―. No creo haya cambiado desde que me dijo que no la llamara más.

―Bueno, ella se lo pierde ―decía Trixy.

―¿Entonces Dylan va a conducir ese coche? ―Inquirió Oliver.

―No va a hacerlo y de ser así tendrá que pensárselo dos veces ―me encogí de hombros.

―Bueno Finn, por si no lo sabías Lilith tiene tendencia a meterse en sitios con flechas con luces que indican peligro ―decía Trixy negando con la cabeza―. Por si hace algo que veas que es extraño, es porque en su cabeza parece buena idea.

―Lo del cartelito de luces bien que me lo dijisteis cuando me mudé con ellos ―lo señalé con el dedo.

―Así que nos considerabas peligrosos ―reía Finn.

―No a ver, peligrosos no, pero no cualquiera se va a vivir con unos desconocidos, ¿no? ―Inquirí.

―Nos conocen ―sonreía Finn.

―Ella no sabía quiénes erais... ―Decía Oliver disimuladamente.

―No me jodas ―soltó Finn una carcajada―. Esta anécdota no voy a olvidarla fácilmente.

―La cuestión es que estoy aquí ―puse las manos en alto.

―Lilith, podrías hacer algo para calmar el ambiente ―propuso Finn.

―Me da que no es la única con carteles neón ―dijo Oliver.

―Tirando recto hay un escenario con un dj, pide una guitarra que seguro tienen alguna. Toca una canción, así el ambiente parecerá menos pesado.

―Estás loco ―reía Trixy.

―Sujétame la cerveza ―se la pasé a Trixy.

―¡Lilith! ―Exclamaba ella.

Claramente que iba a hacer eso si lograba hacer tiempo de alguna forma porque la gente se montaba a hacer corillos para animar a los que se metían en los deportivos. Me abrí pasó entre la gente hasta que vi un pequeño escenario con luces de colores apuntando a cualquier lugar, subí los tres escalones y me acerqué al dj. Solo podía ver de reojo a las tres personas que se habían apresurado en ponerse en primera fila.

―Perdona ―dije cerca de su oído, se quitó los cascos un segundo―. ¿Tienes una guitarra para tocar algo?

―No, ¿quieres cantar algo? Espero que no sea una balada.

―No es lento si sirve de algo.

―Bueno, prueba, pero si no gusta pues no tocas ninguna otra ―me advirtió―. ¿Necesitas alguna base de fondo?

Asentí diciéndole el nombre de la canción, me miró alzando una ceja y yo sonreí. No tendría guitarra, pero daría todo en este escenario. Me subí las mangas de la chaqueta como pude y agarré el micrófono, eran pocas las personas que estaban atentas a mí.

Empezó a sonar la base de Psycho de Maisie Peters, la verdad es que descubrí esta cantante hará poco y tiene canciones muy buenas. Obtuve lo que quise, que se giraran a mirarme las personas que debían distraerse.

La gente bailaba, saltaba e incluso algunos se sabían la canción cosa que animaba el ambiente. Oliver aplaudía mientras silbaba, Finn levantaba la mano a la par que saltaba y Trixy cantaba a todo pulmón. E incluso podía decirse que estaba viendo a Ethan con el vaso de plástico alzado mientras movía la cabeza al son de la música.

ARTE EN EL ADNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora