Fin de semana familiar

47 4 0
                                    

Nadie de mi familia se había dado cuenta de que mi relación con Daniel había subido de nivel, a mis hijos ya les había contado nuestra historia y ya lo conocían porque había pasado un par de veces a la casa por mí. Cuando nos reencontramos, todos preguntaron si había algo entre nosotros de nuevo, como no era así lo negué, así que se quedaron conformes con que era un amigo de antaño solamente, tenía que decirles que la situación había cambiado, pero no sabía cómo.

Teníamos agendada una salida a acampar y pensé que podía ser un buen momento para tratarlo con ellos pero durante el viaje no era adecuado, al llegar todos corrieron a las actividades y por la noche cayeron rendidos mas temprano de lo habitual. Me quedé sola con Santiago en la fogata y pensé que era un buen momento para abordarlo con él por lo menos.

-Ha sido un día muy agradable, creo que estas salidas nos han ayudado mucho a todos pero no creo que podamos prolongarlas por siempre, no es normal que estemos saliendo así, tú por ejemplo, no sé cómo hagas con tu pareja pero quizás no le parezca bien que yo venga a estas reuniones, si yo también tuviera una pareja, sería más comprensible ¿no crees?-

Santiago terminó de atizar el fuego, se sentó y dijo sonriendo, -¿Te ocupas a estas alturas de mi pareja? yo creí que no te importaba lo que fuera de mi vida lejos de ustedes-

-Mmm, si tienes razón, disculpa, ha sido desconsiderado de mi parte. Al principio obviamente no quería saber nada de ese tema y después no consideré que tu tiempo y tu vida ya tienen otro norte, debí ser mas atenta en ese aspecto-

-Dime una cosa, ¿piensas que soy un tipo que no sabe atender a su pareja de manera adecuada? No, rectifico. Tú mejor que nadie sabes que no soy el hombre ideal, que íntimamente dejo mucho que desear, pero quitando mis errores en ese aspecto ¿Fuí tan mal esposo? ¿Te desatendí al grado de correr a otros asuntos, antes que estar a tu lado?-

-¡Por supuesto que no! tengo muy claros los motivos por los que terminamos, la falta de confianza y respeto en pareja no incluía a la situación familiar, quitando que tu madre se pasaba de los límites sin que la contuvieras, no había mejor esposo que tú, precisamente esa era una de las razones por las que me costó tanto trabajo dejar la relación-

-Vaya pues que alivio que lo digas, estoy muy consciente de lo que hice mal y no voy a justificarme, pero yo pienso que no todo fué malo, me esforzaba para que estuvieran lo mejor posible porque mi familia siempre ha sido lo más importante para mí, me alegra que eso sí lo hice bien-

Le di una palmada en la espalda, -Claro, siempre lo dije, eres el mejor padre y un gran esposo, me sorprendías con flores sin razón alguna, me atendías y estabas siempre atento a mis necesidades y cuando no estabas trabajando siempre estabas con nosotros, la verdad no sé a qué hora te ibas de pinta con tus amigas. Respecto a lo de tu familia, yo tampoco sabía manejar a la mía así que creo que ahí tenemos un justo empate, nadie es perfecto-

-No me iba de pinta a ningun lado, esa fué una idea que generaste por mi causa, naturalmente, y que yo jamás me di a la tarea de desmentir, pensé que no tenía que dar explicaciones, que viéndome en casa y analizando mis tiempos, simplemente tenías que creer que no lo hacía y ya. Por eso en los juicios hay un litigante y no sólo se presenta la evidencia, hay que argumentar lo necesario para que las cosas sean claras, pero eso lo aprendí tarde. Ahora bien, ya planteado eso, ¿por qué supones que sería desconsiderado con mi pareja?-

Me quedé algo confundida, no entendía lo que trataba de decirme, su sonrisa parecía algo triste.

-Mira Beca, tú me conoces bien, soy adicto al trabajo, desde que nos separamos, subí de puesto dos veces y gano más que antes, me puse a estudiar para manejar el dinero como lo hacías, seguramente recuerdas todas las consultas que te hice, logré comprender cómo administrabas y ya lo hago sin asesor, tomo clases de cocina y de otras cosas. Mis días de descanso, los dedico a mis hijos y cuando ellos no están disponibles estoy con mis padres, ellos podrán decírtelo, es decir, si tuviera una pareja ya me hubiera botado igual que tú, no tengo tiempo para nadie porque estoy ocupado trabajando para ser una mejor persona-

Mentalmente hice un registro de los tiempos que Santiago nos dedicaba, si agregaba las actividades de las que hablaba, era evidente que estaba solo pero no estaba segura de cuánto tiempo llevaba así.

-Entonces tu y ella terminaron pero ¿Cuándo?-

-No Beca, ni siquiera comenzamos-

Le dirigí una mirada suspicaz

-¿A qué te refieres? el día que nos divorciamos estabas pidiendo informes para casarte- Me sentía sorprendida y agitada.

-Así es, porque soy un estúpido, estaba asustado ¿me entiendes? Mira, durante todo este tiempo no he dicho nada, era importante y sé que me merezco lo que me pasa por lo que hice pero quiero que me tengas un poco de paciencia. Ahora veo que te importa poco lo que yo haga con mi vida y me alegro por ti, me has superado del todo y te perdí pero te veo feliz y triunfando, eso vale la pena-

Mi mente daba vueltas y ya había deducido el mensaje que quería darme, escuché cuando me pidió paciencia, Santiago aprendió a comunicarse mejor pero todavía le costaba, esa pausa era para ordenar sus ideas así que no pregunté nada, dejé que siguiera conforme podía.

-El día que discutimos en el hotel antes de separarnos estaba cansado, no lograba darme a entender contigo y estaba estresado por nuestras peleas y mi trabajo no iba del todo bien, creí que dejando que las cosas se calmaran, volvería todo a la normalidad como siempre-

Se detuvo un momento y tomó aire, era como si todo ese ambiente viniera de golpe a su memoria y quisiera alejarlo.

-Pero estabas mas trastornada de lo normal, era lógico ahora que lo pienso pero entonces me parecía que no era para tanto, creí que si realmente me sentías lejos te calmarías y me permitirías regresar, por eso saqué mis cosas y me fuí a un hotel, como me seguía viendo con...-

Me miró con angustia pero yo lo tranquilicé asintiendo con la cabeza, esa herida ya había sanado.

-Primero pensé en ir con mis padres pero no quería que se involucraran, por eso fui a un hotel. Después ella me ofreció ir a su casa, primero no acepté pero, al tercer día me sentía desesperado en esa maldita habitación y ya habíamos hablado con nuestros hijos acordando que estaríamos separados unas semanas, así que fuí con ella de visita y así todos los días saliendo del trabajo un rato, pero no me animaba a dejar el hotel del todo. Ella tomaba fotos para sus redes y me mandaba mensajes para que todos vieran que estábamos juntos, yo sabía que era para que su ex esposo los viera pero no me importaba, simplemente no le respondía ni reaccionaba, pero en unas semanas alguien se burló de ella porque yo no le hacía caso y fué cuando me advirtió; tú ya me habías pedido el divorcio y no había razón para no estar juntos, nada impedía que nos casáramos y hacerlo era la prueba que ella necesitaba para que le demostrara a todo el mundo que la quería-

Se llevó las manos a la cara como si se lavara el rostro

-Me sentí desesperado, estábamos a nada del divorcio y no quería estar solo, por eso pedí ese día los datos pero me arrepentí enseguida, después de verte salir así del juzgado sentí que todo en mi vida se había derrumbado, supe que ya la había cagado para siempre-

Negaba con la cabeza y su barbilla temblaba, no quería interrumpirlo como siempre, ahora entendía que sus silencios también comunicaban algo.

-Bueno, eso no importa, como sea que me sintiera, peor te hice sentir a ti y además seguía con ella, no tengo disculpa-

La última vez que hablamos sobre nuestra relación realmente no profundizamos en lo que cada uno vivió, llegamos a acuerdos pero ya no era momento de diálogos a fondo, solo queríamos soltar, ahora Santiago quería contar su parte de la historia y yo estaba dispuesta a escucharlo.

Esa noche me enteré de algo que no quise ver antes.

Hoy amanecí cansadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora