「Capítulo 7」

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A Cielle le habían molestado aquellas palabras, la seguridad de Idan al decirlas lo había hecho replantearse hasta sus propios pensamientos. Él sabía que sí eran esos sus temores, mas no le agradaba que nadie los supiera, eso lo hacía sentir vulnerable y él amaba sentirse poderoso, después de todo era considerado un genio. ¿Entonces por qué alguien como Idan podía llegar y simplemente descontrolar sus ideas? Se sintió asqueado de sí mismo por replantearse de alguna manera el absurdo hecho de volver a quererlo, pero a pesar de todo no podía evitar aquella posibilidad, porque la persona frente a sus ojos había sido muy importante para él, incluso si cambió tanto.

—No te imaginas las ganas que tengo de golpearte desde que vi la persona en la que te convertiste, quiero sacarte los crímenes a golpes. Es una lástima que sea imposible —confesó el abogado apretando los puños y frunciendo el ceño.

—Culpa al destino de nuestro reencuentro, se suponía que no nos veríamos nunca más —respondió con seriedad.

—Sabes qué, solo iré a empacar mis cosas —dijo sin más para ingresar a su habitación.

Desde la puerta de la misma, el criminal se limitó a observar al contrario tomar sus pertenencias más importantes para echarlas sin nada de orden dentro de una maleta mediana.

—Date prisa —ordenó impaciente Idan —. Mis hombres deben dejar la casa perfectamente ordenada para que parezca que te has mudado, la policía también puede llegar.

—¡Voy tan rápido como puedo! —gruñó cerrando la maleta y procediendo a guardar su portátil.

Observando los alrededores de la habitación del abogado, distinguió Idan colgado en la pared el diploma de graduación universitario y por supuesto también una certificación por ser el mejor de su año; era de esperarse de Cielle.

—Creciste bien —pronunció aún con la mirada en el diploma dorado.

—Lástima que no pueda decir lo mismo de ti.

—¿Te arrepientes? —preguntó logrando que Cielle se volteara, para prestarle atención.

—¿De qué?

—De haberme conocido, de acercarte a mí en aquel entonces, de haberte entrometido en mi vida y en mi relación con Thalia.

—No, no me arrepiento de haberte amado —se limitó a contestar —. Cometí errores lo sé, no pretendo justificarlos, lo que hice no fue correcto.

—¿No fue correcto? —sonrió irónico —. No confundas las cosas, D' La Fontaine, incorrecto fue tener sexo en el gimnasio de la escuela al finalizar las clases, escaparnos por días enteros de nuestros padres y faltar a la escuela, hacernos un tatuaje a escondidas, colarnos en las fiestas a las que no estábamos invitados, tampoco tomar la motocicleta de tu padre para ir de paseo a la playa.

—¿Cuál es el punto de recordar eso?

—El punto es que nada de eso era correcto, pero fuimos felices al hacerlo. Lo que tú hiciste al marcharte fue algo más que incorrecto, pero eres demasiado egoísta como para aceptarlo.

—Lo siento —susurró y una confesión amenazó con escapar de sus labios, pero lo detuvo mordiéndose la lengua. Él sabía que habían cosas que jamás podría decirle a Idan, así que solo le quedaba callar y soportar todo su odio —. No le doy importancia a nada más que mis objetivos y no me detengo hasta lograrlos —dijo con voz y mirada gélida —. No podía quedarme a tu lado porque aquella vida de campo no era para mí.

—Eso es algo que descubrí por mí mismo y de la manera incorrecta.

Cuando Idan creyó que ya nada de lo que dijera Cielle podría herirlo, cuando se creyó inmune, fue nuevamente destrozado. Hacía tantos años que nada le importaba, que no creyó que este reencuentro lograría sembrar tantas emociones en él. Por unas horas olvidó totalmente que aquel que tenía en frente, era la persona más cruel que había jamás conocido, incluso más que él, pero se prometió no olvidarlo nunca más ni olvidarse de sus reales objetivos.

El Abogado del Diablo (BL)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora