Amor de estudiante

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La Beba estaba fascinada escuchando la historia de cuando conocí a Santiago, eran las once de la noche y sacó un par de cervezas, puso música de los 90 y se acomodó en el sofá. -¡Wow! todo un shoujo latino, entonces así fué el flechazo-.

Destapé una cerveza y le respondí divertida -¡No, qué va! Ojalá y así hubiera sido, me tardé en darme cuenta que me gustaba y eso con el tiempo me salió caro-. Ella se quedó extrañada y su cara tenía mil interrogantes, así que seguí relatando:

-Después de los primeros días, Santiago se comportaba como si nada, era educado alegre y muy competitivo en cuanto a las clases; yo por otro lado tenía poco tiempo para perder, interactuar con los compañeros mas allá de las clases no era fácil para mi, así que con carácter más que dictatorial, proponía soluciones alternativas o terminaba los trabajos rápidamente diciendo que se dividieran resultados y ya nos darían la solución en clase. El hecho de trabajar me daba una especie de altura moral superior, ellos chamacos sin quehacer, no podían hacer perder el tiempo a una seria empleada como yo, era agradable tener la consideración y respeto de los demás por eso-.

"-Mira Rebe, te traje una sopita instantanea, luego sales corriendo a tu trabajo y ya no comes-"

-Santi, hacía ese tipo de cosas, siempre estuvo pendiente de mí desde entonces; con el ir y venir de los días me integraba al grupo,  dejé de sentir la antipatía generada por mis prejuicios hacia él y descubrí que era muy diferente a lo que aparentaba en casa, me agradaba bastante y sabiendo su verdadera edad comencé a sorprenderme pensando en Santiago-.

-Pero entonces,  ¿ya te gustaba?-

-Obviamente que desde el inicio me dí cuenta de que era atractivo y del por qué las chicas hablaban tanto de él, pero a mí no me impresionaba, yo tenía apenas unos meses de haber terminado con Daniel y tú sabes, Santi por muy guapo que fuera no tenía nada que hacer a lado de mi primer amor-.

La Beba me interrumpió emocionada -¡Uy es verdad!, si no lo conozco no lo creo, Daniel era increíble, aparte de guapísimo, a su corta edad era todo un caballero , tenía una voz súper grave y parecía Van Dame, el tipo era tan cool que Gaby, se merece que le hagan un monumento por haberlos conectado, quién tuviera tu suerte o tu cerebro hermana-

Era cierto, de no ser por Gaby, jamás me hubiera dado la oportunidad de socializar con un chico como Daniel, pero esa era otra historia.

La Beba se moría de curiosidad -Pero entonces ¿Cómo fué que Santi y tú comenzaron a salir?-

-Una noche al regresar de trabajar lo encontré esperando en la banqueta frente a nuestra casa, pensé que querría algo sobre la escuela, entré a dejar mis cosas y salí de nuevo, me senté a su lado y comenzamos a platicar, la noche era muy clara y se veían las estrellas, platicamos sobre varios temas, entre ellos sobre su ex, aunque no abundó más allá de lo que yo ya sabía por parte de Noemí, en realidad no me interesaba mucho indagar sobre eso; debí darle más importancia, en fin, estuvimos tanto que mamá salió a decirme que él debía irse a su casa o tendría que llevarlo papá personalmente. Así pasaron varios días en los que él me esperaba para platicar, cada vez era más difícil separarnos, hasta el punto de desesperar a mamá.

Una noche saliendo del trabajo, me quedé sorprendida, Santiago estaba esperando a la salida de la oficina, llevaba un ramo enorme de rosas de todos los colores y se veía más guapo que nunca, todos al salir lo veían y entre las mujeres despertaba emoción y curiosidad. 

El corazón me latía aceleradamente mientras me acerqué a él, -¿Y esto?-, le pregunté sintiendo la cara sonrojada, me dió un beso en la mejilla y dijo suavemente,

-¿Me permitirías regalarte una rosa todos los días para siempre?-.

Casi me desmayo, era súper increíble, en serio pensé que de pronto saldría por ahí un director de escena a gritar ¡Corte!, no sé si lo hizo por cliché o porque pensó que así tendría un sí rotundo pero funcionó, a partir de ese día no hubo un noviazgo más asombroso en la vida, comenzamos a salir, nos enamoramos de verdad, conversábamos sobre los misterios del universo y todo parecía una ensoñación-.

Enmudecí de pronto, estaba feliz disfrutando de esos recuerdos pero ya no eran nada más que eso; salté en segundos de aquellas escenas a mi realidad actual, se me hizo un nudo en la garganta y tuve que desviar la mirada haciendo que bostezaba para que no se me notara la humedad en los ojos.

La Beba levantó su cerveza para hacer un brindis, -Por los amores de estudiante- suspiré y me quedé serena.

Me sequé los ojos mientras decía, casi para consolarme sola -Es natural que duela, uno no comienza una relación pensando que va a terminarse, cerrar ciclos duele. Santiago ha sido lo mejor y lo peor en mi vida, se merece una gran despedida y así, no me quedo con los sentimientos atrapados, ya vendrán días hermosos en los que haga nuevas memorias increíbles, eso quiero creer y así será ¿verdad?-

La Beba asintió con la cabeza y una sonrisa optimista -Así es, despídete desahogándote todo lo que quieras, aquí estoy yo para acompañarte-. 

Regresé al estado mental feliz de los recuerdos,  tal vez no volvería a contar aquella historia jamás, así que no valía la pena entristecerse. 

La Beba comprendió bien y siguió indagando.  -Pero, a pesar de que fué una etapa linda, ¿puede ser que tuvieron un noviazgo muy corto? a lo mejor se precipitaron ¿Qué pasó?-. 

Me cambió el rostro de inmediato, -Pues es que a veces nos pasan cosas que nos afectan y tomamos decisiones que en el momento nos parecen adecuadas. ¿No recuerdas que fué entonces cuando sucedió? Tuvimos el día más terrible en la vida-. 

La Beba se puso triste, ¿cómo no se iba a acordar?

Hoy amanecí cansadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora