Rihanna.
- "¿Se puede saber por qué compras eso, pervertida Medusa? ¿No se supone que vienes a busca ropa para tu ahijado, y querido sobrino, Alexei?."- me dijo Andrómeda mientras veía que miraba un salto de cama de satén rojo de Victoria Secret, y lo colocaba en mi mano.
- "¿Que dices? Ese precioso niño, va a tener el mejor regalo de su madrina, pero hoy me comunicó el médico que ya he pasado el puerperio, y puedo tener momentos de calidad, con cierto ex acosador, Poseidón."- le dije gimiendo de frustración, inconscientemente.
- "¡Que suerte tienes! a mí me falta unas semanas, pero ¿por qué ex?, ¿no me digas que ese golfo de Rayco, se porta modosito ahora?."- la burla de la diosa no se pasó desapercibida.
Muchas cosas han pasado estos tres meses tras el nacimiento de la niña, una de ellas fue el nacimiento de mi ahijado, Alexei Bencomo, dos semanas después, ese bebe, era un calco de su padre, y su tío Benearo, y mi total adoración, por algo Rayco y yo éramos sus padrinos, como Andrómeda y Perseo era de mi hija Dácil.
Los abuelos estaban como locos, en menos de cinco años había multiplicado su familia por tres, los reyes iban por el mundo con las fotos de sus nietos por bandera, cuando hacían una reunión en la casa, donde los padres estábamos prohibidos, para única y exclusivamente, mimar a sus nietos y nietas.
Después de esos fines de semanas, nos tocaban a nosotros los padres reconducir, lo que esos abuelos amorosos, habían desactualizado. Aunque también nos servían para estar más tiempo juntos en pareja. El problema dependía del grado de excitación, con lo que nuestros hijos regresaban, por ahora mi cuñada Cathaysa, y mi cuñado Duff, eran los peores que lo llevaban, mi peligrosos y divertidos, sobrinos gemelos, más conocidos, como Zipi y zape, dos puntos cero, son los que más excitados regresaban, y su madre tenía que recurrir, durante unos días, a la ley marcial en la casa, incluyendo miradas serias de su más que atractivo marido, para que estos dos golfillos, se reubicaran.
En cuanto a las gemelas, siguen atormentado a su padre, a sus tíos, y ahora por añadidura, a sus dos primos mayores, que han comenzado a ponerse de parte de los hombres de la familia, en cuestión, de proteger a sus descaradas primas.
La última que montaron estos dos preadolescentes, para proteger a sus primas, fue influir en los gemelos, para que hicieran de guardaespaldas en la guardería, con atuendo incluido, como si necesitaran motivación esos dos, mientras el príncipe hackeaba las cámaras de seguimiento de los padres, y Kenia analizaba la posturas y movimientos, de los niños que se acercaban sus primas.
Y les hubiera funcionado, si esas dos descaradas y seguras niñas, no les hubieran demostrado, que ellas eran las que más genio tenían, y para acabar con él control de estos, ellas respondían a cada bloqueo de un amigo que se le acercaba, rodeándose de más y más niños, volviéndolos locos a los cuatro.
Lógicamente, como todos los planes, de esos dos futuros, agentes del FBI, o de alguna célula de espionaje de algún país, se descubren, con el consiguiente castigo maternos, y una buena y oculta, palmadita en la espalda, de unos orgullosos padres, que no dejaban que las madres supiéramos lo que pensaban, por felicidad conyugal.
Mi madre, milagrosamente, se despertó, hace ya un mes, ahora se encuentra recuperándose, ya que ha perdido la memoria de los últimos veinte años, cuando despertó, casi se vuelve loca al descubrir todo lo que ha pasado, en ese tiempo, que ella olvidó, tuvo que revivir de nuevo de forma dolorosa, la muerte de su hijo, mi hermano Jeff, y que su marido, el hombre que idolatraba, había intento matar a mi esposo, a mí, pero sobre todo a ella, otra de las cosas que debió sobre llevar fue que, esa niña que ella recordaba como su pequeña, era ahora una mujer que le había dado dos nietos. Poco a poco, con terapia, y algunos tratamientos, iría recuperando los recuerdos, y si no, mejor, no deseaba, que recordara, como mi padre la trató, o como le hizo tratarme a mí, ya había sentido demasiado dolor.
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Seducida por Poseidón
DragosteRihanna Morris, alias Medusa, ha luchado durante toda su vida por proteger a su abuela y a su gran secreto. Un secreto que surgió a raíz de un error que cometió a los 15 años. Un secreto que es su vida, pero que, por protegerlo, no desea que se con...