「Capítulo 31」

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Atención: Toda la extensión del capítulo escrito en cursivas serán un recuerdo.
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«Durante todo un mes Cielle procuró evitar a Idan, no quería hacerlo sentir incómodo ni interferir en su relación, a pesar de lo mucho que deseaba hacerlo. Sentía que no era justo para él ni para Talya, su novia, que era una buena chica.

Idan no podía evitar sentirse mal al respecto, veía a Cielle pasar por su lado y simplemente voltear la cara a otra parte. A pesar de que gozaba de un gran número de amigos, nunca dejaría de ser el de ojos azules, el primero que lo quiso realmente, y era gracias a él que con el paso de dos años las demás personas se le habían acercado. Cielle lo introdujo en la sociedad y ahora era aceptado por todo el pueblo.

Se encontraba sentado en la cafetería, era la hora del almuerzo. Miró desde su alejada mesa a su amigo sentado en la soledad. Él siempre se encontraba rodeado de personas era el sol de aquel pueblo, admirado por todos, ya fuera por su desbordante intelecto o su exuberante belleza, la cual parecía crecer con el paso de los años. Ahora sin embargo, estaba solo, alejado y triste.

—¿Escucharon el rumor? —comentó una de las chicas sentadas en la mesa de Idan, junto al gran grupo de amigos.

—¿Qué sucede? —cuestionó Talya.

—Los profesores están casi incrédulos, D' La Fontaine reprobó un examen —dijo por lo bajo, como si fuera el peor de los secretos.

—¿En serio? —preguntó uno de los chicos sorprendido.

Idan no dijo ni una palabra, solo observaba desde su lugar al joven triste.

—Así es.

—No puedo creerlo, lloverán los planetas —dijo Talya negando —. Él nunca saca ninguna calificación que no sea sobresaliente. Supongo que por eso se le ha visto tan desanimado estos días.

—Cuanto quisiera yo animarlo —respondió la misma chica del rumor soltando un suspiro. Apoyó el codo en la mesa recostando su rostro en su mano, para mirar en dirección al castaño —. Mírenlo, es tan perfecto que parece irreal.

—Tienes razón, es guapísimo —comentó la mejor amiga de Talya —. Pero jamás se ha fijado en nadie, según todos D' La Fontaine nunca ha tenido pareja.

Los rumores llegaron a oídos de Cielle en su lugar, no queriendo seguir escuchándolos se levantó bruscamente, captando así la atención de todos, y salió dando largos pasos.

Esa tarde se ausentó a clases, otra cosa atípica de él.

Pasaron un par de días, el cumpleaños de Idan había llegado. Luego de que su madre dejara la casa sola para él y sus invitados, la mayoría de sus compañeros de clase y la escuela estaban en la gran fiesta de celebración. Mas el cumpleañero solo podía mirar por la ventana, esperando verlo a él, y con cada hora que no llegaba era un hueco más que crecía en su corazón.

—¿Pasarás toda la noche ahí? —preguntó Talya abrazándolo por la espalda.

—No —negó volteándose para corresponderle al abrazo —, no lo haré.

La chica sonrió para ponerse de puntillas y alcanzar sus labios. Talya tenía una manera dulce de besarlo, era una chica cariñosa, atenta y comprensiva, además de muy hermosa. Idan la quería pero no de la manera que debía, no de la manera que le asegurara tener una relación amorosa. Idan besaba sus labios, se sentía bien pero le faltaba algo, faltaba una emoción al besarla, quiso saber qué y supo donde encontrar la respuesta.

El Abogado del Diablo (BL)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora