「Capítulo 30」

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Cielle notó a través de la ventana a Micah y Osiris despidiéndose con un largo beso. Sintió una pequeña punzada de envidia de ellos, de la manera en la que parecían poder estar juntos sin ninguna dificultad, de como se decían te amo sin vergüenza o temor alguno.

¿Por qué para él e Idan era tan difícil? Después de que se conocían desde jóvenes, de que habían estado juntos por dos años y sido amigos por mucho más.

Pasaron unos minutos y alguien llamó a su puerta. Cuando el abogado pronunció un adelante el pelirrubio ingresó en la habitación para caminar cerca de él.

—¿Estás aburrido? —preguntó Micah sentándose frente a Cielle.

—Solo pensaba.

—Ya veo —asintió.

—¿Micah, cómo haces que sea tan fácil?

—No entiendo lo que quieres decir.

—¿Cómo logras que tu relación con Osiris fluya de una manera tan sencilla?

—¿Sencilla? —soltó una carcajada mientras negaba —. No lo fue, estuvo lleno de complicaciones.

—¿En serio? —cuestionó sorprendido.

—Sí, conocí a Osiris hace poco más de dos años, cuando mi padre lo contrató para matar a mi ex —comentó con la mirada conturbada.

—¿Lo hizo? —preguntó el abogado casi incrédulo.

—No —negó —. Yo le rogué que no lo hiciera y él se compadeció. Fue raro, él es conocido por no preocuparse por nada ni nadie, si le pagas por un trabajo, lo hará sin margen de errores.

—¿Por qué tu padre querría matar a tu ex?

—No le gustó la idea de que fuera hombre —respondió con el semblante ensombrecido —. Soy su único descendiente, pretendía que me casara y formara una familia.

—Ha de ser horrible, mis padres siempre fueron muy compresivos, a pesar de que a la sociedad no le gustara mi relación con Idan, ellos nunca renegaron de mí, y lo comprendieron.

—Suerte la tuya. Cuando comencé a verme a escondidas con Osiris, mi padre lo descubrió y me dio una paliza terrible.

—¿Te golpeó? —jadeó horrorizado.

—Me fracturó dos costillas —respondió simple, como si aquello hubiera perdido importancia para él —. Aún así no logró alejarme de él.

—¿Lo aceptó?

—Después de un año de interminables golpizas, encierros e intentos de asesinatos dirigidos hacia Osiris, sí lo aceptó, pero para ello terminó por nombrar a Joan su hijastro, el heredero de todo el imperio Rymer.

—¿Te desheredó? Tú padre es... —Cielle se tragó la ofensa pues no quería que eso dañara a Micah.

—Es un desgraciado —terminó por decir el pelirrubio para sonreír de una manera triste.

Los ojos de Micah se cristalizaron, el abogado notó la forma en la que trataba de contener las lágrimas. Empatizando con su dolor, se lanzó al cuello del contrario para envolverlo en un abrazo, cálido y reconfortante, de esos que curan el alma.

—Eres la persona más valiente que he conocido jamás —dijo el abogado acariciando su cabello aún abrazándolo —. Te admiro mucho, lamento si en el pasado no me agradabas, siempre pensé que eras un idiota maleducado.

—A mí tampoco me agradabas, parecías sumamente engreído cuando todos en la universidad te halagaban —contestó para entre fugaces lágrimas para soltar una risita contagiosa.

El Abogado del Diablo (BL)✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora