「Capítulo 35」

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Cielle se despertó sobresaltado, se sentó en la cama mirando a todos lados desesperado. Notó que estaba dentro de la habitación, aunque no recordaba en qué momento había llegado a ella. Lo último que recordaba era ir en el auto con Osiris, luego nada más. Miró por la ventana y notó el sol alto en el cielo, quizás era más del mediodía.

Se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación, fue entonces que Micah regresaba a la suya y se encontró con el abogado.

—Ya despertaste —se acercó el pelirrubio y le dio un abrazo —. ¿Cómo te encuentras?

—Bien —respondió extrañado —. ¿Pasa algo?

—No, nada —negó con rapidez —, te desmayaste.

—¿En serio? ¿Recordé algo?

—¿Qué?

—Que si recordé algo, suelo desmayarme cuando eso pasa.

—No —se apresuró en responder.

—Tengo que ir al juzgado —comentó el abogado —. Debo llevar la solicitud de habeas corpus de Idan.

—Yo te llevaré.

Llegaron al juzgado, Cielle se presentó ante el juez con la solicitud escrita de habeas corpus y se la entregó.

—¿Es usted el abogado del señor Idan Evigheden? —cuestionó el hombre pronunciando el nombre con un tono indescriptible.

—Así es.

—La solicitud de habeas corpus no será necesaria entonces —le devolvió el documento.

—¿Será puesto en libertad?

—El juicio es mañana —respondió simple y Cielle no pudo contener una exclamación.

—¿Qué demonios! —exclamó, pero al ver la expresión del juez, carraspeó recobrando la compostura —. Se supone que el juicio será en tres meses. ¿Cómo lo han adelantado tanto sin avisar al abogado?

—Son órdenes de arriba.

—¿Qué tan arriba?

—Mucho más de lo que ustedes o yo podamos cuestionar.

—Es una total falta de respeto —se quejó indignado el joven —. Pretenden que me presente al juicio sin haber recopilado pruebas, sin testigos, sin una defensa preparada. Mi cliente irá a la cárcel.

—¿Está seguro? —ladeó el rostro el juez —. Su cliente es sin duda algo más que un simple criminal, alguien importante está influenciando esto. Si bien o quieren refundirlo en la cárcel sin posibilidades de salir, o quieren librarlo de todo cargo para liberarlo. Sea cual sea la razón, no lidia usted con cualquier tipo de persona, y no podrá hacer nada para impedir que suceda lo que los superiores desean.

Cielle asintió y salió caminando rápidamente hacia la salida. Micah que lo esperaba sentado en el exterior lo vio pasar y lo alcanzó, para sostener su hombro haciéndolo detenerse.

—¿Qué pasa?

—El juicio ha sido adelantado para mañana.

El Abogado del Diablo (BL)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora