Todos guardan silencio cuando dejo caer mis cosas sobre el escritorio. Ellos me miran desde sus asientos con caras asustadas. Siempre he sido bastante fácil de tratar, pero hoy estoy muy decepcionada.
—No seré indulgente con la situación que presencié el fin de semana —suaves murmullos se levantan por todo el lugar.
—Profesora Morets…
Levanto mi mano acallando la queja de uno de ellos.
—Les tengo el proyecto perfecto para su nota final —me acerco al inicio de sus asientos, todos me miran atentos—. Lo mejor de todo, es que será para la siguiente semana, después de la Salutación invernal.
Un coro de quejas provoca una sonrisa en mi interior.
—No todos estábamos en esa fiesta, señorita Morets.
—Ya te lo he repetido un millón de veces, Sergio —lo miro directamente a los ojos—. La vida es así de injusta. Ahora, deberán entregarme un cuadro en óleo donde representen de la forma que más les guste a nuestro monarca. Quiero que usen los colores de la realeza y le den un nombre a la obra. Haremos una exposición aquí en la universidad y traeremos como invitada a nuestra luna. Así que esfuércense.
Nadie refuta después de eso. Empiezo la clase de forma animada, hablamos sobre obras clásicas hasta que se cumple las dos horas.
—¡Maestra!
Busco las llaves del auto sin dejar de caminar. Los pasos de Tammy se escuchan cada vez más cerca. Llega a mi lado agitada.
—Nos hemos quedado sin guitarrista, Andrew tuvo que irse debido a una calamidad familiar.
Me detengo de golpe.
—¿No hay nadie más disponible? Podemos buscar en el salón de música. Creo que hay un estudiante que también toca guitarra en mis clases de piano.
—Me parece genial. Pero debemos hablar con él lo antes posible, la salutación es en dos días.
—Le enviaré un mensaje y si quieres podemos ir a su casa en la noche. Creamos un horario donde puedan ensayar para estar listos el día de la celebración.
—Bueno.
Había aceptado todas las propuestas del director de la universidad en cuanto a las actividades de los estudiantes. Quería mantenerme ocupada para no estar pensando en mi compañero. Había tenido varios amores durante mi adolescencia, nunca uno que me hiciera olvidar del todo a Nick. Mamá decía que era porque solo un hombre lobo podía darme el amor que yo tanto quería.
Ella también estaba equivocada. La luna no.
Yo era testaruda y orgullosa. Siempre había logrado conquistar al chico que me parecía más interesante, pero ahora, él se sentía tan inalcanzable que yo estaba hirviendo de la ira. Era el primer hombre que no manejaba a mi antojo. Mi mal humor aumentaba cada día que no podía verlo. Mi compañero era el rey, quien si querías verlo, debías hacer millones de cosas para una simple audiencia. Y a mí no me gustaba esperar.
Estaba acumulando la impotencia, cuando estallara, su estúpido castillo lo lamentaría.
—La espero entonces…
Me preguntaba como era que no le molestaba el frío con aquella ropa. Llevaba un conjunto de mezclilla, la blusa no tenía mangas, el jean era largo con botas anchas. Un cinturón plateado muy creativo decoraba su cintura descubierta.
—Perfecto, me mandas la dirección de tu casa. Estaré llegando allá una vez termine mi practica con Travis.
Una sonrisa tierna se refleja en su boca pintada de un rosa fuerte. Sus ojos brillan traviesos.
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Amando Al Rey © [ L. I. 2 ]
WerewolfIsabella odia el lazo de Mates. Cree que por esa tontería perdió al amor de su vida. Nicolas Ross. Ha estado enamorada de él desde que tiene memoria y guardaba la esperanza de que todo aquello que sentía con tanta intensidad, fuera por que él sería...