Capítulo 3: Solo Isabella para ti

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¿Cómo podría odiarte? Tuviste y siempre tendrás, una parte de mí.

Montserrat.

🧡

Toso ante el polvo que se levanta, muevo mi palma en el aire disipando la neblina de suciedad.

—Por Dios, ¿hace cuánto que no celebran la salutación?

—Se celebra todos los años —responde Tammy.

Me acerco a una mesa ubicada en una esquina. Acomodo las lámparas de aceite que se usaron para la sustitución del capitán y me dispongo a llenarlas de nuevo.

—Es entendible que haya tanto polvo —susurra abriendo las ventanas de la pequeña habitación, el frío se cuela—. Nadie entra durante todo el año.

—El personal de la universidad debería limpiar cada tanto —opino.

Tammy se mueve de aquí para allá buscando la mayoría de las decoraciones. Yo sigo en mi tarea que me lleva más tiempo de lo pensado. Muerdo la esquina de uno de mis labios recordando sus palabras de anoche.

“Nos volveremos a ver pronto. Mientras tanto, cuídate. No salgas sin abrigarte y mucho menos a caminar sola en medio de la noche. Me obligas a enviar guardias aquí. No confío la vida de la reina a un Alfa tan incompetente”.

Dejo salir una risita.

—Hoy luce radiante.

—Mi noche estuvo agradable —Tammy se acerca y deja otras lámparas a mi lado—. Travis prometió venir a ayudar.

—Hábleme de él, profesora —dice inclinándose y apoyándose en la mesa— ¿Está soltero?

—Deberías preguntarle.

—No parece ser muy conversador —se aleja y arrastra un pupitre hasta los pies de un alto locker. Sus manos tantean las bolsas encima— ¿Dónde están esos benditos faroles?

Rechisto ante su genio. Era un total remolino de emociones. Una chica muy transparente. Me gustaba...

—Aloha —Tammy grita. Algo en sus manos le cae encima desestabilizándola. Me apresuro, pero ya Travis la ha atrapado. Quedo cerca sintiendo el susto en la punta de mi lengua.

—¿Estás bien?

Acaricia su dorso, luego observa a Travis enojada. Le da un manotazo cuando verifica que todo está bien.

—¡Me asustaste!

El capitán queda atrapado en la mirada azulosa de Tammy, recorre sus rasgos deteniéndose en su boca de labios hinchados. Doy un paso atrás al ver el fuego de mates ensancharse, se cuela en la piel de la chica con ahínco.

—Perdón.

—¿Así saludan los de tu especie? —pregunto volviendo a mi lugar. Creo que lo escuché decir la misma palabras el día de la competencia. El capitán deja a mi estudiante en el suelo un segundo después.

—Sí.

—¿Tú especie? —pregunta mirando más de cerca su mano, Travis la toma y revisa robándole un gemido de sorpresa.

—En el fondo del mar, es un tritón.

—Mitad tritón —aclara.

—Suena interesante. Espera, quiere decir que… ¿puedes convertir tus piernas en cola?

Travis ríe y pasa su dedo por el rasguño, ella se queja. Él levanta su cabeza en su dirección, le sonríe.

—Sí, tengo una cola —Tammy tiembla, bate sus pestañas encantada.

Amando Al Rey © [ L. I. 2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora