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«La soledad me ha enseñado que el tiempo me pertenece y que el silencio es sabio.»
-- DRZ.
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Escena eliminada: Capítulo Siete. [Cámaras de grabación] (En mi libro: Te extrañé)
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- ¿Lista para irnos?.- pregunté viendo cómo Vanya se acercaba a nosotros, pero ella simplemente negó siguiendo su camino ahora hacia el coche.
- Regreso a la granja.- comentó sin rodeos y subiendose al coche.
- ¿Qué?.- pregunté molesta.- Esto es inaceptable Vanya, hay que mantenernos juntos....
- ¿Ah si?, ¿Porque temen que vuelva a causar el apocalipsis?.- Cinco y yo nos sorprendimos.
- Genial, el simio te lo dijo.- escupí molesta.
- Estúpido.- susurró frustrado.
- ¿Iban a decirme?.- nos miró indignada.
- En nuestra defensa cuando te enojas, todo explota.- asentí.
- Genial ...¿otro secreto familiar?.- ella preguntó sarcásticamente. Iba a abrir la boca pero Cinco me interrumpió.
- No traigo la lista.- contestó copiando mi carácter.
« Flashback
- Papá...¿Qué es este lugar?.- murmuré sintiendo frío de aquella recámara que más bien parecía ser una clase de sótano.
Recuerdo perfectamente ese día. Mis hermanos y yo estábamos cumpliendo 10 años así que nos permitió salir de la academia junto con nuestra madre.
Justo estábamos por salir pero nuestro padre nos detuvo...solo me necesitaba a mí.
- Necesito de tu poder aquí...- comentó abriendo una puerta para poder adentrarnos a una habitación llena de pantallas, cámara y micrófono.
Mis ojos no sabían a dónde ver. Todas aquellas televisiones te hacían deducir una simple cosa, papá nos espiaba.
- Papá...
- Número Ocho, te pido que este secreto quede entre tu yo ¿Puedo contar contigo?.- tragué saliva de forma nerviosa para finalmente asentir.
No sabía lo que sucedía y mi coeficiente no quería alterar nada.
- Bien...Necesito que veas el futuro...
- Pero padre, tú has dicho que eso se me está prohibido.
- Por ahora olvida eso.- habló acomodando un extraño espejo enorme en frente de mí junto con una cámara.- Dime todo lo que ves y finalmente te harás un rumor tú misma para olvidar todo lo que verás.- apreté ligeramente el borde de mi falda.
Sabía que algo andaba mal y no sabría si podría llegar hacerlo.
-...Te estoy esperando número Ocho...
- Está bien padre.
Alcé la vista hacia el espejo notando como un aura morada me envolvía y mis ojos se colocaban de color blanco y morado. Lo estaba logrando...y espero que en verdad lo haya logrado.
Y si, tal y como lo dijo mi padre, me hice un rumor para olvidar mi visión...Más no lo del rumor y aquella habitación secreta.
Después de eso las noches me parecían eternas y los días más estresantes.
Papá había logrado grabar mi visión, incluso traté de encontrarla. Regresé a la habitación pero parece que todo había sido un sueño, pues solo había una silla y un periódico viejo...Como si nunca hubieran estado aquellas pantallas por dónde nos espiaba.
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