Capítulo 14: Amenaza

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No habíamos dado con Travis. Los demás soldados nos dijeron que salió poco después de los estudiantes del autobús.

Era un poco extraño ver a la francesa con cara preocupada, pero creo que no puedes evitarlo cuando en realidad lo estás. Habíamos decidido buscarlo en la playa más cercana, el Alfa Niguel tampoco estaba y fue su Beta quien nos recibió.

Empuño aún más el mango de la pistola plateada. La llama de fuego en mi mano disipa un poco la neblina.

Ayer mi día había terminado un poco triste después de la cabalgata cerca de las montañas de Red. El homenaje a la reina—porque sí, seguía siendo la reina. Y no cambiaría hasta que alguien portara la corona—fue un evento demasiado triste.

Aunque su cuerpo estaba junto a su esposo en Esmerald, en un templo según Travis. La manada colocaba un cuadro enorme con su rostro y debo decir que era preciosa. De esas bellezas como la de la señora Charlotte, angelical.

La familia más cercana estaba a un lado de la inmensa foto, vi varios pares de cabezas pelirrojas. Hubiese prestado más atención pero la pintura de la reina había acaparado toda mi atención.

Mi suegra.

¿Le hubiese caído bien? ¿Qué opinaría de todo este asunto de Marcos y Bianca? ¿Estaría de acuerdo?

Cuando todos pasaron a dejar una rosa roja, no pude evitar recitar una oración en mi cabeza en su honor, y quizás, también le pedí que me ayudara con su hijo.

Un favorcito nada más.

Las mejillas se me enrojecen.

—Profesora, mire —me fijo en el cuerpo líquido que se extiendo por todo el horizonte.

Tammy deja salir un gemido cuando la terminación de una cola se esconde bajo el agua. Es mi turno de gritar llena de asombro. Los fuertes y morenos brazos de Travis aparecen en el segundo chapuzón. Su cola es un degradé de colores entre naranja y morado. Hay partes de su cuerpo que comparten aquellos tonos.

—¡No Tammy! ¡Espera! —me escandalizo cuando empieza a alejarse.

Inicio un trote intentando alcanzarla. Nos detenemos en la orilla, Travis tiene asomado la mitad de su cuerpo y mira a la francesa con ojos hambrientos.

Es tentador.

Entrar al agua y tocar a semejante criatura es muy tentador.

Travis sonríe, dejando relucir sus dientes afilados y en vez de verse aterrador, luce travieso. Entonces no detengo a Tammy cuando sus pies entran al agua, porque yo también me hubiese acercado. Porque también amo lo que se ve así, peligroso.

Ella se saca el vestido largo quedando en ropa interior, Travis se esconde entre las olas y la acecha como si fuera un cocodrilo. La risa de Tammy burbujea junto a la espuma del mar cuando él la atrapa. La obliga a rodear su dorso y parece que le da indicaciones para que se sujete fuerte.

La arrastra más lejos de la orilla, veo sus dos cabecitas a la distancia. El agua está un poco turbia pero no es problema para el tritón. Guardo el arma y los dejo ser, vigilo mientras tomo asiento en una piedra.

No les da vergüenza mi presencia, se roban uno que otro beso entre su jugueteo. Están bastante lejos ya.

Mía.

Pensaba que el caos jamás llegaría, mientras los príncipes se mantuvieran en Dhalia y las palabras de Milena fueran sólo eso, palabras, estaríamos todos bien. Pero aquello se desvanece cuando veo tres figuras caminar por la playa. Me levanto de golpe centrada en aquel cabello azul que destacaría a kilómetros de distancia.

Amando Al Rey © [ L. I. 2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora