「Capítulo 44」

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Con el paso de los días, Idan perdió cada esperanza que albergaba de salvar a Cielle. Incluso había desistido de su idea de averiguar dónde se hallaba el escondite de Fenith, pues sentía que arriesgaría su vida en vano al trata de rescatar a alguien que sin duda no quería ser rescatado.

Gracias a Micah se mantenía al tanto de todos los movimientos que estaba haciendo Fenith y con cada nueva noticia se sorprendía más, la organización se había tornado increíblemente agresiva, atacando sin piedad alguna todas las bases y a los líderes del crimen organizado que regían en New York. Sin lugar a dudas sabía que aquello era obra del abogado, su odio hacia la mafia era notorio y estaba tomando venganza incluso contra aquellos que no tuvieron una participación en la muerte de sus padres, quizás era su manera de hallar consuelo, de encontrar la paz. Porque después de días Idan al fin logró entender lo que le había sucedido realmente a Cielle; al recuperar el pasado el abogado había perdido la paz, y esa era la razón de tanta rabia desmedida. Los recuerdos trajeron consigo una carga demasiado pesada que él decidió llevar sobre sus hombros, a pesar de que nunca fue su culpa, de que los únicos responsables de la muerte de sus padres habían sido ellos mismos, por el camino de sangre y violencia que eligieron vivir.

Después de algunas diligencias, la Interpol había logrado limpiar su nombre, por lo que Idan eligió mantener su negocio empresarial sin mayores consecuencias, y por supuesto después del arresto de Leonardo él había quedado como único propietario de la empresa que su padre fundó con el objetivo de lavar dinero.

Aunque le tomaría un tiempo levantarla después de perder todos los activos, conexiones y bienes ganados a raíz del tráfico y los negocios ilícitos, sabía que podría hacerla subir nuevamente a la cima y posicionarse como una de las empresas más eficientes y competentes dentro de la ciudad.

Estaba tras su escritorio revisando algunos documentos, leía y releía una y otra vez aquel papel sin lograr asimilar correctamente ninguna información. Aunque tratara de disimularlo, le resultaba imposible que su mente no estuviera enfrascada las veinticuatro horas del día pensando en Cielle, Maxim o como quiera que fuera su nombre. Para él era extremadamente difícil aceptar haberlo perdido, otra vez. Aunque actualmente lidiaba mejor con el dolor que años atrás, eso no quería decir que no doliera tanto como antes.

Quizás su destino no era estar juntos, ahora era lo suficientemente mayor como para entender eso, pero lo que más le dolía no era renunciar a él, sino que renunciar a ayudarlo, porque sabía que la persona a la que él conocía jamás sería feliz bajo aquellas circunstancias de vida. Por mucho que actuara tan fríamente, por mucho que asegurase estar entre los suyos, siempre sería infeliz.

Idan recibió una llamada de su secretaria avisándole que alguien solicitaba verlo. Después de preguntar de quién se trataba, el visitante se identificó como Osiris Dagger, así que de mala gana Idan lo dejó ingresar.

—Sé breve —pidió apenas ver entrar al asesino.

—Hola para ti también —respondió irónico —. No venía a hablar mucho de todos modos. Solo paso a advertirte algo, si quieres salvar a tu niño bonito más vale que te des prisa.

—¿A qué te refieres?

—Esta mañana Selene me llamó pretendiendo hacerme otro encargo. Esta vez tuve que rechazarlo pero ellos encontrarán a alguien que lo realice tarde o temprano.

—¿Y por qué me importarían tus encargos?

—Porque la persona que desean eliminar esta vez es al abogadito —respondió con seriedad en la voz y la mirada.

—¿Qué? —Idan se puso de pie con rapidez —. Se supone que él es parte de ellos.

—Eso cree él pero la verdad es que Fenith hace todo lo que él quiere y lo mantienen como su niño mimado, solo porque desean sacarle la información sobre el famoso tesoro de los Stepanov. Cuando abra la boca entonces lo harán tragarse un par de balas.

El Abogado del Diablo (BL)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora