¿Y entonces qué pasó?

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-Nada, simplemente terminamos de comer, me preguntó sobre algunas cosas de la casa que necesitaban reparación y ofreció pagarlo, acepté y lo despedí en cuanto pude, le dije que hablara con sus hijos sobre su boda lo antes posible. Obviamente no lo hizo, ahí me tienes no sabiendo qué explicar cuando mis hijos se enteraron, sólo atiné a contarles que me enteré por casualidad y que era mejor que lo platicaran con él directamente-.

Gaby estaba muy entretenida, escuchando la  historia sobre cómo había ocurrido todo el día de mi divorcio. Por delicadeza y a pesar de que expresó algunas opiniones al respecto, no me había preguntado lo que sucedió, esperó a que estuviera más tranquila (o más desesperada por expresarme) para saber. -¡Ah!, pero entonces ¿ya no volvieron a platicar nunca sobre su relación con esa tipa?-.

-Me pidió que lo platicáramos cuando le llamé para decirle que los chicos ya sabían que se casaba, le dije que primero hablara con ellos y ofrecí una cita cuando estuviera preparada, pero no en casa, no quería volver a estar en la posición de ser vulnerable con él a solas; y no para, precisamente hablar sobre ella, sino sobre algo que él quiere decir, supongo que pretende que quedemos como amigos y me parece bien hacer el esfuerzo para que no sea incómodo reunirnos. Como sabrás, para mí no es fácil resistirme a él, por eso estuvimos casados tanto tiempo-.

Gabriela se quedó fascinada por el encuentro, me dijo que él seguramente, tampoco era indiferente a mí y que, posiblemente lo estaba dudando desde que le dije lo de el supuesto amante, yo como siempre, le dije que estaba loca, -Eso solamente ocurre en las mentes de los escritores de novelas-. Me despedí de ella y quedamos de vernos para revisar los últimos detalles para la apertura de la boutique, faltaba  solo una semana y estabamos muy motivadas.

Después fué turno de contarle a la Beba. Decidió pasar la noche en mi casa y nos quedamos platicando hasta la madrugada. Su opinión era que me arriesgué mucho al dejar pasar a Santiago y que concordaba con Gaby sobre el supuesto interés por mí; pero más por el hecho de que me siguió después del juzgado.

-Hermana, nadie sigue a su ex durante horas sin comer por mucho que le preocupe su salud-, yo no estaba de acuerdo con eso.

-Sí, entiendo lo que piensan pero ambas están dando por hecho que Santiago se comporta extraño, es de lo más normal que sea así, desde antes de ser novios siempre fué muy atento conmigo y en general con las demás chicas, me tuvo bastante consentida cuando fuimos pareja. Como compañero, amigo y esposo siempre fué excepcional, sus fallas eran otras- Decidí dejar ahí el comentario, todavía no me sentía preparada para hablar detalladamente sobre las razones para separarnos.

La Beba arqueó la ceja de manera maliciosa -¡Uy chiquita! se me hace que sí te pegó muy fuerte su visita ¿seguro sólo comieron o se comieron?-, me sonrojé y me reí con nerviosismo, -¡No inventes! ¡Qué cosas se te ocurren! No te niego que las cosas se pudieron salir de control pero precisamente, si no pasó fué porque de ninguna manera él lo intentó-.

Aquella afirmación me dolía en el orgullo y me mantenía con los pies en la tierra. Ciertamente, yo no era dueña de mis emociones el día que estuve con Santiago a solas, si hubiera visto un atisbo de interés de su parte, posiblemente estaría en el fondo de la depresión, por haber caído de nuevo. Advertir que Santiago ya no sintiera atracción por mí, era algo que venía notando desde hace mucho tiempo y no lo podía superar.

La Beba debió notar mi mezcla de decepción-orgullo herido porque no insistió con suspicacias, se sentó junto a mí y me abrazó, -Ay cariño lo siento, yo mejor que nadie sabe cómo te sientes; durante cinco años que estuve casada con Leonardo, me pareció un imposible apartarme de él y eso que no era precisamente el esposo modelo, ya me imagino ustedes dos, con tantos años juntos y habiendo tenido un matrimonio tan maravilloso-.

Me quedé ensoñando los momentos felices de mi matrimonio, era feliz a pesar de los malos ratos, siempre puse en la balanza los hechos y estaba convencida de que, no valía la pena perder aquella tranquilidad por un par de errores de Santiago, nadie es perfecto y posiblemente yo también tenía parte de culpa por lo que pasaba entre nosotros, tal vez si yo hubiera...

Interrumpí mis ensoñaciones cuando la Beba preguntó -¿Y cómo fué que se conocieron? Sé que fué en la universidad pero no más, yo sólo me ocupaba de salir con Leo en ese entonces ¿Te acuerdas?-.

Pasados los años, existe la tendencia a idealizar los momentos y a las personas ¿Sería que esas memorias felices eran sólo imaginación? Para mí, aunque había pasado tanto tiempo, era un recuerdo vívido.

Todavía me emocionaba recordar a mi yo de la juventud, aquella Rebe bien plantada que derrochaba seguridad y simpatía. Ingresé en la universidad y dejaba atrás amigos e historias encantadoras. Fué durante el primer día de clases...


Hoy amanecí cansadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora