Rayco.
- "Y por último está su principal secreto, que lo conozcas es lo que va a determinar que tú sigas adelante en su búsqueda, o no, principalmente, porque ella no es una mujer con la que tú puedas jugar, su vida es muy complicada, y no depende de ella sola."- me dijo Emily.
Desde que nos sentamos los dos a solas en mi despacho, y tras hacer prometer a la mujer de mi mejor amigo, que nunca haría daño a Rihanna, había descubierto algunos secretos, tales como que vivía con su abuela, porque sus padres la echaron de casa muy joven, que su abuela acaba de morir, por lo que ella se sentía responsable, ya que falleció la misma noche que estuvimos juntos, al parecer desde el hospital, intentaron contactarla para que se despidiera, pero yo la tenía ocupada en mi cama.
Me sentí como un maldito cerdo, cuando escuché esta información, y en cierta forma entendí que su dolor, que Medusa me creyera responsable, y que por eso hubiera huido. Me prometí a mí mismo que la compensaría por el dolor que había pasado, la acompañaría en este duelo, y en sus arrepentimientos.
- "Esto que te voy a confesarte, Ray, es algo que hasta ti te puede hacerte echarte para atrás, en tu decisión de encontrarla, pero te lo advierto, no te voy a permitir, que, si no estás seguro, irrumpas en su vida, no es justo para ella, ni para su secreto, así que cuando lo sepas, tienes que meditar muy bien si estás dispuesto a todo, o la dejaras vivir su vida, alejándote de ella. Quiero un compromiso total, te lo advierto."- me dijo seria Emilia Bencomo.
La cara de Emy no admitía dudas, iba a defender a su antigua enemiga, con sus manos si hacía falta, y si esa mujer quería mi cabeza, se me iba a echar encima a toda la familia Bencomo, empezando por su despiadado marido, que me entregaría con un lacito rojo incluido, con una sola petición de la mujer que amaba.
- "Digas lo que me digas, voy a aceptarlo"- le dije.
- "El gran secreto de Rihanna, tiene que ver con el hombre que más ama en este mundo, con el único hombre por el que ella daría su vida..."- mientras escuchaba las palabras de Emi, una sensación, de ira y miedo, mescladas con una opresión, que yo no entendía, en mi pecho, comenzó a agobiarme. Tuve que levantarme porque sentía que me faltaba el aire, interrumpiendo con ese gesto las palabras de Andrómeda.
- "¿Por qué ... me hablas ... del... del hombre que... am...ama?"- mi voz estaba entrecortada, y me costaba respirar de la ira.
- "Porque yo también lo adoro, creo que es uno de los hombres mejores del mundo, y por él, principalmente, nunca te dejare hacerle daño a Rihanna."- la miré incrédulo.
- "¿Emilia Bencomo me está confesando, a mí, al mejor amigo de su marido, que le gustaba otro hombre?"- pensé casi delirando.
- "¿Y lo sabe Ruyman?"- le pregunté para hacerla sentir como una traidora, ante lo que acaba de confesarme.
- "No, tú eres el primero al que voy revelo su secreto, pero estoy segura de que, si cualquiera de las mujeres Bencomo conocieran a ese hombre, reaccionaria igual que yo ... ¡ah perdón!, mentira, no eres el primero, mi suegra si lo sabe, necesitaba su consejo, y una aliada, por eso te ha puesto las cosas muy difíciles."- literalmente la miré como si estuviera loca.
Mi cara debía reflejar mi incredulidad, porque Emy me miró y sonrió.
—Tranquilo Ray, no es lo que piensas, ese hombre es al hijo de Rihanna, tiene ocho años, tu adorada secretaria es madre soltera, fue una estupidez de juventud, tenía quince años cuando lo tuvo, por eso siempre es tan cerrada con su vida privada. Su hijo lo es todo para ella."- las palabras llegaban a mi haciéndome sentir que no conocía para nada a Medusa. - "Se llama Kenai Morris, y es el niño más dulce e inteligente del mundo. La versión mamá de Rihanna te sorprenderá, porque es todo lo contrario que la secretaria, seria, y fría que tu conoces."-
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Seducida por Poseidón
RomanceRihanna Morris, alias Medusa, ha luchado durante toda su vida por proteger a su abuela y a su gran secreto. Un secreto que surgió a raíz de un error que cometió a los 15 años. Un secreto que es su vida, pero que, por protegerlo, no desea que se con...