「Capítulo 41」

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El médico les permitió darle una visita rápida a Cielle, pues tendría que someterse a un gran número de exámenes luego de despertar.

Micah y Osiris entraron en la habitación, no sin antes avisarle a Selene que finalmente había despertado.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Micah con una sonrisa de labios.

—Sovsem zaputalsya. (Completamente confundido) —respondió haciendo una mueca de dolor.

—Está hablando ruso. —Micah abrió los ojos sorprendido.

—Oh no, se restableció de fábrica —comentó Osiris negando —. Quizás si volvemos a golpearlo en la cabeza recuerde como hablar nuestro idioma.

—Dime que estás bromeando —pidió Micah, pero al ver a Osiris buscado en la habitación algún objeto contundente lo reprendió —. ¡No puedo creer que lo digas en serio!

—¿Por qué no? —se encogió de hombros.

—Debemos decirle al doctor.

—Cállense de una vez —pidió Cielle y ambos voltearon rápido a verlo —. No olvidé como hablar, pero mi cabeza me está matando y ustedes estorban.

—¿Nos recuerdas? —preguntó el pelirrubio inclinándose sobre él, poniendo su rostro cerca —. Mírame bien.

—Kak ty razdrazhayesh'. (Que molesto eres) —puso los ojos en blanco —. Déjenme solo.

Dagger hizo un gesto a su acompañante, indicándole con la cabeza en dirección a la puerta, al salir se encontraron al médico y le explicaron la situación. El neurólogo les explicó que debían realizarle exámenes a Cielle, luego tendrían la respuesta de aquel comportamiento.

Mientras esperaban Micah decidió avisar a Idan. Después de más de un mes el castaño iba al hospital solo en las noches, y desaparecía todo el día. Aunque no entendían de qué se trataba, habían sabido por las noticias sobre el arresto de Leonardo, así que suponían Idan estaba siendo afectado por ello.

El mencionado se encontraba en el escondite, golpeaba una y otra vez un saco de boxeo. Su respiración estaba agitada, no había cortado su cabello en todo un mes así que lo mantenía sujeto con una liga, su torso desnudo se encontraba empapado con gruesas gotas de sudor.

—Llevas así dos horas, ¿no te cansas? —preguntó Stone mirando a Idan desde su lugar tras la silla.

—Debo liberar energías en algo —respondió lanzando un derechazo tan fuerte al saco, que la cadena que lo sostenía emitió un crujido —. ¿Por cierto has sabido algo sobre el tipo que conducía el auto que atropelló a Cielle?

—Fue atrapado finalmente hace unos días, ya está tras las rejas.

—Al fin una buena noticia en días.

—Un mes y medio Evigheden, ha trascurrido desde que lograste poner a Leonardo tras las rejas. Admito que no era lo que quería, se suponía que lo usaríamos para conseguir más información sobre la 'Ndrangheta, pero al final fue un alivio.

—Nunca podrán desmontar una organización como esa —respondió Idan para dejar de golpear el saco.

Se alejó respirando agitado para tomar una toalla y secar el sudor en su frente. Su pecho se hinchaba y se deshinchaba al compás de sus agitadas bocanadas de aire.

—Aguanté siete años, Stone —pronunció entre dientes —. Durante todo ese tiempo tuve que verle la cara al asesino de mi madre, llamarlo padre y sonreírle. Durante ese tiempo tuve que ser un criminal, tuve que secuestrar personas y ver como él las mataba sin poder oponerme. En siete años no pude ser yo mismo y ahora no sé quién soy, estuve tan dentro de ese personaje que ahora me cuesta actuar con normalidad, me cuesta actuar de otra manera que no sea un demente. Olvidé al Idan que vivió hace años atrás por culpa de tu misión.

El Abogado del Diablo (BL)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora