Capítulo XXXVII. Vuelta a la realidad parte 1.

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Rihanna.

- "Por lo vemos en la ecografía el feto está en las dimensiones adecuadas para su edad. Está ahora de seis semanas, como puede observar señores Vieira, el latido es correcto, debe tomar algunos complementos vitamínicos según la analítica, señora Viera tiene algo de anemia. No se olvide de tomar el ácido fólico. También le voy a prescribir hierro y vitamina c, que ayuda a su adsorción..."-

Mientras el obstetra nos hablaba yo me sentía emocionada al ver a ese pequeño ser que crecía en mi interior, a través de la borrosa pantalla, pero lo más sorprendente era la cara de Rayco, no apartaba sus ojos de la pantalla mientras le hacía miles de preguntas al doctor, algunas que me habían avergonzado, por ser totalmente referente a nuestras intimidades, sobre todo cuando le preguntó cuáles eran la posturas sexuales, cuando yo estuviera más avanzada en mi gestación, que eran mejores para no dañar al bebe, y que yo me sintiera más cómoda. Esa babosa pervertida no se había cortado para nada, mientras yo deseaba que se me tragara la tierra.

Mi yo rebelde se prometió que en cuanto saliéramos de la consulta, Poseidón iba recibir su merecido, uno que no olvidaría jamás, por ser tan bocazas, cuando volviéramos mañana a Filadelfia me aseguraría que no preguntara ciertas cosas de carácter íntimo, cuando fuéramos a las revisiones ginecológicas, maldito estúpido.

La verdad es que llevamos cinco días viviendo algo que yo nunca había tenido en mi vida, tranquilidad, felicidad, y una pasión intensa, no sé si es por el aire de estas islas o por alguna otra razón, pero el Rayco que yo había conocido, el descarado, mandón, agresivo, y cínico acosador, había desaparecido, para convertirse en una persona cariñosa, atenta, y muy apasionada. Eso sólo contribuyó a que, desde luego, que mi enamorado corazón, se había enamorado de nuevo de esa nueva versión de él.

En realidad, estas islas son mágicas, y su gente lo mejor de ellas, por la mañana tras noches agotadoras de intensa pasión, solíamos recorrer la isla, hasta incluso un día viajamos a La Gomera. A cada lugar que llegábamos, siempre no saludaban, hasta la gente que no conocía, yo que vengo de un país que cada uno vive para sí mismos, me sentí totalmente abrumada, la sonrisa de la gente, su calor isleño y finalmente los paisajes, al mar y el sol.

Pronto mis miedos desaparecieron, a tal nivel que me propuse que un día antes de irnos, me iba sincerar con Rayco, y le iba a decir todo lo que le había ocultado, por mi maldito orgullo, así si nuestro resentimiento volvía, al menos no se romperían esta sensación de estos maravillosos días, que llevaría en mi corazón para siempre.

Otra cosa eran mis sentimientos, en mi vida había aprendido que, ser el primero en dar el paso para que la otra persona supiera lo que sentías por ella, era el preludio de que te pudieran herir, así que, pese a que había sido sincera conmigo misma, algo que para mí era un gran paso, ni mi pasado, ni mis miedos, me dejaban poder decirle a Rayco, lo que sentía por él, no estaba preparada precisamente porque no quería arriesgarme a sufrir de nuevo, no cuando esto era tan intenso.

- "Bien eso es todo, cuando vuelvan a su ciudad, pidan el seguimiento con su obstetra, y entréguele este informe, le he dejado detallado todo lo necesario, lo he puesto en inglés para que lo entienda correctamente."- nos dijo el médico.

Cuando salimos de la consulta cogidos de las manos, Rayco me miró.

- "¿Quieres ir cenar a algún sitio, esta noche?."- me dijo con una sonrisa de gato orgulloso, al parecer a ese hombre ver a su hijo o hija, aunque sea tras una pantalla, le encantaba. Y eso me enamoré más de él.

- "¿No tenemos que hacer la maleta? Mañana regresamos."- le pregunté apoyándome un poco en su cuerpo. Eso era otra de las cosas que había cambiado en nuestra luna de miel, la naturalidad con la que nos acercábamos el uno al otro, sin necesidad que fuera para iniciar uno de esos apasionantes encuentros sexuales, que tanto disfrutábamos los dos.

Seducida por PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora